7. Regalos de despedida

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Definitivamente, correr por los pasillos de la agencia se me ha hecho una muy mala costumbre.

Mis pesadas respiraciones hacen eco en los desérticos pasillos del tercer piso, mientras que el sonido de mis pisadas rebota directamente en mis oídos a medida que corro, consciente de que voy retrasada al lugar de reunión que Calvin me informó por medio de un mensaje de texto.

Mi corazón retumba ansioso dentro de mi pecho, mis manos nerviosas se empuñan a medida que mis pies se mueven en dirección a la sala de ensayos y todo a mi alrededor se vuelve borroso al recordar las palabras que pronunció Dominique hace solo un par de horas atrás.

"Editar es lo que amas. Hazlo, joder. No dejes que nada te detenga, ni siquiera yo."

La culpa me carcome por dentro y lo ha estado haciendo desde que partimos a Busan hace dos días. Me ha consumido por completo y mi cabeza se ha vuelto un completo desastre, más cuando Dominique se empeñó tanto en hacerme "entrar en razón" para que no dejase esto, porque pese a no estar en el puesto por el que vine, aún tengo posibilidad de hacerlo, incluso aunque ella tuviese que dejarlo.

Para el momento en el que me detengo frente a mi destino, soy solo un manojo de nervios y emociones más que confusas.

Me toma un momento enderezarme para tocar la puerta mientras apoyo mi mano en el pomo, recargando algo de mi peso en ella, con la clara intención de recuperar algo del aire que he perdido.

Un momento después, la puerta se abre de un tirón y me sorprende encontrarme con la intensa mirada de Kim Taehyung posándose directamente sobre mis ojos.

Veo sorpresa y alivio mezclándose en sus pupilas y, sin darme tiempo ni siquiera de reaccionar, sus largos brazos me rodean, me atrapan contra él y suelta un suspiro que no refleja nada más lo que divisé en sus ojos castaños.

Mis brazos se sujetan a él por inercia ante el repentino abrazo, acaricio su espalda en un intento de calmarlo, porque he aprendido a distinguir cuando se encuentra agobiado o alterado, como en este mismo instante.

— Oye – digo, tratando de zafarme de su agarre, cosa que se me hace imposible debido a que parece no querer soltarme – Taehyung – mascullo, siendo prisionera de su fuerte abrazo, el que comienza a quitarme el aliento. – no puedo respirar – termino por balbucear, al compás de un carraspeo que se proyecta desde dentro del salón.

Taehyung se separa de mí levemente, mirándome fijamente con esos ojos castaños que no dejan de mostrar alivio y tan rápido como lo hace, otro par de brazos me envuelven y es ahora Park Jimin quien se encuentra abrazándome y no tengo ni la menor idea cómo es que apareció delante de mí con tanta rapidez.

— Nos debes muchas explicaciones – susurra, solo para que yo sea capaz de escucharlo al separarse y a lo único que atino a juntar los labios antes de rodar los ojos, gesto por el cual me gano un leve apretón en mi mano derecha, la que no me había percatado que Taehyung seguía sosteniendo pese a estar en presencia de Calvin y de sus compañeros de grupo.

— Hablo en serio – suspira Jimin, acomodándose junto a mí para cuando Calvin nos mira a los tres, alzando una ceja al darse cuenta de que Taehyung se ha negado a soltar mi mano y que yo no hago ni el más mínimo intento por zafarme de él, porque sé que Tae es insistente cuando quiere serlo. – nos tenían preocupados – prosigue en voz baja – y ni hablar de Yoongi hyung, estaba desesperado por saber de Dominique.

— Perdí mi celular– los miro de reojo, entregándole la explicación que necesitan escuchar – y Dom no llevó consigo el suyo. Nos mantuvimos en contacto con Cal por medio de su madre. Lo siento.

Las cejas de Jimin se pierden tras su cabello cuando las alza y quiere continuar pidiéndome explicaciones, pero se detiene cuando Calvin lo mira.

6:20  [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora