Un día

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El viernes a la cita con Roy fue descansada, a pesar de los nervios esa noche si durmió ya que el jueves por la noche Diego le hizo una visita sorpresa. Había tenido una entrevista de trabajo que Dani le había conseguido con un par de contactos, se empezaba a sentir solo allí en Almería y se presentó sin avisar en casa de María. Ella que estaba en el sofá viendo uno de esos programas de baile que tanto le gustaban abrió sin pensárselo mucho al oír el timbre pensando que sería Pablo y que por una vez estaba usando el timbre. Pero al ver a Diego se sorprendió y él sin siquiera decirle Hola se abalanzó sobre su boca y la besó. Y ella... ¿Que iba a hacer? Pues le abrió la boca. Y él la cogió en brazos, cerró la puerta con el pie y directamente la llevó a la cama.

- ¿Qué haces aquí? - Le preguntó ella entre jadeos. Él con prisas le quitó las braguitas y se bajó los pantalones. María se encajó un poco en sus caderas y él la penetró.

- Tenía una entrevista... Joder.... llevo toda la semana pensando en esto - Diego se quedó un rato dentro de ella, quieto. María le miraba.

- ¿Estás bien? - NO, no lo estaba, pero no se lo iba a decir. Tampoco pensaba contarle que en realidad la quería, desde siempre, incluso cuando se retiró para dejarle vía libre a Adrián.

- Claro... solo echaba de menos tu precioso coñito. - Diego empezó a moverse y a María se le olvidó todo.

Follaron un buen rato, luego se ducharon juntos y follaron de nuevo y cuando ya no pudieron más se metieron ambos en la cama y se quedaron dormidos. María se despertó y Diego seguía dormido. Se vistió y cuando estaba a punto de irse él se despertó.

- ¿Dónde vas?

- Mi hermano me pidió cita con un psiquiatra - Diego frunció el ceño - Sí, lo sé... lo hago por él - Diego se levantó de la cama y caminó hasta ella y le dio un suave beso en los labios.

- Me iré en un par de horas, así que supongo que ya no nos veremos mas - María le dio otro beso, esta vez abrió la boca y le metió un poco la lengua.

- Te quiero Diego - Gritó María mientras salía por la puerta.

- Te quiero - Le dijo él cuando ella ya había cerrado la puerta - Pero de verdad.

María llegó a la consulta de Roy nerviosa. No iba a negar que tenía ganas de verlo y que había estado pensando en ello desde que salió de ahí el miércoles, pero saber que en algún momento u otro tenía que acabar hablando con él sobre sus hijas le ponía nerviosa. Y mucho. Entró, y cuando Susana cerró la puerta ella se sentó en la silla delante de él. Entonces Roy dejó el bolígrafo que tenía entre los dedos y la miró.

- Buenos días María. Tienes mejor cara hoy - Ella se sonrojó. He pasado la noche follando Roy. Claro que tengo mejor cara. Pero eso no se lo iba a decir.

De nuevo María se pasó toda la hora leyendo y Roy mirándola mientras escribía algunos informes de otros pacientes. Cuando quedaban 10 minutos él dejó de nuevo el bolígrafo encima de la mesa y se tiró hacía atrás en la silla.

- Puedes dejar estas sesiones cuando quieras - Ella levantó la mirada y le miró. ¿La estaba echando? ¿Se había cansado de ella?

- Eso decepcionará a mi hermano.

- Lo que decepcionará a tu hermano es saber que vienes a leer, nada más - María puso morros. Roy había dado en el clavo, tenía razón.

- ¿Y qué propones Roy? - María cerró el libro que tenía entre sus manos.

- Que hablemos. No tienes porque empezar contándome el motivo de porqué estás aquí, pero puedes empezar hablándome de ti.

- ¿Y eso en que me puede ayudar? - María no lo veía claro. Al fin y al cabo era un desconocido y no uno cualquiera, sino uno que le atraía mucho.

En la vida de María - Trilogía María parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora