Will:
¿Segura de que están comiendo bien? ✔✔Lissa:
Cariño, te alimenté a ti durante años, por supuesto que sé cómo alimentar bebésWill:
¿Y duermen? En lo que pasé con Kim me di cuenta de que es muy noctámbula...✔✔Lissa:
Kimmy duerme como un angelito, a su lado tú eras una pesadilla de bebé.Will:
¿Y Kyle? A él debías cambiarle de pañal muy seguido, ¿lo estás haciendo?✔✔Lissa:
William Robinson, ¿me dejas hacer mi trabajo?—Ya deja en paz a tu madre, Will —exhorté en tono divertido.
Había visto llegar todos y cada uno de los mensajes y había tenido que contener la carcajada ante el torpe, nervioso e inusual comportamiento de Will.
Al darse cuenta de que lo miraba, dejó el teléfono sobre la mesa.
—Los extraño mucho —suspiró cual quinceañera enamorada.
—También yo —convine.
Y era bastante cierto. Hacía apenas un par de días habíamos vuelto al internado después de una serie de cosas que habíamos tenido que hacer durante las cortas (aunque se habían sentido eternas) vacaciones de navidad. Los mellizos se habían quedado a cargo de Art y Lissa, ya que Will confiaba más en sus padres que en cualquier niñera y ellos se morían por conocer y convivir un poco con sus nietos.
Nosotros dos, por nuestra parte, habíamos convivido muy poco tiempo con los bebés, pero Will y yo nos habíamos encariñado mucho con cada una de sus dulces manías. Nos habían costado algunas noches sin dormir, pero nada tan grave como para no seguir adorándolos. La rutina sin ellos se sentía hueca y vacía.
—Quiero verlos... —suspiró el rubio otra vez.
—Anótalo en la lista de cosas que quieres hacer —sugerí vagamente apoyando la barbilla sobre la mesa.
—También anotaré que quiero ponerte a ti contra la pared del vestidor del coliseo —añadió en tono dulce, como quien no quiere la cosa.
Me sonrojé con brusquedad y me volví a verlo.
—¡Will! —reprendí.
—¿Qué? Quiero —dijo, inmune al alcance de su perversión.
—Que quieras no significa que puedas ir por allí diciéndolo como si fuera lo más normal del mundo...
—Créeme que podría decirte cientos de cosas más —me mostró una sonrisa tan condenadamente sexy que hubiera podido derretir el mismísimo Ártico.
—No te atreverías —lo reté con una sonrisa de falsa suficiencia.
—Quiero devorar tu cuello, acariciar cada centímetro de tu piel, quiero besarte hasta dejarte sin respiración, cargarte en mi hombro hasta llegar a mi habitación, lanzarte a mi cama, atraparte contra la sábana y...
—¡Por Dios, ya! —me cubrí la cara con las manos sintiendo que me quemaba. No podía más ante su sensual desfachatez.
El rubio solo soltó una leve risita y se dejó caer sobre el respaldar de la silla, complacido ante mi violento rubor.
—Por curiosidad, Will, ¿hay algo que quieras hacer que no implique tocarme o seducirme? —murmuré en tono significativo.
Volvió a reír con tranquilidad. Luego tomó mi barbilla con suavidad y permitió que su mirada se mezclara con la mía.
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All I need is you III © [AINIY #3]
RandomEthan se dará cuenta de que los problemas no han acabado... y que tal vez no acabarán jamás. *** Inicia la segunda mitad del último año. Cualquiera diría que los problemas han tenido que acabarse después de todo lo que ha pasado, pero en realidad so...