6:20 [BTS]

17. Te escucho

Cinco segundos son los que tarda mi hermana en darse cuenta que las puertas del elevador se han abierto y que, todos los demás, hemos presenciado directamente la discusión que ella y Taehyung mantenían.

Sus mejillas se sonrojan, su boca se abre y se cierra dos veces –en todo momento evitando el contacto visual con Kim Nam Joon– y, para cuando aclara su garganta, me tengo que morder la lengua para no reír ante su expresión sumamente afectada.

— Lo siento, Tae – musita con rapidez, con las mejillas rojas y con una mirada que no anuncia nada más que problemas – pero necesito a mi hermana.

Taehyung no tiene reacción alguna cuando las palabras de mi hermana abandonan sus labios, menos cuando ella sale del elevador en tres largas zancadas y se abalanza sobre mí, quitándome las llaves de la camioneta de mi mano y me toma por la cintura, como si mi tamaño y mi peso no fuesen la gran cosa. Me acomoda sobre su hombro en cosa de milisegundos y, tan rápido como lo hace, ella empieza a correr conmigo sobre ella hacia la camioneta que aparqué hace poco menos de diez minutos.

— ¡Theodora es mía!

Su exclamación resuena en todas y cada una de las paredes de asfalto del estacionamiento de nuestro edificio, acompañado de mis quejidos, de mis risas y de mis palabras sin sentido mientras ella corre a todo lo que sus pies se lo permiten conmigo encima y mi única reacción es aferrarme a ella con el único objetivo de no caer al pavimento.

— ¡No me sueltes! – chillo cuando Dom apura su paso, lanzando lejos sus sandalias para correr más rápido, y yo solo me aferro a su cintura hasta el punto de no dejarla respirar.

— ¡No voy a dejarte caer! – contesta en medio de pesadas respiraciones, con un tono burlón que se me hace imposible no asociarlo con su sonrisa torcida.

El mando a distancia quita los seguros del vehículo y, tan solo un momento más tarde, soy lanzada brutalmente en los asientos traseros. Sin delicadeza y sin cuidado alguno.

— ¡Lo siento! – grita cuando se da cuenta que me he golpeado la cabeza, debido a la forma en la que me ha lanzado dentro.

— ¡Dominique! – reclamo, llevándome ambas manos a mi cabeza, como si eso de alguna forma aliviase el latente dolor en la cima de mi cabeza.

— ¡Tenemos un código amarillo en proceso! – exclama, elevando su voz a una más chillona y más alterada – ¡no te quejes ahora, este es el procedimiento!

No tengo tiempo de sentarme, de recomponerme o de burlarme si quiera puesto que ella ya ha tomado su lugar en el asiento del copiloto y ha comenzado a conducir como si hubiese tres vehículos persiguiéndonos y amenazándonos con armas, cuando en realidad de lo único que ella se encuentra escapando es de las fuertes risas de Hoseok, Seokjin y de Yoongi, de las maldiciones de Taehyung y de las burlas por parte de Jimin y Jungkook.

— Jamás pensé que llegaría este momento – musito en medio de una carcajada, quejándome cuando mi cabeza vuelve a impactar contra la puerta del vehículo, cuando ella gira el volante para doblar a la derecha, probablemente a propósito.

— Ups, lo siento.

Estrecho la mirada hacia ella, pero es imposible que me mantenga de esa forma debido a que sus mejillas, las que se han mantenido sonrojadas desde que las puertas del elevador se abrieron, ahora toman un color incluso más intenso que antes.

— No pienso hacer declaraciones hasta que tenga una Big Mac en mis manos – declara, buscando mis ojos por medio del espejo retrovisor, cuando se da cuenta que estoy sonriendo como una verdadera estúpida desde el asiento trasero.

Suelto una carcajada, acomodándome en el asiento como puedo, alineando mis ropas en el proceso y recojo mi bolso del piso.

— ¿Sabes? – me aclaro la garganta, sin dejar de esbozar una sonrisa – Iba a decirle a Taehyung que tú siempre estarás primero, que hablaría con él después de hacerlo contigo – alzo ambas cejas – así podríamos habernos evitado los golpes en mi cabeza, la escena del secuestro y no habrías dejado tus sandalias abandonadas en el estacionamiento.