-Me llamo Martina, ahora si dime el tuyo –dije con una sonrisa y ansiosa por saber su nombre.
-Mi nombre es Pablo, mucho gusto –dijo sonriéndome atractivamente.
-Bueno pues el gusto es todo mío Pablo.
-Todo tuyo –bromeo-. Entonces ¿aceptas salir conmigo? Por lo menos un helado –dijo el chico.
-Claro, te dejo mi teléfono y me llamas, por ahora tengo que ir a trabajar –dije, me dio su celular y anote mi número de teléfono ahí, luego me dio el suyo.
El chico me llamo mucho la atención, era muy lindo no podía negarlo y además se porto como todo un caballero. Llame a Ruggero inmediatamente para decirle que ya iba para allá.
-¿Arreglaste la troca? –pregunto Ruggero acercándose a mi.
-Si señor ‘enseguida voy llamo a un mecánico’ –dije haciendo las comillas al aire.
-Perdón se junto la gente –dijo torciendo los labios.
-No importa ya –dije caminando hacia la parte trasera del negocio.
-¿Pero que paso? ¿Cómo lo arreglaste? –cuestiono caminando tras de mi.
-Un chico…
-¿Un chico? ¿Qué significa eso? –pregunto pensando.
-Un chico me ayudo, muy guapo por cierto –dije divertida.
-Ah pues que bueno –dijo asintiendo con la cabeza.
-Si muy bueno, el que me haya ayudado no el chico –dije aclarando-. Y el chico también.
-Que pervertida –dijo riendo.
Había mucho trabajo en la pastelería, Karen estaba feliz de que fuera todo un existo a tan solo 12 días de la apertura y yo estaba feliz de tener un empleo y de trabajar con Rugge.
Luego de un día cansado de trabajo Ruggero y yo pensamos en ir a casa de mi tía a pasar un rato con Briana y dejar salir a mi tía que desde hacia tiempo quería salir, llegamos a casa y al entrar Briana ya me esperaba en la puerta con cara de preocupación.
-¿Qué pasa? –pregunte mirándola.
-Te buscan –dijo apuntando con su índice la sala.
-¿Quién? –pregunte antes de asomarme para ver quien era.
Entre a la sala y al mirar al chico que estaba sentado en el sofá, no me la creía ¿Qué hacia Xabiani aquí? Me pregunte mordiendo la uña de mi dedo pulgar en señal de nerviosismo.
-¿Xabi? –musite en cuestión.
-¡Martina! Tenemos que hablar –dijo sin dudarlo rápidamente.
-Esta bien –dije asintiendo con la cabeza.
-Vamos –dijo apuntando para dejarme pasar primero, ruggero se me quedo mirando como preguntándome si lo necesitaba, le asentí con la cabeza respondiéndole que todo estaba bien y subimos a mi habitación.
-¿Qué es lo que pasa? –pregunte apuntándole la cama para que se sentara.
-Martina tienes que regresar a San Clemente –dijo acelerado.
-Y eso ¿Por qué? –reí irónicamente.
-Jorge no es el mismo desde que te fuiste, se la pasa ebrio casi todos los días, se ha vuelto un malhumorado –explico mas tranquilo.
-Pero yo no puedo regresar Xabiani, el regreso con Stephie y no creo que él quiera verme –respondí negando con la cabeza.
-Todos en el pueblo ya saben lo que paso –Dijo Xabiani mirándome.