All I need is you III © [AINIY #3]

7. Uno más

Lissa:
Kyle no da tantos problemas como tú, cariño 

Will: 
Igual, está todo bien? ✔✔

Lissa:
Perfectamente

Will: 
Ok ✔✔

...

Lissa:
¿Will? 

Will: 
Dime ✔✔

Lissa:
¿Estás bien? 

Will: 
Por? ✔✔

Lissa:
Porque no estás haciendo preguntas histéricas 

Will: 
Descuida mamá ✔✔

Estamos bien ✔✔

Tía Lissa no estaba ni cerca de sospechar que no nos iba nada bien. Ni a nosotros dos ni a las personas que más queríamos.

Cada vez que Will hablaba con su madre, me dejaba mirar. De hecho, me dejaba mirar cuando hablaba con cualquier persona. Al parecer decepcionarme en el pasado lo había marcado a tal punto que inconscientemente tenía la necesidad de demostrarme que no tenía nada que esconder.

En mi mano seguía la nota y en mi habitación solo Will y yo. El trozo de papel ya estaba bastante arrugado. Por los nervios yo había hecho una bola sin querer con él solo para, segundos después, restaurarlo como si se tratara de mi posesión más valiosa.

No lo era, me mataban las ganas de deshacerme de él. No lo hacía solo porque sentía que nos podía ser útil en el futuro.

Casi podía sentir todavía la presencia de mis tres amigas a mi lado, su aura de tensión y nerviosismo todavía era casi palpable. Pero ellas ya no estaban ahí, habían desaparecido hacía unos minutos, logrando escabullirse con éxito hasta la habitación de Johanna. Yo suponía que se sentirían un poco más cómodas ahí. Me dolía en cada rincón del alma el solo hecho de pensar que, siquiera un poco, las chicas percibieran que todo había sido culpa nuestra. No sabía si las cosas serían iguales entre nosotros después de eso.

No sabía por qué Jase nos había tenido que entregar la nota frente a ellas. No era su culpa, claro, había estado tan alterado que no había tenido tiempo para pensar en sus acciones con claridad. Al verla en su mano, por un segundo yo había tenido la intención de ocultarla de los demás y deshacerme de ella. Aunque aún no la había leído, sabía que nada de lo que estuviera escrito en ella podía llevar a nada bueno.

Pero todos ya la habían visto, y sus miradas se habían encadenado a ella de manera automática. No me había quedado más opción.

Por otro lado, Jase, luego de que lo ayudáramos a calmarse un poco con un rato de conversación, se había ido a clases.

Solo quedábamos Will, Wallace y yo.

Hice el intento de decir algo varias veces, pero cada vez que creía encontrar las palabras indicadas, las descartaba. No existían palabras que funcionaran en la situación en que nosotros nos encontrábamos.

Yo tenía clara solo una cosa: quienquiera que fuera el autor de todo lo que nos había pasado, tenía algo contra Will y solo contra Will. El resto de nosotros, los que de alguna manera habíamos resultado afectados por ello, no éramos más que daños colaterales necesarios para el único fin importante. Éramos la única forma de hacerle daño.