-No te preocupes, no se lo contare a nadie de eso puedes estar segura –continuo -. Quiero mucho a mi primo como para darme cuenta de que Stephiee no es buena para el.
-Bueno si es así pues…
-¡Chicas vamos por un helado! –salvada por Xabi.
Jorge dejo discretamente que Xabi Y Lodo se adelantaran tomados de la mano, y cuando ya iba yo detrás de ellos sentí como me jalo del brazo hasta el pasillo, recargándome en la pared acorralándome con sus brazos, ‘Te amo’ menciono quedito para luego darme un penetrante beso sobre los labios, sonreí y me tranquilice para contenerme ante tal dios sexy frente a mi, así que solo camine hasta alcanzar a los chicos y sentir como Jorge caminaba tras de mi.
Fuimos hasta la feria ya estaba por oscurecer y había mas gente de lo normal puesto que era viernes por la noche, caminábamos hasta llegar a un puesto donde venden varias cosas dulce.
-¿Qué quieres mi amor? –le pregunto tiernamente Xabiani a Lodovica mientras la rodeaba con sus brazos por atrás.
-Un helado de vainilla –dijo ella sonriendo.
-Que sean dos por favor –ordeno Xabi al chico que atendía.
-Y tu Martina ¿Qué quieres? –pregunto Jorge desviando su mirada hasta verme.
-Un algodón de azúcar –dije bajando mi mirada, dejando caer un mechón de cabello.
-Un algodón de azúcar y un helado de chocolate –dijo él dejando un billete sobre la barra contadora.
Seguíamos caminando y escuchando como Xabiani le hacia preguntas a Jorge sobre como era Bradford y que tal era la comida, cuando termine mi algodón busque un bote de basura voltee mi mirada hasta detectar uno con la vista a unos, 30 metros de donde estábamos así que camine hasta ahí sin avisar y cuando me regrese en mis talones para ir para con los chicos de nuevo, choque con un pecho duro.
-¿Martina? ¿Cuándo llegaste? –cuestiono Diego sorprendido de verme.
-Hoy hace un rato –le aclare mirándolo formando una sonrisa en mi cara.
-¿Qué haces aquí? –pregunto comenzando a caminar.
-Vine con Jorge y los chicos, solo a pasarla –respondí alzando los hombros- . y ¿Tu?
-Vengo con mi primo hace mucho que no venia para acá –dijo apuntando a un chico a lo lejos.
-Oh que bien –dije asintiendo con la cabeza.
-Ven vamos te lo presento –dijo tomándome por la mano para correr hasta con el.
El chico se puso de perfil y al mirar aquel perfil inconfundible, lleve mi mano a mi boca aun dudando de si era o no era.
-Martina te presento a mi primo Joseph –dijo apuntándolo y este se volteo para verme.
-¡Oh por Dios! ¿Joe? –dije tapando mi boca con las dos manos.
-¡Martina! Chachi ella es la chica ebria de la que te había hablado –dijo apuntándome mientras miraba a Diego sorprendido.
-¿En serio? –cuestiono Diego boquiabierto.
-¿Qué haces aquí? No puedo creer que seas primo de Diego –dije apuntándolo con mi índice.
-Si por parte de su mama –dijo sonriendo.
-Pues es bueno que se conozcan –nos miro raro- . Supongo.
-Si pero no en las circunstancias en las que nos conocimos –dije tapando completamente mi cara con mis manos.
-Fue divertido –rio Joe.
-Me hubiera gustado verlo –seguido de reír Diego.
-Bueno ya basta de burlarse de mi –empuje a Diego con mi mano del pecho.
-Y tu novio ¿Dónde lo dejaste? –pregunto Joe inocentemente.
-¿Qué novio? –pregunto inmediatamente Diego.
-No tengo novio –dije nerviosa.
-Si el chico, el idiota ese que abrió la puerta cuando….
-Ah ese, no es mi novio es mi hermanastro –dije interrumpiéndolo.
-Pero te llamo ‘amor’ ¿Qué no? –insistió Joe.
-No ¡Pff! No ¿de que hablas? –dije aun mas nerviosa y sintiendo hervir mis mejillas.
-Podía jurarlo –dijo alzando sus cejas y todo eso paso mientras Diego nos miraba sin entender nada.
-No –negué con la cabeza exageradamente.
La luz ilumino mi cuarto, talle mis ojos luego de abrirlos y fui corriendo hasta el baño a darme un buena ducha y luego bajar, cuando baje las escaleras escuche que dos personas hablaban en la sala, al escuchar la voz chillona no pude evitar detenerme a escuchar lo que estaban hablando.
-Es una niña malcriada hizo que mi hijo se tatuara –decía la mama de Jorge.
-Cuando estábamos en Bradford se le notaba claramente que quiere algo con Jorge, es una perra –dijo la novia de Jorge- . Pero no le voy a dar el gusto.
-Estoy pensando en hacerle la vida de cuadritos, no se como pero voy a lograr que se vaya de aquí –dijo Trisha tan cruelmente que rápidamente se me hizo un nudo en la garganta y mis ojos se cristalizaron rápidamente, tape mi boca con mi mano para no hacer ruido al soltar el llanto mientras caminaba lentamente para atrás, pero termine chocando con una mesa de madera haciendo que se cayera un florero de cristal, haciendo al mismo tiempo que me descubriera.
-¡¿Quién esta ahí?! –pregunto rápidamente Trisha, suspire limpiando mis lagrimas y armándome de valor para dar la cara.
-Yo –dije poniéndome frente a ellas.
