5. Bailarina de apoyo

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— Basta – pide Dominique y esa estúpida sonrisa ladina aparece en su rostro – vienes dando pisotones desde que te bajaste de la camioneta.

Me contengo, para no darle un fuerte pisotón al suelo para demostrarle lo que es un pisotón real, porque debo mantener la compostura dentro de las paredes de la agencia. Sin embargo, no puedo ocultar la indignación en mi mirada y eso solo hace que su sonrisa crezca, de una forma completamente irritante.

— Ya conseguimos los disfraces y todo está en orden para pagar la apuesta que perdimos por tu culpa. – musita, provocando que mis labios se junten en una fina línea.

— ¿Todo está en orden? ¿Por mi culpa? – mis cejas se alzan con incredulidad y me detengo, en medio del pasillo solo para observarla mejor – Dom, perdimos tres horas buscando esas ridículas cosas – refuto, y estoy segura de que, si las miradas matasen, ella estaría siete metros bajo tierra. – Tengo demasiado trabajo que hacer y, para finalizar, tenemos que cumplir la apuesta más ridícula que se te ha ocurrido hacer en años. ¡En años! ¡Y no fue mi culpa!

Tengo que reprimir el impulso de golpearla, más cuando es notorio que mi reacción le divierte.

Claramente no fue mi culpa haber perdido el estúpido cuestionario que tanto Yoongi como Dominique se empeñaron en realizar, incluso aunque ni Taehyung ni yo estábamos realmente interesados en contestar.

— Cálmate, hermana – ella se acerca, posando una mano sobre mi hombro y yo simplemente me encargo de fruncir todavía más mi entrecejo, para dejar claro el punto – no es tan terrible como lo haces parecer.

Bufo, rodando los ojos.

— ¿Me estás llamando exagerada? – inquiero, algo ofendida – ¡Son disfraces de mucama, imbécil! – mi exclamación abandona mis labios, cargado de reproche. – ¡Tengo derecho a estar molesta!

— ¡Solo quería verlos vestidos de mucama! – se defiende, alzando las cejas y sus brazos, entrando en un estado de exasperación bastante similar al mío – también tengo fantasías, ¿está bien?

— ¿No pensarte en la posibilidad de que podíamos perder la estúpida apuesta? – La veo encogerse de hombros, pese a que parece estar algo alterada y eso solo me hace querer darle un puñetazo en la cara – ¡ahora tenemos que limpiar todo su departamento en esos ridículos disfraces!

— ¡En ese momento parecía una buena idea! – sacude su cabeza, resignada – al menos no estamos solas en esto – intenta calmarme, posando nuevamente su mano en mi hombro.

— Arrastrar a Jimin con nosotras no me hace sentir mejor – confieso, retomando nuestro camino hacia el salón de prácticas. Ella me sigue y puedo ver de reojo que una sonrisa comienza a dibujarse nuevamente de sus labios.

— A mí sí – dice, sin lucir para nada consternada – pero no se lo digas.

Blanqueo los ojos y doy por finalizada la conversación.

Mis pies continúan con su camino y mi hermana avanza a mi lado, cargando su mochila sobre su hombro derecho y puedo ver que se esfuerza para que su sonrisa no aparezca en su completitud en su rostro, pero francamente se le hace imposible.

— Deja de imaginarte a Jimin en ese disfraz, por favor – digo con un deje de diversión, el que se me hace muy difícil disimular – me perturba un poco tu sonrisa, Dominique.

La única respuesta de mi hermana es que su sonrisa aparezca en su rostro, sin restricciones antes de comenzar a carcajear con ganas, logrando que sus risas reboten en las paredes del pasillo, contagiándome a mí también debido a lo predecibles que son sus pensamientos en este preciso momento.

6:20  [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora