Después de que Nacho la dejara en casa María se sentía fatal. Se dejó caer en el sofá soltando todo el aire que le quedaba en los pulmones y volvió a respirar hondo. Se descalzó y cogió el móvil. Eran las 2 de la mañana. Pero daba igual. Necesitaba llamarle. Necesitaba contarle lo que acaba de hacer. Necesitaba ser franca.
Diego estaba despierto, había salido con unos viejos amigos a tomar unas copas cuando recibió la llamada de María.
- Mi niña... ¿Que tal todo? - María resopló y Diego al oírla se puso en alerta, le hizo un gesto a sus compañeros de que estaba al teléfono y salió del local en el que estaban y donde había bastante ruido y fue a la calle donde podía oírla bien - ¿Que te pasa María?
- No se gestionar mis enfados Diego - Diego no entendía nada- Tengo casi treinta años - Le puso énfasis a la edad y Diego sonrió - No puede ser que a cada piedra que me ponga la vida yo responda como una niña de cinco años.
- ¿Qué has hecho María que sea tan grave? - María resopló.
- ¿Que somos tu y yo Diego? - Diego se quedó callado - ¿Qué relación llevamos tu yo y Adrián? Nunca hemos hablado de ello.
- ¿Te has acostado con otro tío, es eso María? - A Diego le dolía el pecho de la rabia que empezaba a sentir, si seguro que era eso, pero no iba a demostrarle esa rabia a ella. María desvió el tema.
- ¿Tu sabías que Adrián y Karina se acostaban juntos? - Diego volvió a quedarse callado. ¡NO! ¿Porqué tendría que saber él eso?
- María... es que no se que quieres decirme.
- No se Diego... que soy gilipollas - Ahora resopló Diego. Le daba rabia estar tan lejos de ella. Ahora la cogería y la follaría hasta que los problemas se le fueran de la cabeza, porque María era así, a María follando se le quitaba todo. Pero no podía. ¿Con quien se había acostado María?
- A ver mi niña... prepárate un baño caliente, relájate, como te enseñé que se hace - Diego sabía porqué lo decía, una vez cuando vivían en la casa de Almería y ella estaba nerviosa por todo el lío con Nacho, Diego le preparó un baño y se metió con ella, se puso tras ella y la empezó a masturbar, luego cogió su mano y la hizo masturbarse a ella, le enseñó bien como hacerlo. Le dijo que esa era la mejor manera que él conocía para descargar tensiones, que cuando él había tenido un mal día, se metía en la ducha y se hacía una buena paja, que a veces era mejor que estar con una mujer - pronto estaré ahí - María sonrió, aunque solo fuera un poquito.
- Diego... - Dijo cuando creía que él iba a colgar - No me he acostado con nadie - Diego suspiró aliviado - Pero sí que he besado a Nacho - Diego cerró los ojos y apretó los puños. Si la pierdo otra vez me voy de su lado y ya no vuelvo más, pensó. Porque la quería, mucho. Pero María era demasiado intensa y dolía demasiado quererla.
- Está bien María... Ahora se buena, dúchate y relájate.
Nacho llegó a su casa y pegó un puñetazo a la pared. ¡JODER! Gritó. Podía jugar sucio o jugar limpio. Pero tenía claro que iba a jugar y que hasta llevarse el premio no iba a parar. No hasta conseguir a María. Le daba igual si era hoy, mañana o dentro de veinte años. Podía esperar. Tenía tiempo y paciencia. Ya la había esperado muchos años teniéndola a su lado, viéndola crecer sin poder tocarla, viéndola con otros chicos, con sus amores. Pero él era buena persona, joder, claro que lo era y por eso llamó a Adrián en cuanto llegó a casa. Adrián le cogió el teléfono enseguida. Dónde él estaba era por la tarde aún.
- Jodido hijo de puta - Adrián se apartó el teléfono de la oreja para volver a mirar quien le llamaba. Si, era Nacho. Volvió a ponérselo en la oreja - Te follaste a Karina y ahora María lo sabe y la tienes jodida. Y la vas a perder jodido Adrián y yo voy a estar ahí para encontrarla - Nacho colgó. Y Adrián cerró los ojos. ¡Maldita sea! Pensó. Llamó a María, pero ella tenía el móvil en silencio y tal y como le había dicho Diego, se había metido en la bañera y estaba intentando relajarse con sus propias manos. Gimiendo.
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En la vida de María - Trilogía María parte 2
RomanceLa trilogía María continua con esta explosiva y sensual segunda parte. MÁS EMOTIVA. MÁS PLACENTERA. MÁS ADULTA. Si creías que la vida de María había acabado, estás muy equivocada, porque María tiene aun mucho placer que dar y recibir. Aun más sen...