-Martina, Martina -decía la voz sacudiéndome.
-¿Mmm? –mencione sin abrir los ojos.
-¿No iras al hospital? –y cuando escuche la voz con mas atención me percate de que era mi padre.
-Si, gracias papá –dije abriendo mis ojos. Mire el reloj y eran las 6:30 am-. Ruggero despierta, tenemos que ir al hospital.
-Ya voy –dijo este aun con sus ojos sellados.
Me metí al baño tomando una toalla y mi ropa, me di una ducha caliente y me cambie ahí mismo dentro del baño, al abrir la puerta Ruggero me esperaba sentado en la cama mirando a la nada, aun con sus ojos adormilados.
Subimos al auto de ruggero y condujo hasta el hospital, cuando llegamos ya estaban los chicos ahí.
-Buenos días –dije llegando hasta con ellos.
-Buenos días Martina -dijeron en coro.
-Les presento a ruggero mi mejor amigo –dije apuntándolo con mi mano.
-Hola mucho gusto –dijo con educación él.
-El gusto es mío –dijo Lodovica con una sonrisa.
-Igualmente –dijo Xabiani estrechando su mano.
-¿Estas lista? –cuestiono la Chica mirándome con intriga.
-Lista pero nerviosa –dije sintiendo el nerviosismo hecho un nudo en mi estomago.
-todo saldrá bien ya veras –dijo Xabiani animándonos.
En eso se acercaron dos médicos haciéndonos señas de que nos acercáramos a ellos, le di un abrazo a Rugge y este beso mi cabeza, caminamos detrás de ellos, nos detuvimos en la puerta del cuarto de Jorge. Inhale lentamente.
-No digan nada, dejemos si el los reconoce –explico un doctor llevando su mirada a todos.
-Le haremos un par de preguntas y luego le preguntaremos sui reconoce a uno de ustedes –dijo el otro.
Todos asentimos en silencio y el miedo yacía en nuestros rostros serios, antes de entrar inhale nuevamente.
Al vernos entrar una enfermera inyecto algo en Jorge y esperamos unos largos segundos hasta que este comenzó a mover sus ojos, sus parpados temblaban y mis piernas se debilitaban, Jorge volvió a cerrar los ojos cuando sintió un rayo de luz directamente en su cara, y yo voltee a ver a Stephie y esta al sentir mi mirar volvió su mirada a mi y las dos teníamos la misma mirada aterrada por saber que es lo que sucedería. Cuando Jorge abrió los ojos de nuevo un sentimiento de impotencia por no poder correr a él y abrazarlo recorrió mi cuerpo.
-¿Cuál es tu nombre? –cuestiono el doctor junto a él.
-Jorge, Jorge Blanco –dijo este sacudiendo su cabeza con el entrecejo fruncido.
-¿De donde eres? –pregunto de él mismo doctor.
-San Clemente –respondió él mirándolo confundido.
-¿En que año estamos? –cuestiono anotando algo.
-2012 –contesto sin verle.
-¿Qué edad tienes? –pregunto enseguida.
-20 años –dijo el mirando a su madre.
-¿Reconoces a alguna de estas personas? –pregunto el medico mirándonos.
-Si, mi mamá, Alejandro, mi prima Lodovica, Xabiani mi mejor amigo, ¿Stephie? Y… -se me quedo mirando y me di cuenta de que no me recordaba, me partió el alma y las ganas de llorar no faltaron-. ¿Quién eres?