-¿Estabas escuchando? Tu niña malcriada –dijo Trisha haciéndose la ofendida.
-Si le digo que es una perrita –le echo más leña al fuego Stephie.
-Le voy a decir una cosa señora, no soy ninguna malcriada ni siquiera me conoce ni se ha tomado el tiempo para hacerlo –dije apuntándola.
-Oye tu …
-¡Cállate! –le dije a Stephie respirando hondo para no explotar del enojo- . Tal vez sea una perra pero incluso para PERRAS hay RAZAS.
-Oye ¿Cómo te atreves? –pregunto Stephie poniéndose su mano en el pecho haciéndose la ofendida.
Corrí hasta mi cuarto a llorar sin detenerme y lo único que podía pensar era ‘Si tan solo mama estuviera aquí, nada de esto hubiera pasado’ ¿Qué demonios hago aquí? Me pregunte, estaba roja del coraje quería gritar a los cuatro vientos cuanto odiaba estar ahí.
Tocaron a mi puerta y solo voltee a verla ignorando por completo quien estuviera del otro lado, escuche cuando la cerraron y mire quien era.
-¿Qué quieres? –pregunte limpiando una lagrima que se atravesó en mis labios.
-Ya se lo que paso –dijo Jorge con voz dulce.
-¿Ah si? –asentí sin mirarle- . Fuiste a decirle a tu mama que yo hice que te pusieras el tatuaje.
-¡Claro que no! Mi madre es una mentirosa, lo que sea por quedar bien con Stephie –dijo Jorge apuntando a la nada.
-Como sea Jorge, aquí la mala soy yo ¿acaso no lo notas? Yo soy quien se acostó con su hermanastro, quien anda con el novio de otra chica, quien se vino a vivir de arrimada –dije volteando mi mirada finalmente a él.
-No digas eso –dijo negando.
-Claro que si, y ya vete que seguramente tu mama te va a regañar por estar aquí conmigo –dije sarcástica.
-No esta, ni ella ni Stephie –dijo él con voz tranquila.
-Mas vale que esto ya no siga, o al menos no hasta que termines con ella y tengas el valor de decirle a tu mama que me amas como dices –le dije sintiendo arder mis ojos.
-Pero…
-Pero nada Jorge, ya no quiero ser a la que nadie quiere –dije tratando de darme a entender.
-Martina no me hagas esto –dijo el acercándose a mi.
-Si Jorge hasta que termines con ella, he dicho –dije dando un paso para atrás.
-¡No quiero! Al menos dame la oportunidad de seguir contigo y ya el tiempo dirá –dijo él sentándose en el borde de la cama.
-No lo se, dame tiempo de pensarlo por que cada vez que estés con ella tendré que tragarme el coraje, cada vez que ella me diga algo no podrás defenderme –dije dejando rodar esas gotas que salen por mis ojos.
-Piénsalo bien por que no quiero perderte –dijo con sus codos recargados en sus rodillas.
El levanto sin decir nada más, y yo me estremecí al dejarlo ir sin detenerlo.
Salí de casa tomando las llaves de mi camioneta y a duras penas dando con el domicilio de la casa de Diego, me deje guiar por el árbol torcido.
Golpee a la puerta un par de veces hasta que Joe atendió a la puerta, pude notar que este estaba nervioso y arrugue mi frente.
-¿Pasa algo? –pregunte mientras el abría mas la puerta para dejarme pasar.
-No, no na..nada –tartamudeo.
-Claro que pasa algo, dime que pasa –dije entrando- . ¿Dónde están todos?
-Viajaron a la ciudad para ir con el doctor –dijo Joe pasando hasta la sala.
-Claro y Diego ¿donde esta? –pregunte buscándolo con la mirada.
-No esta –dijo encogiendo los hombros.
-¿En donde esta? Vamos Joe tengo que hablar con el –dije golpeando el suelo repetidas veces con la suela de mi tenis.
-En un rato mas viene –dijo palmeando el asiento libre a un lado de el.
-Oye no vuelvas a mencionar lo de Jorge, nadie debe saber que el y yo, bueno tu sabes tenemos o teníamos una relación –dije sentándome junto a él.
-Oh perdón no lo sabia –dije mordiéndose las uñas.
-Eres el único que lo sabe, y el único que lo debe saber no es necesario divulgarlo por el pueblo –dije advirtiéndole.
-De acuerdo –dijo serio.
Luego de unos minutos incómodos minutos de silencio algo en la planta de arriba de la casa se escucho caerse, voltee rápidamente al techo.
-¿Qué fue eso? –pregunte un poco asustada.
-Nada debió haber sido el viento que tiro algo –dijo Joe volteando al techo también, luego de eso se comenzaron a escuchar mas ruidos, como pisada.
-¿Quién esta allá arriba? Joe –pregunte mirándolo ponerse colorado.
-Nadie, espera aquí ahorita bajo –dijo Joe levantándose- . Martina no subas –advirtió.
No pude evitarlo, tenía que saber que es lo que pasa y por que Joe estaba tan nervioso así que no le hice caso y subí las escaleras haciendo el menos ruido posible.
Camine por el pasillo hasta detectar las voces de una habitación, toque la puerta y escuche como todo se puso mas tenso arriba, hasta que Joe abrió la puerta.
-Martina te dije que no subieras –me dijo Joe.
-Si pero no lo pude evitar –dije mirando a Diego envuelto con una sabana de la cintura para abajo- . ¿Qué pasa aquí Diego?
-Nada –dijo rápido, mire para todos lados y ahí estaba la pista mas visible del mundo pero con lo que ellos no contaban, era eso de lo que me decepcioné completamente.