Bajo la misma Luna

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La noche del 24 María cenó en casa de su padre junto con Sergio, Carlota, Jana, Pablo y Lorena. Y todo fue genial. Diego se había ido al pueblo a pasar unos días con su familia. Le había pedido a María que fuera con él, pero ella aunque con pena, se había negado.

- Me gustaría que conocieras a mi madre María - Iban paseando por la calle. A María le encantaba hacerlo en esa época. Tantas luces, ese aroma navideño, las caras de felicidad de la gente, todo le fascinaba.

- Y a mí conocerla, de verdad. Pero este año necesito quedarme aquí con ellos, después de lo mal que lo pasamos el año pasado, este año necesitamos pasarlo en familia- Y Diego lo entendió, le supo mal, pero lo entendió. Y se fue el día 23 y no regresaría hasta el mismo 31.

Adrián pasó el 24 con Karina. No se lo contó a María. Tampoco no era algo que había planeado. Iba a quedarse en casa, pero Jack le llamó para salir a tomar algo y Karina estaba ahí. Y aunque sabía que verla podía traerle problemas con María, le gustó reencontrarse con ella después de tanto tiempo sin verla. Al fin y al cabo la quería, le había cogido cariño y Karina era muy buena niña. Y estaba ¡EMBARAZADA! Toda una sorpresa para Adrián en cuanto la vio con esa pequeña tripilla que ya le asomaba. Y le tuvo que preguntar.

- Vaya... estás... radiante - Le dijo cogiéndole la mano y haciéndola girar sobre sí misma. Karina sonrió y se puso colorada. Adrián siempre se había portado muy bien con ella y había sido muy sincero. Nunca le había engañado en cuanto a sus sentimientos hacia María.

- Gracias... - Instintivamente se tocó la barriga y Adrián se la miró - Veo que Jack no te ha contado nada - Adrián miró a Jack que estaba sentado en la otra punta del salón en un sillón charlando con Francesca, una amiga suya Italiana. Luego miró de nuevo a Karina.

- Al parecer no preciosa.

- Jack y yo vamos a tener un hijo... - Dijo con esa sonrisa nerviosa que dejamos caer involuntariamente sin darnos cuenta - Adrián levantó una ceja. No entendía nada - No fue planeado. Una noche nos acostamos muy borrachos y ha pasado.

- Karina un hijo no es un juego...

- Lo sé... Yo voy a criarlo, y él solo va a ser su padre - Adrián cogió la mano de Karina y le besó los nudillos. Karina cerró los ojos y sonrió. Siempre le había gustado que Adrián le hiciese eso - Ya ves... tantas veces que tu y yo nos hemos acostado y me quedo embarazada del menos sensato.

- De mi tampoco hubiera sido buena idea quedarse embarazada Karina, lo sabes....

- Lo se, lo se... María...

- Si.. María... - Karina suspiró.

- ¿Como te va?

- Bien Karina, me va muy bien. Por favor... llámame cuando sea - Le dijo poniendo su mano en su barriga y Karina se estremeció. Era la primera vez que un hombre le tocaba la barriga con ese amor y ese cariño.

El 25 por la mañana María tenía una resaca del quince. Estaba retorciéndose del dolor de cabeza en su cama cuando llamaron al timbre. Y no quiso abrir. Pero insistieron y al final por no oírlo se levantó a ver quien era y al hacerlo se dio cuenta de que eran las 5 de la tarde. ¿Tanto había dormido? Era Rubén. ¿Rubén? Le dejó pasar. Y entró nervioso y miró por toda la casa. María le miró desde la puerta aún abierta estupefacta.

- Holaaaa... ¿Que pasa? - Cuando Rubén hubo revisado toda la casa volvió a la puerta y se plantó delante de María le dio un beso en la frente y se dispuso a irse, pero María le agarró del brazo y le paró - ¿Donde te crees que vas? ¿Que cojones pasa?

- Esa boca María - María resopló.

- Mira... me duele la cabeza un montón porque ayer bebí mucho, así que déjate de decirme cómo tengo que hablar y cuéntame a que a venido este tour por mi casa - Rubén respiró hondo.

En la vida de María - Trilogía María parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora