Be mine, Loco por ti ©

Capítulo 17

Javi, Eva y yo volvemos hacia la cocina y nos sentamos.  Los dos se quedan mirándome fijamente...

- ¿Qué coño me miráis? - les digo.

- Tienes algo que ver con esto? - me pregunta mi amigo.

- ¿Yo? Qué va, ójala, pero no. Anoche yo estaba con Saray y apenas hablé con Dora.

- Mira Adrián - me dice Eva - sé que entre vosotros ocurre algo.

- Entre nosotros no ocurre nada - la corto- porque Dora no me ha querido en su vida. Por eso desde hace semanas intentamos o coincidir y ni tan siquiera hablamos.

- Eso lo sé, pero eso ha ocurrido porque los dos os estabais enamorando y ella quiso poner freno.

¿A cuento de qué viene esta conversación, o interrogatorio mejor dicho, ahora? Me estoy empezando a enfadar.

- Mira Eva, no tendría porqué daros ningún tipo de explicación. Solo os voy a decir que estoy perdidamente enamorado de ella, pero ella me ha dicho que lo nuestro no puede ser. Así que lo que está ocurriendo con su novio no tiene nada que ver conmigo.

En ese momento Marcos baja las escaleras con su maleta, con cara de mala leche, nos dice adiós con la mano y se va... Nadie dice nada, solo nos miramos. No me gusta nada esta tensión que se palpa en el ambiente. Estoy que me muero de los nervios por saber cómo está Dora, daría todo lo que fuera necesario por subir, abrazarla y mostrarle todo mi apoyo...

Sigo inmerso en mis pensamientos cuando la veo bajar. Tiene los ojos hinchados de haber estado llorando mucho. Nos levantamos para ir hacia ella pero ella corre hasta Eva y se abrazan.

- ¡Ha sido horroroso! Me ha dicho cosas terribles...

- Estoy segura que no las piensa, pero estaba muy enfadado y en esos momentos sale lo peor de cada persona y se dicen cosas de las que luego uno se arrepiente.

Dora levanta la vista y me mira.

- Siento de verdad que hayáis presenciado esto - y lágrimas comienzan a caer de nuevo por sus mejillas.

- Eh nena, no tienes que sentir nada -le digo mientras me acerco y le tomo las dos manos- le has dicho lo que sentías y tiene que entenderlo.

Se queda mirándome fijamente y de repente me abraza fuerte... ¡Dios que maravilla sentirla así! Mi vida vuelve a cobrar sentido...

DORA

- Adrián, gracias por defenderme - le digo en su oído. Me reconforta tanto estar con él, le he echado tanto de menos este tiempo...

- No tienes nada que agradecer, nada. Jamás voy a permitir que alguien te grite, te haga algo o te falte el respeto.

Los dos nos quedamos mirando, creo que con la mirada nos decimos todo lo que no nos hemos dicho hasta ahora y que ambos necesitamos decir en voz alta, pero aún no es el momento de hacerlo.

- Venga Dora- me dice Eva- vamos a prepararte una tila y subir a tu cuarto para que te calmes. Ve subiendo, ahora en cuanto tenga la infusión te alcanzo.

Regreso a mi habitación. Ha sido uno de los peores momentos de mi vida, pero estoy plenamente convencida de haber hecho lo correcto. No podía seguir con él sintiendo lo que siento por Adrián. Adrián... me siento tan bien en sus brazos... pero no sé si él sigue sintiendo lo mismo. Ayer estuvo en la fiesta con la tipeja esa de la Saray... Pero ahora, cuando nos hemos abrazado y nos hemos mirado, creo que nuestras almas se han tocado, no sé, llamarme romántica.

Mi vida es un caos en este momento, y estoy temblando, sé que he tomado la mejor decisión, pero las consecuencias no van a ser fáciles. Llevábamos mucho tiempo juntos y las familias están muy unidas, la vida ya estaba planteada...

- Ya estoy aquí - Eva abre la puerta, me da la infusión y se sienta junto a mi en la cama- ¿Cómo te encuentras?

- Aún temblando, y asimilando todo.

- ¿Estás segura de lo que has hecho?

- Sí Eva, yo no le amo, sabes bien que me he enamorado de otra persona. Y no es justo que engañe a Marcos ni me engañe a mi misma llevando una vida que no quiero. Ha sido duro, pero es lo correcto.

- Si tú estás segura de la decisión, sabes que yo siempre te apoyo, pero tengo que hacerte una pregunta- y me da un miedo cuando me dice esto...

- Sí claro, házmela.

¿Adrián tiene algo que ver en esto? - me pregunta Eva y yo me río, creo que debido a los nervios.

- ¡Pues claro que sí! Me he enamorado de él - le digo poniéndome seria- se ha ido metiendo poco a poco en mi corazón y ha terminado conquistándolo.

- ¿Y qué vas a hacer? ¿Decírselo?

- De momento no. Ayer estaba con esa Saray de pacotilla. Y yo aún no sé si estoy preparada para decírselo y escuchar un no de sus labios.

- Ay amiga, desde luego eres tonta ¿No te das cuenta que está igual de enamorado de ti que tu de él? Me lo ha confesado hace un rato...

Y solo con esas palabras me basta para comenzar a  sentirme feliz, dichosa... Mi Adrián me ama.