Capítulo 5

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Veo que Adrián se coge un croissant y se bebe un zumo de naranja.

- Os dejo chicos, que tengo una sesión de fotos y luego tengo que trabajar en el hospital.

- Qué maravilla solo posar y que te paguen - le dice Eva - ¿Podemos ir algún día a verte?

- Claro, cuando queráis, solo tenéis que decírmelo. Me voy que llego tarde ¡buen día!

Y se marcha. Desayunamos y Eva se queda un rato más con Javi. Yo me voy dando un paseo hasta mi nuevo trabajo para conocer el camino, ya que empiezo a trabajar mañana. Cuando llego a casa me suena el móvil, es Marcos.

- Hola - respondo.

- Hola princesa ¿qué tal estás?

- Bien, pero ya nerviosa por mañana.

- No lo estés, verás que se te va a dar todo bien.

- ¿Viste la foto?

- Sí, ibas guapísima cariño. No sabes lo que me hubiese gustado estar allí contigo.

- ¿Vendrás al final este fin de semana?

- No, no voy a poder.

- ¿Enserio?

- Me ha salido trabajo de última hora. Te tengo que dejar amor, tengo una reunión. ¡Hasta luego!

Y me cuelga... ¡No me lo puedo creer! No va a venir a verme y parece que me llama para cumplir. No sé si la distancia va a resultar tan fácil.

Al final el lunes llega enseguida y mi primer día de prácticas es estupendo, me enseñan mi escritorio, me presentan a mis compañeros y mi jefa es muy maja. Mi función es dar los boletines horarios de la mañana y algunas tardes participar en un programa de entretenimiento haciendo entrevistas a personajes conocidos. Como con mis nuevos compañeros y cuando termino me voy a casa.

- ¿Qué tal tu primer día?

- Muy bien la verdad. Todo el mundo es muy majo pero mañana empieza ya el trabajo duro.

- ¡Este fin de semana lo celebramos!

- No Eva, prefiero que no, Marcos al final no va a venir y no me apetece mucho.

- ¡Pues precisamente por eso! Así te animas.

La semana pasa rápido. El trabajo se me da bien y la verdad, estoy muy contenta. Así que el viernes me preparo para salir con mis amigos. Me pongo un vestido rojo ajustado, por encima de la rodilla y con la espalda al aire. Me recojo el pelo en una coleta alta y me maquillo. Tengo ganas de celebrarlo y olvidar lo raros que estamos Marcos y yo.

Javi y Adrián vienen a buscarnos y nos vamos andando hasta el local. Allí están esperándonos Carlos y MAría. Mientras los chicos van a pos las copas aprovecho para recrearme con el cuerpo de Adrián... total, no pasa nada por alegrarse un poco la vista. Cuando vienen Javi me entraga mi gintonic.

- Bueno Dora, vamos a brindar por tu primera semana de trabajo

- ¡Que todas sean así de buenas!

- ¡Por Dora!

Y todos brindamos. Adrián y MAría salen a la pista a bailar y veo como casi todas las mujeres del local se lo comen con los ojos.

- Me alegra que se te haya dado bién en el trabajo

- Gracias Carlos ¿tú que tal todo?

- Bien, no me quejo, trabajo no nos falta.

- Eso está fenomenal.

- Ya nos ha dicho Eva que tu novio no ha podido venir.

- No, le surgió trabajo a última hora.

- ¿Y qué tal llevas verle tan poco?

- Pues no muy bien la verdad, pero espero que pueda venir pronto.

- ¿De qué habláis chicos? - se nos une Eva

- De Marcos.

- ¿Enserio? Olvídalo por esta noche y vamos a divertirnos.

Me agarra y me lleva a la pista de baile. Lo damos todo bailando, no paramos, solo para ir a por las copas. De repente noto una mano en mi cintura. Me giro y es Adrián.

- ¿Bailas conmigo?

- Claro - digo azarada.

Y empezamos a movernos al ritmo de la música. Al principio nuestras miradas se cruzan de vez en cuando, pero según avanzan las canciones no dejamos de mirarnos a los ojos. No sé si son los tres gintonics que me he tomado, pero estoy embelesada con él. Tengo que cortar esta situación... así que le digo que voy al baño y así escapo.

Entro y me miro en el espejo ¿qué me está pasando? ¿Por qué me llama tanto la atención? Yo quiero a Marcos... y llevamos tanto tiempo juntos...

Cuando me siento más fuerte y ahí está él con Javi y Eva esperándome. Sonríe cuando me ve ¡Dios, qué sonrisa tiene! me derrite.

- Bueno chicos, yo ya me marcho - les digo.

- ¿Tan pronto?

- Eva, son las cuatro y llevo toda la semana madrugando - miento, porque no puedo decirle que me voy por él.

- Es verdad, pero te acompañamos.

- ¡Ni de coña! No pienso estropearos la fiesta, con lo bien que lo estáis pasando.

- No os preocupéis, yo la acompaño - dice Adrián.

- Que no de verdad, no te preocupes.

- No acepto un no por respuesta... Así que vamos - me dice.

- ¡Está bien! - ruedo mis ojos y nos despedimos de todos.

Me pone la mano en la parte baja de la espalda y salimos de allí. ¡Por dios que nerviosa voy!

Be mine, Loco por ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora