28. Primera cita

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— Theodora, creo que es momento de que me digas la verdad – declara Chunghye, cruzándose de brazos en el asiento frente a mí mientras me escruta con la mirada al alzar sus cejas.

Una sonrisa tira de mi rostro cuando veo el destello en sus ojos marrones, una perfecta mezcla entre orgullo y diversión al verme darle un sorbo a mi té helado, evitando a toda costa dar alguna explicación coherente solo porque disfruto de verla a ella y a Eunji frustrarse cada vez que intentan conseguir alguna pista de lo que sucedió entre Seokjin y yo hace apenas un día.

Sentada en medio de una cafetería en el centro de Seúl -a la cual me obligaron a venir junto a ellas-, se me hace imposible no sonreír al recordar aquel momento que se quedó grabado en mi memoria, al recordar a la perfección la forma en la que le dije a Jin que me gustaba, sin vacilaciones, sin dudas, consciente de que mi corazón latía descontrolado dentro de mi pecho como si quisiera escapar de él para irse directamente hacia las manos de Jin mientras que me dedicaba a observar con lujo de detalle la forma en la que parpadeaba, en cómo sus pestañas rozaban su piel con asombro ante aquella confesión que jamás pensé hacer en voz alta, menos frente a él.

En ese instante, mo pude contener mi sonrisa por mucho tiempo, tampoco mi sonrojo cuando me acerqué un poco más a él, acortando la distancia entre nosotros, dejando mis inhibiciones a un lado, dejando todas mis inseguridades atrás para concentrarme netamente en el enjambre de mariposas revoloteando dentro de mi estómago, enfocándome en su sonrojo, en la forma en la que sus ojos oscuros se posaban sobre los míos, como si no hubiese existido nada más en el mundo, solo nosotros dos.

Sin duda alguna en mi sistema, puse mis manos en sus mejillas con la intención de repetir aquel inocente beso que compartimos antes de mi viaje a Japón, con la intención de dejar en claro que mis palabras y mis sentimientos eran más que reales.

— Por favor – ahora lo intenta Eunji, sacándome de mis pensamientos al volver a insistir para conseguir la información que ambas quieren saber – no has dejado de sonreír durante todo este tiempo – balbucea, haciendo un puchero – ¡La curiosidad me consume!

Carraspeo, alzando una de mis cejas en el proceso a medida que me acomodo en mi asiento, todavía sin poder dejar de sonreír en lo absoluto.

— ¿De verdad quieren saber todo lo que sucedió? – inquiero, con mi voz delatando mi diversión al divisar de reojo la expresión de fastidio que de pronto aparece en el rostro de Hye.

— Deja de jugar con mis sentimientos, Theodora. – Pide, cruzándose de brazos. – Deja de jugar con nosotras y dinos la verdad.

— Está bien – me encojo de hombros, viendo como ambas sueltan un suspiro, sin creerme en lo absoluto.

— He escuchado eso alrededor de diez veces en menos de treinta minutos – farfulla Eunji, haciendo frunciendo el entrecejo cual niña pequeña. – También he escuchado todas las versiones de la historia, menos la tuya y la de Jin – ella niega con la cabeza – Y se me hace difícil creer la versión de Jungkook y de tu hermana, esa en la que Jin te salvó de un incendio y por esa razón le confesaste tu amor.

Suelto una risotada de pronto.

— Tu estabas ahí, Hye – alzo una ceja – deberías saber algo.

— No voy a creer todos los rumores que corren por ahí – ella estrecha sus ojos hacia mí – Quiero tu versión, idiota. Además, estaba ocupada en ese momento como para haberme enterado en el momento. Quiero decir soy una profesional, estaba haciendo mi trabajo mientras los chicos y tu hermana cuchicheaban sobre lo que había sucedido, lo cual no fue muy difícil de deducir dado que tu y Jin aparecieron de la mano, sonriéndose como los dos bobos enamorados que son. 

6:20  [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora