17. Episodio

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Volver a conocer a una persona con la que había compartido tanto debería haber estado escrito en mi lista de cosas que no pensaba que haría dos veces en mi vida. Lo había hecho una vez con Will. Nos habíamos encontrado luego de diez años sin habernos visto y había descubierto en él a alguien diferente. La misma semilla, pero habiendo extendido ramas hacia el cielo que tuve que descubrir yo mismo una por una.

Ahora haría lo mismo con Greg.

Ambos, juntos en nuestra habitación como no lo habíamos estado en ya no sabía cuánto, estábamos sentados en nuestras respectivas camas, uno frente al otro, retorciéndonos nerviosamente los dedos y en completo silencio. Yo quería (necesitaba) romperlo, pero no sabía cómo.

Al final ni siquiera tuve que pensar en la manera.

–Gracias– sollozó, rompiendo a llorar de la nada–. En serio, gracias, no tenías por qué hacerlo.

–Claro que sí– respondí–. Tenía, y mucho más. Nunca terminaré de pagar por lo que hice contigo.

Sorbió por la nariz con los labios apretados y sus ojos brillaron tras sus anteojos negros con gratitud.

–No hubiera soportado que me quitaran a Wallace– continuó–. Aunque hubiera querido no hubiera podido rescatarlo a tiempo. Y mi intercambio... oh, Ethan, mis padres hubieran estado tan decepcionados... están orgullosos de mí y Mel por haber alcanzado un intercambio en nuestra época escolar, si me devolvían... yo no iba a poder mirarlos a la cara nunca más...

–Pero no pienses en eso– le sonreí afablemente con un nudo en la garganta–. Porque no pasará. Todo va a estar bien, muy bien.

Y lo decía porque ambos sabíamos lo que realmente iba a pasar. No iba a ser él quien tendría un procedimiento disciplinario, sería yo. Porque el perro era mío, claro. O por lo menos eso era lo que en ese momento debía creer Anderson por la versión de la historia que yo le había contado. Mis padres aún no lo sabían (y tenía que avisarles pronto si no quería problemas aún más graves) pero yo sería sancionado y ellos serían notificados por eso. Necesitaba tener una larga conversación con ellos antes de que el director la tuviera. Y cuando la tuvieran con él... yo solo rogaba que se limitara a hablarles del incidente del cachorro.

–Gracias– repitió fervientemente.

–No fue nada.

Nos quedamos en silencio nuevamente y yo solo rogué que volviera a hablar. Ahora que lo tenía en frente no quería que dejara de hacerlo nunca. Lo había extrañado tanto que hasta yo mismo me sorprendía.

–Ahora te meterás en problemas por mi culpa– añadió con aire derrotado, apartando los anteojos de su cara para limpiar el vapor incipiente de las lunas.

–Tú tenías más qué perder que yo– aclaré de inmediato–. A mí no me afecta. Ni siquiera me suspenderán. Tan solo será un castigo.

Muy en el fondo no lo sentía como solo eso, pero opinaba que valía la pena. Un ataque de unos idiotas y el rescate de Wallace (en conjunto con el hecho de salvar el intercambio de Greg) habían bastado para que me perdonara.

Aunque, ahora que lo pensaba, ni siquiera sabía si lo había hecho. Lo único que sabía era que me estaba hablando, me estaba hablando con familiaridad y gratitud luego de todo lo que había pasado entre nosotros.

–¿Me has perdonado?– pregunté.

Mi corazón empezó a latir frenéticamente dentro de mí, porque esa pregunta se me había escapado.

Respiró profundamente por un momento y luego me dedicó una amplia sonrisa que me derritió el corazón.

Era la sonrisa de Greg, y era para mí otra vez. No por obligación, no forzadamente, me estaba sonriendo porque se le antojaba, me estaba sonriendo agradecidamente, amable y tiernamente.

All I need is you III © [AINIY #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora