8. Buena idea

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— Um... ¿qué se supone que está pasando aquí?

Una vez que la voz de Kim Seokjin logra llegar a mis oídos, me quedo estática en la bochornosa posición en la que Jimin y yo hemos terminado, ambos sujetándonos del cuello del otro mientras que las risas pertenecientes a Yoongi, Dominique y Jungkook se disuelven en el aire cuando carraspea, llamando la atención de todos hacia el umbral de la puerta.

Mi cabeza se gira en cámara lenta hacia él, consciente de que su voz no debería sonarme intimidante bajo ninguna circunstancia común, pero, lamentablemente, esta no es una situación que podría catalogarse como normal bajo ningún parámetro.

Mis ojos observan a Seokjin alzar una ceja con extrema detención, percatándome de que una media sonrisa comienza a tirar de sus labios al observar la inusual escena, mientras que Hoseok y Namjoon, todavía tras el mayor, miran hacia la sala con expresiones que no denotan nada más que confusión en el estado más puro de la palabra.

Honestamente, yo también estaría confundida si al llegar a casa me encontrase con dos personas disfrazadas de oso – los que además llevan trajes de mucama a juego–, que están prácticamente estrangulándose el uno al otro para conseguir la preciada libertad que solo el idiota –y el causante de todo esto– puede brindarnos; Min Yoon Gi.

Ni en mis más locos sueños esperaba que después de regresar de Busan y ser reintegradas oficialmente por Calvin a nuestras labores en la agencia, las primeras palabras que Yoongi pronunciaría serían: "ustedes dos aún tienen que cumplir con la apuesta" después de separarse del emocional abrazo que nos dio al regresar.

¡Estúpida apuesta!

En mi defensa, no estaba en mi mejor momento cuando Dominique y Yoongi hicieron el trato. Tampoco estaba cien por ciento enterada de ella.

No sabía qué demonios estábamos apostando siquiera y tampoco me enteré del momento en el que supuestamente mi hermana, Jimin y yo habíamos perdido la dichosa apuesta, puesto que en el momento en el que todo eso pasó, yo estaba demasiado ocupada tratando de encontrar la manera perfecta de informarle a Dominique que ambas estaríamos atascadas en Bangtan TV al menos hasta que Calvin nos sacara de ese puesto.

Así es como terminamos Jimin y yo en los ridículos trajes de oso-mucama que conseguimos durante la mañana en la que Dom casi le quebró la nariz a Kim Namjoon.

Si tan solo ella no se hubiese lastimado su mano derecha, la muy idiota estaría disfrazada junto a nosotros y no abanicando a Yoongi hasta que su mano izquierda se entumezca, lo cual me parece el verdadero castigo de toda esta peculiar situación.

— Mejor no contesten eso – Jin menea su cabeza al soltar un ruido desde lo más profundo de su garganta cuando finalmente se decide a entrar, soltando el pomo de la puerta para dar un paso adelante y quitar sus zapatos, dejándolos sobre el mueble junto a la puerta.

Casi como si fuese nuestro cable a tierra, Jimin y yo apartamos las peludas patas de nuestros disfraces del cuello del otro y nos lanzamos una mirada a través de los pequeños agujeros de la cabeza antes de volver a mirar a los recién llegados, sin saber qué hacer exactamente.

— ¿Qué tal la reunión? – inquiere la voz perteneciente a Yoongi, desde el sofá, sin siquiera inmutarse.

Namjoon chasquea la lengua al realizar los mismos movimientos que hizo Jin anteriormente, dejando sus zapatos en el mueble y luego adentrándose de lleno hacia la sala, sin notar la presencia de mi hermana, sentada en el suelo junto al sofá en el que Yoongi se encuentra.

— Solo ignoren a Namjooonie. – pide Hoseok, sin mirarnos directamente, quitándose la cazadora oscura y estirando sus brazos en el proceso – está molesto porque Jin hyung quiere invitar a las chicas a cenar.

6:20  [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora