4. Cuatro borrachos y medio

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Un solo segundo más tarde después de que la exclamación de Jimin rebotara en todas y cada una de las paredes de su sala, todo volvió a la normalidad.

O casi a la normalidad.

Namjoon se adentró a su habitación, ignorándonos. Hoseok comenzó a reprocharle a un muy borracho Yoongi que lo estaban esperando en el estudio para continuar con su reunión y él solo atinó a culparnos a Jimin y a mí por haberlo retenido, mientras que Dom y Tae prácticamente se rompían en carcajadas por lo ridículo de la situación.

Después de que Dominique mencionara la siguiente frase; "hay pollo frito abajo", todo se volvió un poco borroso.

Fui testigo de lo rápido que podía correr Yoongi si se lo proponía, incluso estando bajo el efecto del alcohol. Jimin fue el segundo en seguirlo, entusiasmado ante la idea y Hoseok solo nos miró a Dom y a mí antes de preguntarnos si podía unirse a nosotros, diciéndonos que no confiaba demasiado en Yoongi bajo la influencia del alcohol.

Poco después de haber llegado, me escabullí de regreso a la cocina, evitando a mi hermana menor, razón principal por la cual Jimin me había incitado a beber cuando ella a Tae fueron por el pollo. Me había notado extraña, al igual que Tae y ambos habían hecho la pregunta cuando mi hermana se había marchado a buscar un par de papeles a la oficina de Calvin y yo solo me limité a decirles la verdad.

¿Por qué no puedo confesarle que tendremos que permanecer como encargadas de Bangtan TV hasta nuevo aviso?

— Deberías decírselo pronto.

Mi intención es continuar golpeando mi frente contra la mesa, pero se me es casi imposible lograrlo cuando la enorme mano de Kim Taehyung suaviza el impacto, posicionándose justo entre mi frente y la lisa superficie de mármol de la mesa.

Ahogo un quejido, escuchando sus risas brotar desde del fondo de su garganta al quedarme en esa posición, apoyándome en su mano, luego de inspirar con cansancio.

— No pienso decírselo – balbuceo, con voz ahogada y cargada de melancolía– díselo tú.

— No es mi trabajo – contesta al cabo de un segundo y siento su sonrisa ensancharse, incluso aunque no lo esté mirando directamente – es tu hermana, Theo, ¿qué tan difícil es?

Cierro los ojos y me enderezo en el taburete, recargando mi mejilla contra la palma de mi mano y lo veo imitarme, acomodando su cabello castaño, evitando que este caiga sobre sus ojos nuevamente.

— No lo entiendes, Tae – reprocho y mi voz suena un tanto infantil. Culpo al alcohol en mi sistema por ello – sabes que encargarnos de Bangtan TV no es el trabajo que vinimos a hacer aquí.

Sus cejas se pierden bajo su cabello y su expresión se torna un tanto confundida.

— ¿No te gusta pasar tiempo con nosotros? – pregunta, sin embargo, sé que tiene más que clara la respuesta.

— Eres un idiota – ruedo los ojos y sus risas llegan a mis oídos nuevamente, retumbando en la cocina con suavidad – pero no es eso a lo que me refiero.

— Pero eso es exactamente lo que yo entiendo – ladea su cabeza y sé que se está burlando de mí, por la forma en la que las comisuras de sus labios se mueven, tratando de reprimir la mueca de diversión que quiere tomar lugar en su rostro.

Suelto un bufido antes de hablar.

— Es como si a ti te propusieran el trabajo de tus sueños, digamos que realizar una canción junto a John Legend – ejemplifico y de inmediato veo el brillo de entretención en sus ojos, el que incrementa cuando este termina por apoyar ambos codos en la encimera y recarga su mentón en sus manos para mirarme con mayor detención mientras yo continúo con mi explicación – pero para lograrlo, debes cumplir con un par de sacrificios, los cuales aceptas porque no eres un idiota y sabes que es una oportunidad que no se repetirá de nuevo en tu vida – carraspeo – Y en el momento en el que todo va bien, cuando estás a punto de lograrlo y te encuentras dando lo mejor de ti para superar tus propias expectativas, te dicen que tendrás que dejarlo ir para pasar a ser el bailarín de la línea de atrás.

6:20  [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora