6:20 [BTS]

13. Cachorro asustado

Una de las cosas que más respeto de Park Jimin, es su perseverancia.

Él es la definición de la palabra en el diccionario y la aplica en cada aspecto de su vida, ya sea en el baile, en el canto, o en su vida personal. Jimin es una de las pocas personas que conozco que le es cien por ciento fiel a sus ideales y a sus metas, que las persigue con tanto anhelo y pasión que el permitirme observar el proceso me hace sentir realmente afortunada. No obstante, es por esa misma perseverancia por la cual al abrir la puerta de mi departamento y encontrarlo dentro, esperando por mí, cierro la puerta de forma instantánea y sin dudarlo.

Lo único que hago es parpadear, entre confundida y aterrada, haciendo mi mejor esfuerzo por no soltar la enorme bolsa de papel que sostengo entre mi mano derecha y mi cadera para no dejar caer el pequeño helado de menta que sostengo entre los dedos de mi mano izquierda.

En el instante en el que comienzo a replantearme el por qué dejé que se involucrara en la futura cita que tengo con Joohwan, dentro de un par de horas, es cuando me topo con la expresiva y confundida mirada de mi hermana menor, la que me cuestiona sin necesidad de pronunciar palabra alguna el por qué demonios he cerrado la puerta y me he quedado parada en el pasillo como una idiota.

— Recuérdame cambiar la contraseña de ingreso, por favor. – es lo único que digo, recargándome en la puerta en medio de un exagerado suspiro.

— ¿Jimin?

Asiento al instante en el que una sonrisa tira de sus labios al comprender lo que está sucediendo y veo como menea su cabeza, completamente entretenida ante la idea de que Jimin ya se encuentra dentro, listo para cumplir con lo que ha estado planeando por casi una semana.

— ¿De verdad lo hará? ¿Está allí dentro?

— Lo hará – murmuro afirmando mi más grande temor, sin apartar la mirada de las veloces maniobras que realiza mi hermana para depositar la bolsa de compras en el suelo, junto a la pared, para luego comenzar a reír a todo lo que sus pulmones se lo permiten, como es acostumbrado cada vez que las cosas no salen como me gustarían.

Jimin, al contrario de Taehyung y de mi propia hermana, fue la persona a la que más alegría le brindó el hecho de que aceptase salir con Joohwan y no tardó mucho en comenzar a idear cientos de planes e ideas para la cita que ni yo misma estaba preparada para afrontar.

Cierro los ojos y recargo mi cabeza contra la pared.

Sé que es patético que me aterre tanto una simple cita, que me estrese de la manera en lo que lo hace, pero la verdad es que la última vez que salí con alguien todo terminó de una forma que me hizo replantearme todo que creía saber con respecto a las relaciones interpersonales y, la idea de que la situación pueda repetirse, me asusta por completo.

Dom, sin duda, ha sido la más afectada con mi paranoia, porque ella ha tenido que escuchar todas y cada una de mis predicciones sobre lo que sucederá con Joohwan dentro de un par de horas. Predicciones que van desde las más trágicas, como en la que él es una especie de psicópata que me asesinará y me abandonará en el río Han, hasta las predicciones un poco más optimistas y bastante irreales, como en la que pienso que quizá él podría ser el misterioso chico de las 6:20 y que fui una verdadera imbécil por no notarlo antes.

Ahogo un quejido cuando ella lleva sus manos a su estómago, sin poder contener más las carcajadas que se abultan en su garganta.

Ha intentado calmarme, como siempre lo hace. Sé que ella me entiende, muy en el fondo entiende por qué tomé cada una de las decisiones que me condujeron a lo que ahora sucede. También tengo claro que hace lo mejor que puede para intentar ayudarme, sin embargo, el hecho de que ahora mismo esté riendo como una jodida hiena con asma me hace querer darle un puñetazo en la cara.