Capítulo 6

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Caminamos uno al lado del otro hasta que llegamos a su coche y nos subimos

- ¿Qué tal lo has pasado?- me pregunta mientras pone el coche en marcha.

- Muy bien, me ha encantado festejar con vosotros.

- Me alegro. ¿Y que tal lo estas llevando aquí en Granada?

- Fenomenal, esta ciudad me encanta, me atrapó con su embrujo hace años, así que aquí estoy feliz.

- ¿Y qué tal sin tu novio?

- Pues con la distancia empieza a ser complicado, pero en unos días vendrá y espero que se solucione.

- Bueno, ya verás que sí...

Y llegamos a casa. Nos despedimos, me da dos besos en la mejilla y entro en casa. La verdad, ha sido una noche fantástica. Y Adrián es tan encantador... No sé que me pasa con él, pero cada vez que le veo o le tengo cerca me pongo nerviosa... Y tengo que confesar que me gusta, pero no debe ser así, yo tengo a Marcos. Y hablando de él, voy a llamarlo.

- ¿Dora? ¿Qué pasa?- me dice recién despertado.

- Acabo de llegar a casa y pensaba en tí- miento.

- Qué susto me has dado ¿has visto la hora que es?

- Sí, pero te echo de menos.

- Y yo a ti cariño, pero es tarde, este fin de semana trabajo y necesito descansar.

- Está bien, te dejo entonces. Que descanses.

- Igualmente cielo - y colgamos.

Intento no pensar en la conversación tan absurda que acabamos de tener. Me cambio y me acuesto, que mañana será otro día...

Me paso el fin de semana tranquila, descansando en casa. El miércoles por la noche Eva y yo quedamos a cenar con los chicos. Vamos a un restaurante que está por el centro de Granada. Esta noche me he puesto un pantalón negro y un top del mismo color con escote palabra de honor y mi taconazo. Cenamos estupendamente y decidimos ir a casa de ellos a tomar las copas.

Una vez allí Eva y Javi empiezan a ponerse cariñosos, y una de las veces que van a la cocina a por la bebida no vuelven. Al rato empezamos a oír gemidos que vienen de la habitación, nos miramos y empezamos a reír.

- ¿Nos vamos verdad? - me dice.

- ¡Sí!- y salimos corriendo de allí.

- Conozco un sitio precioso para tomarnos una copa

- Perfecto ¡confío en mi granaíno favorito!- al momento de decirlo me pongo roja como un tomate ¡no sé porqué he dicho eso! Que vergüenza, se me ha escapado...

Me lleva a un local que está bajo el Mirador de San Nicolás con vistas a la Alhambra.

- ¡Qué sitio tan bonito!

- Sabía que te gustaría - dice guiñándome un ojo - ¿Un gintonic?

- Sí

- Voy a por él, espérame aquí.

Enseguida viene con las copas y nos sentamos en una mesa alta con unas maravillosas vistas de la Alhambra.

- ¿Sabes que no hay ni una sola mujer que no te haya comido con los ojos en este local?

- Imaginaciones tuyas...

- Háblame de ti Adrián ¿has tenido muchas parejas? - le pregunto algo coqueta, efecto de las copas que llevo encima.

- No, he estado con varias mujeres pero con ninguna seriamente. No he pasado más de una noche con ninguna de ellas.

- ¿Y eso? ¿No quieres comprometerte?

- Sí, yo quiero formar mi familia y estar con mi mujer para toda la vida, pero tengo que encontrar a la adecuada.

- Y tú ¿cómo sigues con tu novio?

- Igual

- ¿Y eso?

- Pues no sé que nos pasa, creo que nos queremos pero hay algo que empieza a no funcionar. Quizá la distancia, no lo sé...

- ¿Pero él vendrá a vivir aquí no? 

- Esos son nuestros planes.

- ¿Tú le quieres?-  y me mira fijamente.

- Sí, claro.

- Pero ¿estás enamorada?

- ¿A qué viene tanta pregunta?

- Sólo quiero saber en qué situación te encuentras para saber las posibilidades que tengo.

- ¡Eres un creído!

- Lo digo totalmente en serio.

- Ya...

- ¿Te apetece bailar?

- Sí.

Me coge de la mano y vamos a la pista. No paramos de bailar, nos miramos, nos tocamos, nos abrazamos, nos sonreímos... Estoy como en una nube, no sé que me está pasando y parece que Adrián está igual... ¿serán imaginaciones mías?

- Perdona - nos interrumpe un chico - ¿Me concedes un baile?

- No, lo siento, le respondo.

- Venga, sólo uno - insiste.

- ¿No has oído a mi mujer? No quiere y está conmigo.

Así que el chico se va poniendo las dos manos en alto en señal de rendición.

- Gracias - digo apoyando mi frente en su hombro - pero ahora no se te va a acercar ninguna chica, has dicho que soy tu mujer...

- ¿Y qué? No me interesa ninguna de ellas, la que me interesa está aquí conmigo.

¿Qué? Nos quedamos mirando fijamente y comenzamos de nuevo a bailar... ¿Qué es lo que me está pasando?




Be mine, Loco por ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora