-Entonces ¿haz aceptado a alguien, una chica que no conozcas? –pregunte mirándolo rápido y luego regresando mi vista a la portátil-. ¡Aquí esta!
-Si ella es Carly una chica muy linda, me acaba de agregar –respondió ruggero muy inocente.
-Pues mira lo que la ‘linda’ hizo –dije mostrándole una foto que tenia privada, tenía mis mañas para poder hackear algo si quería.
-Eso no esta bien –dijo ruggero haciendo una mueca al mirar la foto, era una foto De Ruggero y yo ‘besándonos’ pero claro la foto era truqueada habían tomado una donde yo le daba un beso en la mejilla a él y otra donde él me daba un beso en la mejilla a mi.
-Es la amiga de Stephie, sabia que se iba a aprovechar de que no estoy allá –dije con coraje.
Los días en Canadá fueron lentos y aburridos, salir con Rugge no me ayudo en nada, pero al menos estuve con él.
Estaba ansiosa por llegar a San Clemente y explicarle a Jorge todo lo que en realidad había pasado. Al abrir la puerta de la enorme casa camine hasta la sala siguiendo a Trisha y lo que mire me partió el corazón en mil pedazos, quería morir, desaparecer. Eran Jorge y Stephie juntos, ellos estaban sentados en el mismo sofá y Stephie con las piernas sobre las de él.
-¡Stephie! Hola hija ¿Cómo estas? –pregunto sonando hipócrita Trisha.
-Hola que bueno que ya estén aquí…. –ellas hablaban pero mientras yo miraba a Jorge las voces se iban alejando, Jorge me miro con una sonrisa sarcástica, falsa. No quería verlo y salí corriendo a buscar las llaves de mi camioneta y fui hasta la casa de Diego.
Joseph abrió la puerta y me lance a sus brazos llorando sin consuelo alguno y Chachi se acerco sin entender, me pasaron a la sala de su casa y me dejaron desahogarme todo en un silencio que se podía cortar con una afilada navaja.
-Perdón –dije limpiando mis lágrimas.
-No te preocupes ¿Qué es lo que ocurre? –pregunto Diego frente a mi con su peso sobre sus rodillas.
-Stephie manipulo unas fotos mías con un amigo, y Jorge piensa que lo he engañado –conté desesperada.
-¿Stephie, Jorge? ¿De que hablas Martina? –pregunto Diego con el entrecejo arrugado, olvide que nadie sabia de mi relación con Jorge, en ese momento olvide que Diego no lo sabia pero si que lo sabia Joe.
-Creo que nadie lo sabia pero Martina y Jorge son novios o algo así –dijo interviniendo Joe.
-¿En serio? Es por eso que te molestaste tanto al ver a Stephie aquel día –Dijo Diego asintiendo mirando a la nada.
-Si olvide que no lo sabias que lastima que te enteres así –dije torciendo la boca y con un hilo de voz.
-No, esta bien –dijo él.
-No sabia con quien mas ir, son mis únicos amigos aquí –dije recargando mi cabeza en el hombro de Joe y este puso la suya sobre la mía.
-Debe haber una manera de demostrarle a Jorge que aquellas fotos son falsas –musito Joe tratando de mirarme.
-Tal vez pero si es así, él no querrá ni hablarme seguramente –dije limpiando una lagrima que corría por mi mejilla a toda velocidad.
Luego de estar un rato con los chicos, llegue a casa con los ojos realmente hinchados y sin ganas de hablar, la garganta me dolía por el nudo enorme que guardaba dentro sin poder pasarlo y conmigo haciéndome la fuerte para que Jorge y Stephie no notaran mi debilidad.
Cuando iba subiendo los escalones me tope con Lodovica, que al mirarme rápidamente me tomo por el brazo girándome a ella.
-¿Qué te pasa? –pregunto mirando mis ojos.
-Nada –dije apenas.
-Oh claro que si, dime que te pasa –insistió.
No dije nada y seguí caminando y ella venia tras de mi.
-Así que yo tenia razón, la manera en la que tu y Jorge se miraban cuando regresaron no era la misma de antes –dijo astutamente Lodovica tronando sus dedos.
-Si Lodo pero por favor no digas nada –suplique mirándola.
