24. Solución

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Flotando, como flotando en vez de caminar. O como si estuviera caminando, pero mis pies no tocaran el suelo. Era una sensación medio conocida para mí, pero un poco diferente, esta no tenía nada de agradable. 

Volví a los edificios de habitaciones en completo silencio y con lentitud. Cada paso era un segundo y cada segundo me martillaba la cabeza como si me hubieran implantado un reloj en los oídos. 

Aún sentía cómo parte del líquido se deslizaba por un lado de mi cabeza, bailaba por mi sien, tocaba mi oreja y terminaba goteando en mi hombro. Acerca del olor no podía decir mucho, tenía la nariz congestionada por el llanto mudo, así que no hubiera podido oler nada aunque lo hubiera intentado. Pero estaba aún tibio, eso sí. De solo pensarlo todavía me daban arcadas. 

Me sentía tembloroso y exhausto, pero no físicamente exhausto, era mi cerebro el que ya no podía más. Tenía ganas de desaparecer de la faz de la tierra, tan de repente como fuera posible. Que la tierra se abriera delante de mí y caer vertiginosamente por algún agujero hasta el centro de la tierra y que nadie volviera a saber de mí jamás. Desaparecer hubiera sido justo. Desaparecer hubiera sido cuando menos piadoso. Estaba tan quebrado por dentro, tan apagado por la infinita vergüenza de que alguien me hubiera sometido de una forma tan absurdamente denigrante… pero no importaba. No importaba porque era yo, ¿verdad? No tenía importancia. Me habían dicho que era una puta mierda y así era exactamente como yo me sentía, después de todo habían tenido razón en algo. 

¿Qué quería hacer? Quería gritar. Gritar hasta acabar todo el maldito aire de mis pulmones y hasta que mi garganta quedara hecha pedazos. Me sentí triste y humillado desde el principio, pero de repente me sentía furioso. Harto de ser yo, harto de todo lo tenía que soportar por el simple hecho de ser yo. 

<<Tú te lo buscaste, ahora aguanta>>

¿Yo me lo había buscado? Ser gay era algo que yo no hubiera elegido de haber tenido la oportunidad. No con todo lo que implicaba. 

<<No eres normal. Estás fallado, estás sucio, estás maldito>>

Después de todo por lo que había tenido que pasar, nadie me iba a convencer de que el fallado era yo. No amaba como ellos, pero yo no era anormal. 

<<No eres como yo>>

Y nadie lo es. 

<<Te acuestas con muchos hombres>>

No por amar a un hombre voy a poder estar con todos. 

<<Lo que haces no está bien>>

No le hago daño a nadie. 

<<Maricón>>

No. 

<<Basura>>

Para.

<<Das asco, ojalá te mueras>>

Basta. 

<<Estás mal>>

¿Era yo el que estaba mal? No me había metido con nadie nunca. Era amable, era bueno, lo único que había hecho era amar a un hombre, ¿eso hacía que dejara de ser una persona para convertirme en escoria? Estaba cansado de tener que dar explicaciones al mundo. Mientras fuera un buen ser humano y no lastimara a nadie no tenía por qué rendirle cuentas a nadie, mucho menos a Frank, a sus amigos, a todas esas personas en mi vida que alguna vez habían pretendido convencerme de que algo en mí era defectuoso. 

Siempre soporté. Siempre fui paciente, fui resistente, sumiso, casi complaciente, siempre me dediqué a esperar que de alguna forma mágica el mundo no fuera tan de mierda conmigo. Pero se había acabado. Se había acabado, habían llegado a mi límite, adiós a poner la otra mejilla, iban a tener lo que se merecían y lo iban a tener a través de mí. ¿Se burlaban? Que aprendieran a soportar burlas. ¿Golpeaban? Que aprendieran a recibir golpes. Ellos iban a saber lo que se sentía e iban a sufrir lo mismo que yo. 

All I need is you III © [AINIY #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora