Capítulo 23

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ADRIÁN

Es medianoche y mi nena sigue dormida abrazada a mí en el sofá. Por primera vez disfruto viendo a una mujer dormida a mi lado. Hasta ahora en cuanto nos acostábamos me iba. Pero tener a Dora así es tan relajante, podría quedarme observándola toda la vida, aunque es tarde y es mejor que se acueste y descanse, ha sido un día intenso.

- Nena, despierta. Te has quedado dormidita viendo la película y ya es tarde, es mejor que nos acostemos. Abre los ojos y se estira junto a mí. Dios, es tan atractiva.

- Adrián, hay un problema.

- ¿Cuál?

- No tengo pijama - me dice algo avergonzada - no pienso dormir aquí contigo en ropa interior.

- Haremos una cosa. Te dejo mi camisa y te la pones sobre tu ropa interior y yo duermo en bóxer, que es como lo hago habitualmente.

- Me gusta la idea, además así duermo oliendo a ti - me dice sonriendo seductoramente.

Me empiezo a desnudar bajo su atenta mirada. Dios, esto es tan erótico... Cuando ya me he quitado todo le doy mi camisa y espero a ver si ella también se desnuda así. Pero no hay suerte, porque coge la prenda y pasa al baño. La espero sentado mientras me imagino cómo debe estar desnuda, o con su lencería. ¡Venga campeón, no te animes que enseguida va a salir y debes estar calmado! me digo a mi mismo.

Enseguida sale. Cuando la veo, con su pelo castaño suelto y ondulado, mi camisa y a la vista sus largas y esbeltas piernas... me quedo con la boca abierta. ¡Qué belleza! Madre mía, ver mi camisa tapando sus curvas es lo más sensual que he visto nunca, es tan sexy... Además no hay rastro de maquillaje en su cara, es tan guapa al natural... pocas mujeres pueden decir lo mismo.

- Joder nena, eres tan sexy - y ella mira al suelo avergonzada.

- No te avergüences conmigo cariño, debemos tener confianza para decirnos todo, incluso estas cosas en la intimidad.

- Lo sé, pero así de primeras me cuesta un poco. Yo solo he salido con Marcos, y nadie mas que él me ha visto así. Ya sabes que no soy una mujer de estar con unos y con otros y la situación me intimida un poco.

- Lo entiendo nena, pero somos nosotros. Dos enamorados que empiezan a salir y que van a conocerse de todas las formas posibles - digo mientras acaricio su cara.

- Qué bonito todo lo que me dices Adrián, y tienes toda la razón.

DORA

Madre mía, estar tan bueno debe ser pecado. Verlo vestido solo con su bóxer negro hace que me ponga a mil. Tiene el cuerpo perfectamente esculpido y la cintura perfectamente cincelada, está para comérselo. Nunca había visto tal perfección en un hombre.

- Me voy a la cama Adrián, ha sido un día largo y estoy agotada - me acerco a darle un ligero beso en los labios y me encamino hacia el dormitorio - que descanses.

- Igualmente princesa, dulces sueños.

Me meto el la habitación y corro las puertas que lo separan de la sala de estar donde va a dormir él. Me acuesto, cierro los ojos y me quedo dormida enseguida pensando en mi chico y en cómo ha sacado las garras para defenderme hoy.

Me despierto de madrugada con la poca claridad que entra por la ventana y cuando me giro le veo apoyado en el cerco de la puerta observándome. Me incorporo sorprendida cuando me doy cuenta que tengo la camisa algo levantado dejando a la vista más de lo que me gustaría.

- ¡Adrián! ¿Qué haces ahí?

- Me levante para venir al baño que esta en la habitación y cuando entré y te ví... no pude seguir, me he quedado como un tonto admirándote. Estás tan sexy durmiendo así...

- ¿Has dormido bien?

- No mucho nena, el sofá no es el mejor sitio para descansar.

- Pues vente a dormir conmigo - le digo sinceramente. Me apetece dormir con él, sentirlo cerca y poder mirarle aquí a mi lado.

- ¿Lo dices enserio?

- Sí - contesto tímidamente.

- No sabes lo que deseaba escucharte decir eso - me dice mientras se acerca y se mete conmigo. Nos miramos y me acaricia la cara con tanto amor...

- Eres la mujer más guapa que he visto - y le sonrío. empieza a besarme el cuello y noto como mi cuerpo se revoluciona con su tacto. Me abrazo a él y empezamos a dejarnos llevar. Sentir su boca en la mía es tremendo, nunca pensé que solo con su boca pudiese hacerme sentir tantas cosas. Empieza a acariciarme la pierna y sube por mi muslo hasta llegar a mi ropa interior. Me desabrocha la camisa dejando a la vista mi conjunto íntimo.

- Joder nena, vas a matarme - y seguimos acariciándonos y besándonos. Pero no pasamos de ahí. Para mi es pronto aún y él es todo un caballero que lo respeta. Nos abrazamos fuerte y al rato me quedo dormida entre sus brazos.

- Despierta cariño, ya son más de las 9:00 - dice mientras me da besitos cortos en los labios. Buenos días.

- Buenos días guapo.

- He pedido que nos suban el desayuno a la habitación, así desayunamos tranquilamente.

- Me encanta la idea - nos desperezamos, nos damos una ducha por separado, nos vestimos y en cuanto suben la comida nos sentamos a degustarla. Enseguida tenemos que irnos porque ambos debemos ir a casa y afrontar la situación. Yo con Marcos y el con su mejor amigo.

Nos vamos en su coche y cuando paramos en la puerta de mi pasa, se baja para abrirme la puerta. Me abraza, me besa y coge mi cara entre sus manos.

- Gracias mi amor, ha sido la mejor noche de mi vida - y yo me derrito con sus palabras.

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Hola! Espero que les guste el capítulo.

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Be mine, Loco por ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora