Capitulo 10 MARATÓN 4/5

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-¡Vaya, vaya! –dijo la voz aplaudiendo, volteamos rápidamente conmigo quedando boquiabierta mirando que era Perrie parada frente a nosotros, mirándonos detenidamente.

-¡Arg! ¿Qué quieres? –pregunte poniendo mis ojos en blanco, y alejándome un poco de Harold.

-¿Qué no te basta con mi novio? –cuestiono la rubia.

-Jorge y yo, solo somos hermanastros –dije poniéndome frente a ella.

-Eres una estúpida, ¿Qué no te das cuenta que solo eres como un animal exótico? Vienes de la ciudad y solo eres algo nuevo para los chicos de aquí –dijo la maldita rubia, maquillaje exagerado.

-¿Cómo me dijiste? ¿Estúpida? Eso si no lo voy a permitir –y antes de lanzarme encima de ella, para darle una merecida cachetada en la cara, no solo por lo que me había dicho esta vez sino también la vez pasada, sentí unos brazos rodearme por atrás ‘¡Suéltame!’ exclame con coraje, Stephie inmediatamente se echo para atrás.

-¡Hey Martina! Tranquila –dijo el poniéndose frente a mi.

-Y ¿Tu que? Idiota ¿Dejaras que se burle nuevamente de mí? –pregunte al moreno mirada color miel.

-No pero no voy a dejar que la golpees –dijo Jorge hablándome de frente.

-Ya Jorge, es mejor que te la lleves –dijo Diego tomándome de la cintura juntándome a él.

Jorge no dijo nada, y solo endureció la mandíbula mirando como diego me abrazaba, ellos desaparecieron de ahí y me estremecí al sentir los labios de Diego en mi frente.

-Yo creo que si se merecía una buena cachetada –dijo cande inocentemente con una sonrisita.

-La verdad si –dijo Facu siguiendo.

-Si lo merecía, pero no te rebajes a su nivel –me dijo Diego casi al oído.

-Gracias chicos –dije limpiando una lagrima que recorría mi mejilla, gracias al coraje que me hizo pasar la novia modelo de Jorge.

Me amargaron el día, y quise irme de ahí pero Diego no me dejo irme sola así que se fue conmigo, dejando a Facu y su hermosa chica solos en la feria.

-Ven te invito a comer –dijo Diego tomándome de la mano.

-Ya escuchaste mis tripas ¿No es así? –dije soltando una carcajada ahogada.

-Sí, pero no te lo quería decir –dijo en voz bajita, comenzamos a caminar, en el camino mire un árbol grande y rápidamente se vino a mi memoria recordando frescamente ese camino, no recordaba el por qué conocía el camino solo sabía que lo recordaba, era imposible no reconocer ese árbol es enorme y su tronco esta torcido de una forma muy peculiar.

Llegamos a una casa muy rustica y grande, la fachada era hermosa, se miraba muy acogedora y recordé mi vieja casa en Los Ángeles, California.

Al entrar todo era hermoso, era como si todo siempre estuviera donde debe estar y se sentía tranquilidad, subimos las escaleras hasta un cuarto al fondo del enorme pasillo, Diego me dejo esperando por unos minutos y luego me hizo pasar.

-Te presento a mi madre –dijo Diego sonriendo. La señora recostada en la cama estaba realmente pálida, y con una mascada en la cabeza ocultando su poca y frágil cabellera.

-Martina que grande estas hija, ven aquí y dame un abrazo –dijo cambiando su semblante a uno más feliz y con una grande sonrisa en su cara, ¿Cómo conocía mi nombre? ¿Sera que Diego se lo habrá dicho antes de que entrara?, no quise faltarle al respeto y me acerque a ella tímida a darle una sonrisa, y sintiéndome protegida en los brazos de una figura maternal, rápidamente recordé a mi madre, y recordé lo mucho que la extrañaba y las ganas que sentía de al menos mirarla todas las mañanas, así como estaba la madre de Diego justo en ese momento.

Novela Jortini - "Mi Hermanastro" - (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora