Medias verdades

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María se había dado cuenta de que tenía muchas preguntas, muchas dudas, muchos huecos vacíos con preguntas sin respuesta y que si quería estar preparada para contárselo a los demás, debía saber todos los detalles. Así que con la excusa de acompañar a Dani a hacer unas compras que tenía que hacer, pasarían la mañana fuera y tendrían todo el tiempo del mundo para charlar, tranquilos. Además, María sabía que Adrián estaría ahí. Habían quedado a las 9 en el acantilado y ya eran las 8. Estaba nerviosa por verle. Había soñado con él y con su olor. Mientras se vestía más nerviosa de lo habitual Nacho la mirada sentado en la cama.

- Sea lo que sea, siempre puedes contármelo, y lo sabes pequeña - María se giró a mirarlo. Se le paró el corazón. ¿Lo sabe? No puede saberlo. Nacho tenía miedo y María se lo notó en la cara. ¿Que se debe estar imaginando para estar así? Y se sintió mal por estar ocultándole todo esto. Se acercó hasta él y coló su cuerpo entre sus piernas. Nacho le puso sus manos en el culo y levantó la cabeza para mirarla.

- Cariño... si que hay algo que quiero contarte, pero será esta noche. Nunca he podido tener secretos para ti... - Nacho la miró y ella le esquivó la mirada, también tenía miedo, a ser pillada, descubierta y que él la juzgara y se enfadara, porque si, se estaba yendo con Adrián para hablar de los de sus hijas, pero era con Adrián

- Pequeña... ¿Tu y yo estamos bien verdad? - María abrió los ojos y le miró de golpe. Cogió su cara con sus pequeñas manos.

- Dios si... ni te plantees nada por el estilo. Yo te quiero. Te amo... - Acercó sus labios a los suyos y se besaron. Nacho aprovechó para cogerla fuerte de la cintura, dar un giro y tumbarla sobre la cama quedando él sobre de ella. María se rió y él como siempre, metió una de sus manos entre sus braguitas. María gimió flojito mientras se revolvía. Era tarde y aún tenía que vestirse y no quería tarde. Pero Nacho insistió.

- Déjame saborearte un poco antes de irte cariño...- Nacho bajó su cabeza mientras le abría las piernas y le apartaba las braguitas. Luego pasó suavemente su lengua por el clítoris y María no pudo evitar arquear la espalda y soltar un gemido.

Diez minutos después a María le temblaban las piernas y Nacho se había metido en el baño a lavarse la boca. Dani desde abajo gritaba que era la hora y María se apresuró para vestirse. Nacho la miraba desde el umbral del baño.

- Piensa en mí todo el día... - Ella se rió.

- Tu haz algo con eso - Le señaló sus pantalones - O te pasarás el día con un buen dolor de huevos - Nacho se miró y sonrió al ver su enorme erección.

- Ahora me daré una ducha fría y te esperaré a que vuelvas esta noche - María se acercó a él ya vestida, le dió un pequeño beso y con el bolso en la mano salió de la habitación cerrando tras ella. Nacho se quedó unos segundos mirando la puerta cerrada y se metió en la ducha.

Cuando llegaron al acantilado María estaba muy nerviosa al ver que Adrián ya estaba ahí esperando y se bajó del coche corriendo para llegar hasta él. Él al verla venir le abrió los brazos y ella saltó hasta colocar las piernas en su cintura.

- Me moría por verte - Adrián la apartó un poco de su pecho, donde ella se había rezagado para sentirle y la miró.

- Que bonita bienvenida ojazos.

Dani se acerca a ellos.

- ¿Vamos? Tenemos mucho de qué hablar - Ambos dijeron que si.

- Me voy con Adrián ... - Dijo María mirando a Dani y haciendo pestañitas. Dani le sonrió. Pero una vez se metieron en el coche temió. Vió por el camino que estaba yendo todo esto, María tan feliz y tan pegada a él... no era nada bueno.

En la vida de María - Trilogía María parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora