Capitulo 49

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Me llevo en brazos hasta la habitación, en el camino hasta ella me beso como si fuera la última vez que lo hacía, me aferre a su cuello sujetándolo con mis manos. Mordió mis labios a cada ocasión que le era posible, introduje mi lengua en su boca sintiendo la suya rozar con la mía, mi cuerpo ya empezaba a sentirse bastante acalorado y con deseos infinitos de sentir su piel junto a la mía. Me recostó sobre la cama que había, él se quedó de pie sacando su camisa de entre sus pantalones, ladee mi cabeza a mis costados observando el cuarto y la cama.

— ¿Ya había una cama aquí?

— En realidad no la había. Perdón pero me adelante y elegí la cama yo solo hoy en la mañana—se recostó sobre mí para volver a unir nuestros labios—

— Eso quiere decir... que... enton...—sus besos no me permitían hablar, el desvío su boca bajando por mi cuello y levantando mi cabeza para que el tuviera más acceso a todo mi cuello—¿quiere decir que ya sabias que esto pasaría?—reí sintiendo cosquillas en mi estómago—

— Me descubriste linda...—sostuvo mi rostro entre sus manos y deposito un beso en mi frente—tenía muchas ganas de estar contigo... ¿tú no?

— ¡Leeteuk!—le di un pequeño golpe en su estómago—

— ¡Auch!—se quejó y luego sonrió— ¿eso quiere decir que si?

— Por supuesto que si...—volví a rodearlo con mis brazos apretándolo junto a mí—sabes que te amo más que a nada en este mundo... te amo Leeteuk.

— ¿Tienes idea de lo que hiciste en mi vida?—negué acariciando su rostro—lo cambiaste por completo, me diste la felicidad que siempre quise, junto a ti todo es perfecto... nunca más vamos a estar separados mi amor...

— ¿Lo prometes?—estiro mis brazos junto a los suyos y entrelazo nuestros dedos—

— Lo prometo... este será nuestro nuevo comienzo, aquí seremos felices...

— Te amo tanto...—volví a besarlo y a rodearlo con mis piernas—

Sentí la increíble necesidad de querer decirle ahora mismo lo de mi embarazo pero me resistí, sería mejor si se lo decía cuando viniéramos a vivir aquí. Leeteuk me sostuvo de mi cintura y me coloco sobre el a horcajadas, solté una pequeña risita ante el movimiento que el hizo, comenzó a acariciar mis piernas, me incline para besarlo y comenzar a desprender su camisa para comenzar a besar todo su torso dándoles algunas mordidas.

— Pero la próxima vez yo seré la que elija el cobertor y las sabanas...

— ¿Por qué? ¿Estas no te gustan?—abrió sus ojos sorprendido—

— Mmm... no me gustan los colores oscuros... pero ahora no me importa...

— Que bueno...—dijo atrayéndome otra vez hacia pasando sus manos a mi espalda dándome algunas caricias allí—porque quiero hacerte mía aquí...

Sonreí ante sus palabras, bajo sus manos hasta donde terminaba mi blusa la subió hacia arriba dejando der mi estómago se acercó a mí y comenzó a besarme allí, sentí un ardor recorrer todo mi cuerpo, amaba sus besos, sus caricias todo de él amaba, presiono mis glúteos acercándome más a él. Dejo de besar mi vientre, levante mis brazos y el deslizo mi blusa quitándomela por completo. Volvió a dejarme debajo de él, quite su camisa, con su ayuda desprendí su pantalón dejándolo solo en bóxer, llevo sus manos a mis jeans despojándome de él quedando los dos en ropa interior. Comencé a besar su cuello acariciando su torso bien marcado haciéndome delirar al estar en sus brazos y sentir que el volvía a ser mío y yo suya. Leeteuk pasó sus manos a mi espalda para desprender mi sostén para luego quitármelo. Se quedó unos segundos observando mis senos y luego comenzó a presionarlos con sus manos, acerco su boca a mi seno derecho y lo introdujo a su boca succionándolo y mordiendo mi pezón, haciendo que comenzara a gemir, hizo lo mismo con mi otro seno apretándome fuerte de la cintura, deslice mi mano debajo de su bóxer comenzando a acariciar su miembro, el gimió ante lo que yo hacía mordiendo más fuerte mi seno. De manera desesperada ubico sus manos a los costados de mis bragas, levante mis caderas para que le fuera más fácil quitármelas, comenzó a rozar mi intimidad con su mano, sentí que me quedaba sin respiración al sentirla en esa zona, de manera lenta comenzó a introducir uno de sus dedos en mi intimidad, provocando que arqueara mi espalada y gimiera aún más fuerte.

Cuando deseas lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora