Capítulo 59

3.3K 235 34
                                    

Ya llevábamos tres días en casa de Caelus, la cual estábamos usando como cuartel general y refugio a la espera de que lograsen localizar al resto de mortifagos. Hasta la fecha, había ayudado a encontrar cerca de diez de ellos, y mañana sería el juicio de los Malfoy. Gracias a mi intervención, Draco había sido indultado antes del juicio, ya que no había hecho nada a favor de los mortifagos (suprimiendo el desarmar a Dumbledore), y al igual que el resto de los hijos del resto de los partidarios de Voldemort, no existía necesidad de juzgarlo. A pesar de estar casi todo más calmado, todavía quedaban muchas cosas por hacer, como terminar de encontrar a los Hermanos Lestrange y ayudar en las reparaciones del castillo.

Actualmente me encontraba en la habitación de los niños jugando con ellos junto a Severus cuando unos golpes en la puerta llamaron nuestra atención.

-¿Quién es?-Pregunté acariciando mi varita, la cual se encontraba en mi manga.

-Soy Hermione, Draco se encuentra abajo y quiera hablar contigo.-Respondió esta con tranquilidad.

-De acuerdo, nadie le ha dicho nada sobre Severus, ¿Verdad?-Pregunté levantándome de la alfombra donde nos encontrábamos sentados.

-Sólo sabe que su cuerpo no fue encontrado, al igual que el resto.-Respondió con tranquilidad mientras abría la puerta.

-Perfecto, ya sabes que no es bueno que alguien que haya tenido relación con los mortífagos sepa que sigue vivo.

-Lo sé, porque pueden introducirse en sus mentes para poder saber cualquier cosa y descubrirlo.-Respondió Hermione cansada.

-Lo siento, pero todo está yendo demasiado bien, y eso me asusta.-Dije con media sonrisa mientras comenzábamos a bajar las escaleras.

-¿Porqué? Hasta ahora, todos los planes que habías organizado surgieron efecto.

-Es porque siempre he tenido en cuenta lo que puede hacer nuestro enemigo. El problema es que en este momento, los mortífagos están divididos, por lo que no sólo tengo que pensar como su líder, sino como cada uno de ellos.-Respondí seria.

-Cierto, creo que deberías dejar algo de tu trabajo a otro. Creo que los interrogatorios pueden ser realizados por Caelus o Andy.-Dijo Hermione ligeramente preocupada.

-Puedo delegar cualquier otro asunto a excepción de ese. Yo soy la única que puede penetrar en las mentes más complejas.-Respondí seria.

Ciertamente, lo que había dicho era realidad, pero el motivo primordial era asegurarme de que ninguno de ellos supiese nada sobre la existencia de Delphini. No podía arriesgarme a que se descubriese, y mucho menos cuando ya la había presentado al mundo mágico como hija mía y de Severus. 

-Bueno, al menos deja que te ayude con tu propuesta a favor de los Duendes.

-Me parece bien, siempre y cuando no intentes encargarte de todo.-Respondí con media sonrisa.

-Definitivamente, eres una adicta al trabajo.-Susurró con media sonrisa mientras llegábamos al salón.

-No sé cómo no os habéis dado cuenta hasta ahora.-Respondí con media sonrisa.

En el salón, se encontraba Draco sentado en uno de los sofá esperando con tranquilidad.

-¿No hay nadie más en la casa?-Pregunté extrañada mirando a Hermione.

-Caelus y Andy se encuentran en el despacho hablando con Kinsgley sobre algo del departamento de Aurores.-Respondió Hermione con tranquilidad.

-Cierto, hace poco ha subido por las escaleras con el resto después de amenazarme con matarme si me sobrepaso con su chica.-Dijo Draco con una sonrisa mientras se levantaba para abrazarme.

Perdonar nunca es fácil (2 temporada de ¿Volver a amar? Snape Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora