Capítulo 12

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Sobre las tres de la madrugada nos marchamos. Desde que llegó Marcos la noche fue muy tensa para mi. ¿Qué fue lo que me pasó con Adrián? Me dejé llevar totalmente, tenerlo tan cerca, mirar sus ojos, sentir su respiración... Todo fue mágico y no puedo negar que desee con todas mis fuerzas besarlo, y que la sensación al hacerlo fue tan maravillosa...

Cuando llegamos a casa Marcos empezó a ponerse cariñoso. 

- Te he echado de menos - me dijo mientras se acercaba y empezaba a besarme el cuello. Y empezó a cubrir todo mi cuerpo con ellos. Nos tumbamos en la cama y yo, la verdad, tenía muchas ganas de hacer el amor porque llevaba ya mucho tiempo sin verle y una tiene sus necesidades... Que bien cuando nos fundimos en un solo ser, pero de repente, cuando empezamos a coger el ritmo, Marcos llega al éxtasis. Y ahí me quedo yo... ¿Ya se ha terminado?

- Lo siento mucho pequeña, tenía tantas ganas de verte y de hacerlo que no he podido controlarme.

- No sé, esto no es la primera vez que pasa - Pero no dice nada, se da la vuelta y se duerme. Y así me quedo yo, hecha una mierda una vez más...

Me despierto con la luz que entra entre los agujeros de la persiana. Me quito de encima el brazo de Marcos que me está rodeando, me doy una ducha, me visto y bajo a desayunar. En la cocina está Eva comiendose un croissant.

- He hecho café - me dice con cara de pilla.

- ¿Y esa carita que me pones?

- Porque tienes una pinta de enamorada... que no puedes con ella. Se nota que ha venido Marcos.

Sonrío pero no digo nada porque por Marcos estoy decepcionada y si tengo buena cara es por lo que pasó con Adrián. Me sirvo una infusión y me preparo una tostada.

- He quedado con los chicos luego para comer ¿os apuntáis?

- Por supuesto - contesta Marcos entrando por la puerta. Está tan guapo recién levantado... Me da un corto beso en los labios y se sirve café.

- ¿Qué tal tu primera noche en Granada? - le pregunta mi amiga

- Fenomenal, no me puedo quejar, pero estoy agotado, el viaje fue largo .

- Cuando ya hayas venido unas cuantas veces más no te parecerá tanto.

- Por cierto, muy majos vuestros amigos. La verdad es que anoche lo pasé muy bien - nos dice.

- Pues salimos muy amenudo, así que siempre que vengas a ver a Dora os venís. Voy a darme una ducha y arreglarme - y Eva se va dejándonos solos.

-¿Qué tal princesa? - me abraza.

- Bien - No sé que más contestarle, me siento fatal por lo del beso, pero él no sabe nada.

- ¿Te apetece que vayamos con ellos a comer no? ¿O prefieres que salgamos nosotros?

- Lo que te apetezca -para un fin de semana que vienes decide tú.

- Pues no se diga más, nos vamos con ellos. Vamos a vestirnos.

Subimos a la habitación pero yo estoy sumida en mis pensamientos, lo que pasó ayer me ha cambiado, ya no sé que pensar...

Llegamos a casa de Javi y la comida me resulta muy violenta. No sé a donde mirar y me coincide mucho la mirada con Adrián.

- Voy a por más agua - digo y me levanto. Necesito salir de aquí. 

Cuando llego a la cocina me apoyo en la encimera para abrir el armario y sacar una botella. De repente noto que unas manos me cogen por la cintura, me doy la vuelta pensando que es Marcos, pero me encuentro con Adrián.

- ¿Qué haces?

- Tenemos que hablar- me dice mientras le aparto sus manos de mi y me alejo.

- Lo de anoche fue un error - le digo. Pero me coge la barbilla y me acerca a él.

- Pues yo estaba deseando besarte y no me arrepiento.

Me pierdo en su mirada y en la sinceridad de sus palabras.

- No estuvo bien Adrián, me dejé llevar, no sé que me pasó.

- Sí lo sabes nena, te pasa lo mismo que a mi... -  me dice mientras acerca nuestros rostros.

No podemos apartar la vista el uno del otro, estamos tan cerca que con un corto movimiento podíamos besarnos...


Be mine, Loco por ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora