8. Mejor amigo

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En clase de Historia, mientras contemplaba la imagen de un muy avejentado George Washington en el grueso libro de texto, me di cuenta de que hacía bastante no mantenía una conversación fluida y decente con Greg. Al menos no como solía tener antes.

Apenas habíamos hablado desde que él había vuelto de Irlanda luego de las fiestas. Había cogido un leve resfriado allá (o tal vez durante el vuelo) y su cuello y nariz los había envuelto en una larga bufanda de color verde cuando había pasado a saludarme ese día.

Se había cortado el cabello, sus ojos estaban vidriosos y ojeras apenas visibles se hacían presentes bajo estos. Quizás era por el cambio de horario. De hecho, eso a mí me había pasado un par de veces antes.

Me había traído, además, un gran trozo de pastel de mora azul que su madre había preparado y me había enviado especialmente a mí. Había sido muy lindo de su parte tener ese detalle conmigo aun sin conocerme, Greg me comentó que ella me había tomado cariño con solo saber que era su mejor amigo y lo bueno que era con él.

Bueno, es que eso era inevitable, en realidad no era ningún mérito mío.

Sin embargo, desde ese día de su llegada había hablado más con el mismo Wallace que con mi pelirrojo mejor amigo. Ya no tenía el mismo malestar y se veía tan bien como de costumbre, pero aun así siempre tenía algo que hacer, ya fueran clases, estudiar en le biblioteca, tarea adicional, o lo que se le ocurriera poner como excusa. Tampoco era que pusiera excusas porque sí, o eso quería pensar yo. También quería pensar que las cosas no eran distintas desde que yo lo había rechazado a él para luego volver con Will. La verdad era que no me había tomado un momento para ponerme en su lugar. Habían pasado tantas cosas desde esa conversación que habíamos tenido en nuestra habitación que ni siquiera había pensado en cómo debía sentirse él.

En ningún momento había pensado en mi mejor amigo y eso era algo que empezaba a comprender.

Había estado sumido en mis propios problemas (y en los ajenos que había hecho míos), celebrando mi relación con Will, preocupado por el reciente problema del acosador, y no me había parado ni un solo segundo para preguntarme lo que él pensaba, lo que él sentía. A veces olvidaba que él se me había declarado. Eso parecía ya tan lejano, como si hubiese ocurrido años atrás. Yo, después de todo, había sido el primer amigo que él había tenido en el internado. Lo había recibido, lo había apoyado y me había hecho su amigo. No sabía en qué momento él había empezado a sentir cosas por mí, porque jamás lo había notado, pero el hecho de que yo no hubiera podido corresponderle y él lo hubiera aceptado (y, de hecho, me hubiera instado a correr a los brazos de la persona a la que sí amaba), me dejaba en gran deuda con él, o eso sentía yo. Una deuda con la que jamás había cumplido, ni por honor ni por amistad. Me había vuelto un pésimo amigo y un peor compañero. Pero no mentía cuando decía que lo extrañaba mucho a él y su compañía. Había cosas de las que solo podía hablar con él.

Pero bueno, estaba dispuesto a arreglarlo. Ya lo atraparía más tarde y podríamos hablar un rato para ponernos al corriente el uno del otro. Dudaba mucho que Greg no tuviera tiempo para su patético compañero de cuarto.

Por otro lado, yo estaba mucho más que satisfecho con mi desempeño en todas las materias. Mi ánimo, por los suelos luego de las conclusiones acerca de mi lealtad que había maquinado mi cerebro durante toda la mañana, tuvo la oportunidad de volver a levantarse luego de haber conseguido un sobresaliente en Química.

Pensé en tres personas en ese momento: Greg, Johanna y Will. Las primeras personas cuyos rostros acudían a mi mente cuando me pasaba alguna cosa buena.

Sabía que Will no tenía clase al momento en que salí de la mía, así que fue mi primera opción para drenar un poco la emoción que rebosaba en mi cuerpo. Corrí a su habitación con un trote de lo más infantil, sin importarme parecer un perfecto idiota. La euforia daba acceso a ciertos privilegios y uno de ellos era la mera inmunidad a la vergüenza. Estaba a salvo.

All I need is you III © [AINIY #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora