Capítulo 19

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Cuando cierro la puerta detrás de mí, apoyo mi espalda en ella. ¿Qué me está pasando? Dios mío, todo está pasando tan rápido y mis sentimientos son tan... no sé como describirlos. Pero me están arrasando, y tengo que admitir que Adrián está empezando a ser muy importante para mí.

Subo a mi habitación, cojo el pijama y la ropa interior y me voy a la ducha. Me sienta fenomenal, pero cuando salgo me encuentro con Eva que tiene cara de pocos amigos.

- ¿Qué es lo que estás haciendo Dora? Os he visto despediros y no me gusta nada.

- Lo sé, ya me lo has dicho, pero es lo que siento y necesito hacerlo.

- Espero que no te equivoques Dora, porque dejar de lado tantos años de tu vida y a un tío como Marcos qewsue es tan maravilloso... no es cualquiera cosa.

- No tengo ganas de hablar de esto contigo - le digo y me voy a mi habitaciín. Empiezo a estar harta de que opinen de mi vida, de lo que siento y de lo que no. Por una vez quiero hacer caso a mi corazón, y ahora me dice que siga viéndome con Adrián.

La semana se me hace eterna pensando en que ya quiero que llegue el viernes. Las clases son una pesadez y yo me la paso soñando con mi modelo favorito. Estos días me ha escrito dos WhatsApp que leído tantas veces que me se de memoria:

"Hola nena, estoy deseando que llegue el viernes para volver a mirar tus ojos y perderme en ellos"

"Nena, no sé que me sucede contigo pero no dejo de pensar en ti, nunca me había pasado esto"

¡Son mensajes tan preciosos! Yo también estoy deseando verle, por suerte mañana ya es viernes y por fin nos veremos. Por la noche, cuando ya estoy acostada en la cama suena mi móvil. Es Adrián.

- Hola - digo al descolgar.

- Hola nena ¿Cómo estás?

- Bien, aunque si te soy sincera algo nerviosa por mañana - ¿Pero qué narices he dicho? madre mía, el subconsciente me traiciona y con esta tensión que siento al estar con él se me escapa todo...

- Yo también estoy nervioso, pero tengo tantas ganas de verte... ¿Te recojo a las 8?

- Por mi perfecto - le contesto cortada.

- Pues a esa hora estoy allí. Hasta mañana nena.

- Hasta mañana Adrián.

Y así, pensando en él y en nuestra próxima salida juntos me quedo dormida. Me despierta la luz del sol que entra por la ventana y me levanto prácticamente de un salto. ¡Hoy le voy a ver! Por Dios, le he visto hace una semana y parezco una quinceañera en plena efervescencia. Me visto casual y me voy a clase. El día pasa súper lento porque no hago más que mirar el reloj, así que cuando acaban las clases ni me lo creo.

Me voy para casa, aún no he decidido lo que voy a ponerme y no tengo mucho tiempo para ducharme y maquillarme. De camino a casa suena mi teléfono, es mi hermano Hugo para saber cómo va todo. La verdad es que siempre está muy pendiente de mí, estamos muy unidos, pero desde que lo dejé con Marcos está muy pesado y me llama veinte veces al día. Le he hablado de Adrián, a él no puedo ocultarle nada, y la verdad es que como Javi también le ha hablado de él no le gusta para su hermanita en absoluto... Pero me imagino que a todos los hermanos le pasará lo mismo, son muy protectores.

A los dos minutos de colgarle vuelve a sonar el teléfono, y me pienso que es de nuevo él y que se le ha olvidado decirme algo.

- Dime hermanito ¿Qué se te ha olvidado? - le digo muerta de risa.

- Hola Dora, soy Marcos - Y en ese momento me paro en seco. No me esperaba para nada que me llamase de nuevo. Estos días casi no hemos hablado apenas, pero escuchar su voz me sigue moviendo algo por dentro, él ha sido y sigue siendo muy importante para mí, aunque ya no sea de la misma manera.

- Hola - le contesto cortada.

- ¿Cómo sigues? Te echo mucho de menos... Y no me voy a cansar de decirte que siento mucho lo que te dije el otro día, te amo tanto Dora...

- Marcos, ya sabes lo que pienso y lo que siento. Voy camino de casa y no es momento de hablar nada.

- Está bien princesa, pero lo hablamos pronto. Un beso - Y cuelga.

En cuanto llego a casa me doy una ducha, me maquillo levemente y decido ponerme un vestido rojo de tirantes con unas sandalias negras de tacón atadas al tobillo. Y en el pelo decido dejármelo suelto y hacerme unas ondas.

A las 7:55 suena el timbre y bajo a abrir. Es mi Adrián, así que en cuanto le abro sonrío como una tonta...

- Hola nena - y vuelve a darme un beso en la comisura de los labios.

- Hola - le contesto. Me come de la mano y me acompaña hasta su BMW que  conozco tan bien. Me abre la puerta del copiloto para que me suba y una vez que estoy sentada cruza por delante del coche y se sienta para conducir.

- Estás preciosa nena, me he quedado embobado mirándote - me dice embelesado - ¿Preparada para la que espero que sea una de las mejores noches de tu vida?

Y yo asiento. Asiento siendo consciente de que estoy totlmente enamorada de él.

Be mine, Loco por ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora