-No te conviene, yo puedo decir algo de lo que te puedas arrepentir –dije incrédula.
-¿De que? –pregunto Jorge confundido.
-¡Stephie! Pasa, pasa –la invito a pasar Trisha, gracias a Dios han sido mi salvación.
En lo que Trisha y Stephie se fueron a la sala supongo para echar algo de veneno, mi padre nos llevo como no queriendo la cosa hasta la cocina. Estábamos llenos de harina por toda la cara, cabeza y parte de la ropa.
-¿Qué ha pasado aquí? –cuestiono mirando el desastre en la cocina.
-Bueno veras, queríamos comer un pastel así que hicimos uno –sonreí inocentemente para salvarnos del buen regaño que seguramente este nos daría.
-Les advierto de una vez que, pasado mañana nos vamos de viaje y para tenerlos vigilados –aclaro mirándonos fijamente.
-¿A dónde iremos? –pregunto Jorge luego de que cruzamos nuestras miradas.
-Iremos a un lugar cerca, Canadá –dijo este y luego de eso se fue.
Jorge me miro de reojo mientras caminaba hasta el horno para revisar como iba nuestro pastel, me acorralo con sus brazos por la cintura abrazándome por detrás y caminamos hasta el horno así, nuestro pastel iba perfecto y la verdad olía muy bien.
-Al menos estaremos juntos –dijo volteándome con sus manos en mis caderas.
-Eso si –dije sonriendo sobre sus labios.
-¿Cómo va el pastel? –pregunto y luego me dio un beso fugaz.
-Muuuuuuy bien, huele bien –dije olfateando levemente.
-Si, oye deberíamos limpiarnos la harina –dijo sacudiendo la harina en mi cabello.
-Si creo que si –dije haciendo un gesto, fuimos a mi habitación a sacudirnos la harina y me cambie de blusa. Bajamos de nuevo a la cocina y había un poco de harina aun sobre la barra, estábamos pensando lo mismo una pequeña guerra de harina no haría la diferencia entre el desastre que ya era visible en la cocina ¿Qué mas da? Lo mire fugazmente y este ya tenia harina en la mano para lanzarme.
-¡Eres un tramposo! –exclame tomando un poco de harina.
Y ahí estábamos de nuevo como dos pequeños jugando a una inocente guerrilla de harina, pero claro creo que los dos no nos controlamos y terminamos abrazándonos y besándonos, Jorge quería aventarme harina en la boca y yo lo alejaba de mi con mi mano en su cara.
-¡No! Jorge te voy a golpear –musite lejos de él.
-Vamos a ver si es cierto ¿Cuál es la primera letra del abecedario? –pregunto sarcástico.
-Es evidente que en serio quieres una buena golpiza –dije aguantando la risa.
-No creo que golpees con tanta fuerza –dijo Jorge y estaba apunto de abrir la boca para que otra palabra saliera de su boca pero alguien tosiendo a propósito lo interrumpió.
-¿Qué paso aquí? –pregunto Trisha entrando a la cocina junto con Stephie mirando lo que era imposible ocultar.
-Huele a quemado –dijo Stephie tapándose la nariz.
-¡El pastel! –gritamos al disparejo Jorge y yo al mirarnos.
Revise el horno y el pastel estaba completamente negro. ¿Habíamos jugado tanto tiempo? No cabe duda que efectivamente el tiempo con Jorge se me pasa volando.
-Yo no comeré eso –dijo él mirando el pastel con desprecio.
-Jorge espero que limpien este desastre –dijo Trisha apuntando todo con su dedo.
