22. Agradecidos

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Se me hace completamente imposible apartar la mirada del papel que sostengo entre mis dedos, consciente de que mi ritmo cardiaco se acelera exponencialmente al releer las palabras allí escritas, haciéndome caer en cuenta de lo que está sucediendo.

Un sinnúmero de pensamientos toma lugar en mi cabeza cuando alzo mi rostro en busca del camarero que me ha entregado la flor y la nota, en busca de alguna explicación que pueda calmar la infinidad de inquietudes y dudas que empiezan a surgir desde los rincones más profundos de mi mente.

A mi alrededor, todo sigue luciendo exactamente como lo hacía hasta hace un minuto atrás, sin embargo, no puedo evitar pensar en que el muchacho con el que compartí una conexión -de la que solo había leído en antiguos libros de romance- está aquí esta noche, diciéndome por medio de una nota que está frente a mis ojos y, aún así, no he sido capaz de reconocerlo.

Todo se vuelve una nebulosa a medida que intento calmar mi respiración, la que se ha acelerado ante la sola idea de haber sido tan distraída y descuidada como para no haberlo notado antes.

Inspiro profundamente, tratando de recomponerme y, es entonces en donde recuerdo las palabras de mi hermana, junto a la promesa de una noche llena de sorpresas, una noche inolvidable para mí.

¿Será posible...?

Muerdo el interior de mi mejilla, ansiosa de pronto, percatándome de que mi corazón comienza a retumbar fuertemente contra mis costillas ante la posibilidad de que Dominique esté en medio de esto.

A medida que comienzo a atar los cabos sueltos, todo parece adquirir sentido. El hecho de que Dominique se estuviese empeñando en organizarme una cita con un príncipe azul, la molestia que sintió cuando acepté la invitación de Joohwan junto a los mensajes de los que Thomas me habló cuando logró hackear el teléfono de mu hermana, mensajes en los que se hablaba de los preparativos para que el príncipe azul me invitase finalmente a salir.

Mis manos comienzan a sudar ante las posibilidades de que todo esté relacionado y mis ojos nerviosos se mueven por sobre la multitud, en busca de esa mirada ambar que le pertenece a Dominique, de alguna manera buscando explicaciones entre la gente, buscando las respuestas a las preguntas que comienzan a formarse en mi cabeza y que sé que no podré realizar por miedo a las respuestas.

Termino por toparme con unos expresivos ojos que conozco bien, incluso pese a las lentillas azules sobre ellos.

Chunghye camina directamente hacia donde me encuentro, obligándome a reaccionar.

Tardo un segundo en notarlo y dos en volver a poner mi atención sobre Hye, fijándome en el aura de tranquilidad que la rodea, lo que se me hace completamente ajeno al desastre que se ha desatado en mi interior.

Finalmente, y al cabo de unos segundos, espabilo al sacudir mi cabeza para luego depositar la nota dentro de mi bolso junto a mi teléfono celular, previo a que la estilista de Namjoon se detenga frente a mi nariz, estirando con soltura su mano hasta cerrarla delicadamente en torno a mi muñeca.

— Hora de bailar – dice sin preámbulos, arrastrándome con ella de regreso a la pista de baile, pasando por alto la vaga negativa que formulo entre el murmullo de las personas que nos rodean.

Soltando un suspiro ahogado, dejo que ella tire de mi mientras comienza una conversación a la cual no le presto atención alguna, pese a escuchar mi nombre en ella junto al de Hoseok, Eunji y Seokjin, porque me encuentro demasiado ocupada tratando de localizar a Dominique en medio del gentío.

De todos los rostros que logro enfocar, ninguno de ellos pertenece al de mi hermana menor,

Me hallo a mí misma perdida en medio de una multitud, sin notar que mi acompañante se ha detenido en medio de la pista y que se ha cruzado de brazos, a la espera de alguna reacción de mi parte.

6:20  [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora