6:20 [BTS]

15. Código amarillo

— ¿Estás bien?

Observo detenidamente como Calvin apoya sus codos sobre su amplio escritorio, cruzando los dedos frente a su nariz mientras espera impaciente por mi respuesta, analizando cada parte de mi rostro de forma anticipada a lo que yo me acomodo en la silla frente a él, luchando por no reír como quiero hacerlo.

— Estoy bien, Calvin – suelto finalmente, en medio de un suspiro – nada ha cambiado desde que me lo preguntaste ayer cuando fui a tu casa, anoche cuando me llamaste y hace un par de minutos apenas entré a tu oficina.

Sus ojos oscuros me miran y se estrechan, buscando algún indicio en mi postura corporal o quizá en mi sonrisa que le demuestre lo contrario, pero parece no encontrar ninguno como para rebatir mi respuesta.

Después de abandonar el departamento de los muchachos durante la noche del sábado, pese a todas las insistencias de Taehyung y de Jimin para que nos quedásemos, Dominique y yo pasamos toda la noche hablando del pasado, disculpándonos por ser tan terca una con la otra, por insistir en nuestras propias ideas y encerrarnos a nosotras mismas dentro de lo que creemos "lo mejor" para la otra.

Hablamos toda la noche y ella me ayudó a prepararme mentalmente para hablar con Calvin sobre el tema, porque ambas sabíamos que no había manera de ocultarle algo de esa magnitud al hombre que nos considera sus hermanas menores.

— ¿Segura que no me estás mintiendo?

— Segura, Calvin – repito con cierto sarcasmo, cosa que no pasa inadvertida por él y me gano de inmediato una expresión severa en su rostro – en serio estoy bien, Cal. Ya lloré todo lo que tenía que llorar, frente a los chicos, frente a mi hermana y frente a ti y Sun, ya me consolaron y consintieron lo suficiente como para considerarme más que bien.

— Eso no quita el hecho de que me siento culpable, Theodora. – niega con la cabeza – debería haber investigado un poco más a ese muchacho apenas mencionaste que saldrías con él.
Lo veo llevarse una mano frente a sus labios a lo que su frente se frunce y entra en un estado pensativo que solo es una advertencia para ideas confusas y problemas futuros.

— ¿Cuántas veces voy a tener que repetir que no fue culpa de nadie? – me hallo preguntándole a la nada, dramatizando solo para obtener la atención del hombre de treinta y ocho años que me conoce desde que era preadolescente. – ni siquiera de Joohwan, bueno sí, quizá sea su culpa y de nadie más.

— Claro que fue su culpa – rechista de un salto – ese pequeño bastardo va a recibir una lección de mi parte.

— ¿Una lección? – mis cejas se alzan con entretención cuando veo como asiente en repetidas ocasiones – ¿De tu parte?

— Claro que sí – contesta de forma inmediata, inflando su pecho con total confianza.

— Espero que Joohwan esté listo para una lección de edición y dirección, porque eso es lo más cercano que estarás de darle una – me burlo, ganándome un entrecejo fruncido por parte del hombre tras el escritorio – ambos sabemos que es más probable que Evan lo golpee a que tú lo hagas.

— No soy un hombre violento, te concedo eso – me mira con una media sonrisa en su rostro – pero sí soy bastante imaginativo para los castigos, pequeña Theodora.

Mis cejas se juntan de forma inmediata ante sus palabras, mi boca se abre un par de veces y termino por negar con la cabeza, sin saber si reír o reprocharle por su infantil manera de resolver los problemas.

— ¿Qué hiciste ahora, Calvin?

— No me gusta ese tono que utilizas, Theo – agrega, algo divertido al apoyar codo derecho contra su escritorio para luego posar su mentón en la palma de su mano – y solo diré que va a hacérsele muy difícil soportar el día.