Capítulo 26

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Cuando Dumbledore hizo que nos apareciésemos en su despacho sentí una leve molestia, pero no lo suficientemente fuerte como para tener que volver a llamar a Appleby.

-¿Se encuentra bien?-Preguntó Albus ligeramente preocupado.

-Sí, todavía puedo aparecerme, aunque la verdad es que desde ahora prefiero no hacerlo hasta después del parto.-Respondí con una sonrisa para calmarle.

Ante mis palabras, los claros ojos de Dumbledore se fijaron en mí, esperando cualquier reacción o rastro expresivo que mostrase que mis palabras no eran ciertas.

-No se preocupe, después de todo lo que he pasado hoy, creo que lo mejor sería descansar.-Dije manteniendo mi sonrisa sin flaquear.

-Bien, pero antes, si no te molesta, necesito que observes un recuerdo conmigo.-Comentó con tranquilidad mientras que con su varita extraía su pensadero.

-Quiero que veas los recuerdos que pude extraer de un miembro del ministerio al que se le encargó visitar la casa de los Gaunt. Su nombre era Ogden.-Dijo mientras tomaba uno de los frascos y vertía su contenido en el pensadero.

Sin dudarlo acepté para introducir mi cabeza en el pensadero. 

Cuando la imagen se tornó clara, pude ver a Albus a mi lado mientras que delante nuestra se encontraba una figura desconocida que debería haber sido Ogden.

En el recuerdo estábamos caminando por un camino pequeño con nada para ver excepto los setos vivos, el cielo azul en lo alto y un sonidosilbante, y las ropas que llevaba la figura de adelante. 

Luego la senda se curvaba hacia la izquierda y se inclinaba enpendiente hacia una ladera, hasta que al fin ví repentina e inesperadamente un valle entero delante nuestra. Se podía ver un pueblo, indudablemente era Little Hangleton. No era la primera vez que veía ese pueblo acurrucado entre dos acantilados, su Iglesia y sucementerio. Hace varios años había ido de visita para observar la casa donde mi abuelo se había criado, pero cuando llegué en aquél entonces sólo quedaba una casa en ruinas.

 A través del valle, en la ladera opuesta, había una casa particularmente sustanciosarodeada por un espacio ancho de césped verde aterciopelado.Ogden había acelerado su trote debido a la cuesta descendente pronunciada. Dumbledore alargó su zancada, y yo me apresuré con cuidado de no tropezar por mis tacones para seguirle.

Caminando por el sendero que sólo había transitado hace ya mucho, caminé observando cómo la senda giraba hacia la derecha y después de rodear la esquina, vi el mismo borde de la levita de Ogden desapareciendo a través de una abertura en el cerco deprotección. 

Siguiendo el paso de Ogden, caminamos por un sendero estrecho y sucio bordeado por setos vivos más altos y más agrestesque los que habíamos dejado atrás. El camino era más encorvado y rocoso, inclinándose cuesta abajo finalmente, yparecía dirigirse a un grupo de árboles oscuros uno poco más lejanos que en mi anterior visita no se encontraban.

 Al llegar al bosquecillo, nos paramos detrás de Ogden, que se había detenido y sacado su varita.A pesar del cielo despejado, los árboles viejos de adelante lanzaban profundas sombras que parecían producir calma,y tubímos que pasar algunos segundos antes de que mis ojos percibiesen el edificio semioculto en medio delenredo de troncos. 

Incluso en la época en la que la zona se encontraba habitada, parecía un lugar muy extraño para edificar una casa, o sino una mala decisión el dejar que losárboles crecieran cerca, bloqueando toda luz y la vista del valle de abajo. 

Si no supiese a ciencia cierta que este recuerdo era sobre mi familia, y que por tanto deberían estar viviendo en ella dudaría de si  estaba habitada. Susparedes eran musgosas y muchas tejas se habían caído del techo dejando a la vista los cabríos. Las ortigas habíancrecido alrededor, alcanzando las ventanas, las cuales eran diminutas y gruesas, con mucha mugre. Tal como habíapensado, nadie podría vivir allí exceptuando las ratas y algún que otro Pettigrew. Sin embargo, una de las ventanas se abrió con un estrépito, y un chorritodelgado de vapor o humo fue expedido, como si alguien estuviera cocinando. 

Perdonar nunca es fácil (2 temporada de ¿Volver a amar? Snape Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora