Secrets J.N

Capitulo 51

El video seguia corriendo entre mis manos. Sujeté el celular mientras mi ceño se mantenia fruncido. No entendía que es lo que estaba pasando.

—Estoy tan agradecido con todo lo que han hecho por mi, todos estos años de grabación se deben a ustedes. Infinitamente gracias por lo que me han dado, pero es una lastima que yo tenga que darles la noticia.—Miré con atención el rostro de Jace trás la pantalla. ¿Por que hacia todo esto?.— El programa de Henry Danger va a terminar, todo este tiempo ocurrieron varias cosas. No puedo decir el motivo pero realmente estoy agradecido con todos ustedes por todo. Me duele que esto termine aquí.—Esto era extraño, esto no parecía ser solo una despedida de un programa de televisión si no algo más.—Soy Jace Norman y me despido.

El video termino y levanté la mirada. Eitan me miró tratando de buscar mi reacción.

—¿Por que querías que viera ese video de Jace?.—Pregunté. Extendí mi brazo y le entregué el celular.

—Creí que lo notarías.—Habló Grayson, se mantenía recargado sobre una pared mientras inhalaba el humo de un cigarrillo.

—¿Que es lo que esta pasando Eitan?.—Pregunté.

—Jace no solo se despidió de la fans por el fin de Henry Danger.—Fruncí el ceño—Se despidió de todos incluso de ti, lo van a matar ___________, y el lo sabe.

Mis nervios se pusieron de punta. Esto debia ser una mala pesadilla. Un escalofrío recorrio mi espina dorsal y sentí como el suelo se movia.

—¡Eitan, se va a desmayar!—Sentí un brazo alarme y todo lo que veia era negro. Las voces de los chicos aun se escuchaban pero no veía nada.

—¡No puedo dejar que le pase nada!.—Un gritó de descesperación por parte de Eitan resono en el lugar.

—¡Estas loco!, ¡Nos van a matar, hermano!.

—No soportaría la idea de verla en una caja de ataúd.

—Eitan ella esta enamorada de ese chico, no de ti, ¡Ya entiendelo de una vez por todas!.

[...]

Mis parpados pesaban. Me incorporé en un viejo y gastado sofa en el que me encontraba, no había nadie a mi lado.

Mi corazón estaba acelerado, el iba a morir, esto no lo podría soportar, sabía que no me quería pero aun así no podría ver a Jace muerto.

—No llores.—Sequé el par de lagrimas que habían corrido por mis mejillas.
—Vamos a hacer algo, Grayson tiene un plan y estoy seguro de que puede funcionar.

—Gracias por todo esto, Eitan.—Le sonreí debilmente.—No se en que momento te llegue a odiar tanto pero ahora tu eres el único que esta a mi lado.

—Tengo que ser tan masoquista.—Gruñó.—Estoy enamorado de ti desde esa vez en la playa ________, y por más que trato de convencerme que no eres para mi, más me aferro.

—Me siento mal de no poder corresponderte.—Hablé.

—Lo sé, se que tu estas locamente enamorada de Jace.

—Pero el no lo esta de mi.—Me miró con atención.— La última vez que lo mire me dijo que solo fui parte de una apuesta, que nunca me quizó.

—Lamento romper su momento pero necesito que vengan.—Me puse de pie y miré a los dos chicos frente a mi completamente iguales.

—Aun no me acostumbro a saber que son gemelos.—Reí.—Siento que eres un espejo Grayson.

—Somos demasiado distintos si no fuera por el cuerpo.—Habló Grayson
—Vengan.

Caminamos por toda la bodega, era demasiado grande a decir verdad, un pequeño cuarto tenía un par de pantallas y un computador.

—¿Que es todo esto?.—Pregunté sin dejar de mirar la pantalla.

—El plan, nuestro plan para recuperar a Jace, tu padre y tu amiga Diana.

—Dania.—Corregí a Grayson.

—Yo no quiero que ella vaya. Todo esto debe ser una trampa para atraparla.—Eitan se puso frente a su hermano.

—Será la carnada, y base principal para que toda esta basura que plane funcione.

—Yo estoy dispuesta a ayudar en lo que se necesite.—Los dos me miraron con atención. —Necesito saber que ellos estan bien.

—Lo suficientemente valiente—Grayson se hacerco a mi.—Si no le gustarás a mi hermano tendrías una posibilidad conmigo.—Guiñó un ojo.

—Grayson, alejate de ella.—La ronca voz de Eitan hizó que su hermano riera y se separara de mi.

—Este es el plan.

[...]

—¿Cuando pondremos en marcha todo esto, Grayson?.—Pregunté. Las hojas marcadas con las entradas y salidas del lugar estaban sobre un escritorio.

—¿Les perece bien esta misma noche?.

—Será buena idea, no podemos dejar que pasen más tiempo con ellos.

—Vamonos, entonces.—Abrí la puerta del pequeño cuartito y tomé un arma.

—¿Por lo menos sabes usar eso, niña?.