-No diré nada, pero que mala onda de mi primo que sea así –dijo con una mueca chueca-. Pero de Stephie ni me sorprende, siempre hace lo que sea necesario para salirse con la suya.
-Si pero esta vez se paso de la raya –dije negando con la cabeza.
En la comida Stephie estaba con nosotros ocupando mi lugar y yo sentada junto a Trisha, manipulaba la comida con el tenedor y solo miraba fijamente mi plato, escuchando las chillantes voces de mi madrastra y de la novia de el hombre al que amaba.
-Jorge tenemos que hablar –dije tomándolo por el brazo.
-No hay nada que hablar –dijo sin mirarme.
-No puedo creer que creas en una foto, creí que me amabas –dije bajando la mirada.
-No puedo amarte si en cuanto sales con otro chico te besas con él –dijo con desprecio.
-Es que no me bese con él ¿¡Que no lo entiendes!? –exclame desesperada por que comprendiera mi dolor.
-No –dijo quitado de la pena.
-¿Ya mi amor? –dijo llegando Stephie tomándolo por el brazo.
-Si listo, vámonos –dijo mirándola de cerca.
-Adiosito Martina -dijo antes de darle un penetrante beso en los labios.
No podía mas, mirarlo ahí con ella como si en verdad todo lo que habíamos pasado no le importara un comino, era increíble como hace una semana éramos todo y ahora éramos nada. Subí las escaleras hasta mi habitación tome una maleta y eche toda mi ropa ahí y tome una hoja de un cuaderno que estaba arrumbado en algún cajón y una pluma que estaba en el tocador.
Lo siento si no me crees, lo siento si es que te falle
Lo único que te puedo decir es que te amo inmensamente,
Eres lo mejor que me ha pasado y se que tu también me amas,
La manera en la que la mira no tiene ese brillo especial, pude sentirlo Jorge.
Ella es simplemente una niña caprichosa y yo, bueno yo soy solo una chica
Frente a un chico pidiéndole que la ame ¿Cómo combatir con una modelo? ¿Cierto?
Me voy por que no puedo vivir cerca de ti, teniéndote tan lejos. Solo quiero que sepas
Que eres lo mejor que me ha pasado desde que llegue aquí, que eres la persona
Mas maravillosa que conozco y que te amo de una manera que no hay palabras
Para describir, si crees que me merecía esto, esta bien lo acepto
Pero no te voy a negar me ha dolido en lo mas profundo de mi alma,
Recuerda que me puedes reemplazar pero no podrás reemplazar nuestros momentos
Juntos, por que los sentimientos cambian, los recuerdo no.
Martina.
Baje con mis maletas en mano y fui al despacho de mi padre.
-Es enserio papá –dije afirmando m partida.
-Entonces es tu decisión supongo –dijo quitándose las gafas.
-Así es lo es –dije asintiendo-. Gracias por el dinero, te llamare en cuanto llegue.
-Esta bien, cuídate mucho –dijo él parándose para abrazarme, su abrazo me hizo sentirme protegida, por primera vez en meses sentía un amor paternal.
Tome las llaves de mi camioneta poniendo las maletas en la parte trasera y fui a poner combustible, y tome carretera para ir a Los Ángeles. Mire por el parabrisas el cielo y las nubes grises conformaban un paisaje triste, igual que yo.
Antes de ir a casa de mi tía donde seria mi estancia, pare en mi vieja casa. Al abrir un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, entre a la habitación de mi madre y todo estaba tal y como lo había dejado, su ropa sobre la cama y todos sus perfumes bien acomodados sobre el tocador.
-No sabes cuanta falta me haces –dije evitando el llanto que era evidente.
Me pare en medio de la habitación dando vueltas abriendo y cerrando los ojos y en cada abrir y cerrar de ojos miraba el rostro de mi mamá en diferentes ocasiones que eran mas memorables para mi, las lagrimas comenzaron a caer y yo sonreía al imaginarme a mi madre, diciéndome que hacer en esos momentos tan difíciles para mi.
Aquellos momentos en la playa, cuando me castigaba y reía por como me enojaba, como se estresaba cuando algo en su trabajo salía mal, todo y cada unos de tantos momentos los recordaba perfectamente, caí al suelo luego de tantas vueltas y abrí los ojos mirando al suelo.
-Te amo mamá–dije con voz bajita.
-También me hace mucha falta…