Capítulo 15.

649 29 4
                                    


"Las palabras abren puertas sobre el mar"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Las palabras abren puertas sobre el mar"

- Rafael Alberto

Grace Thompson

Te das cuenta de cuándo te gusta una persona en el instante en que tu piel se eriza por un suave tacto de él. No deseaba otros labios, solo quería saborear los suyos cada minuto del día. Al principio no quería reconocerlo, pero Benjamin me gustaba porque me pasaba las horas esperando por verle con la agonía de si podría aparecer por mi puerta o no. Era incapaz de compartir este sentimiento con Amanda y prefería guardarlo dentro de mí por si las cosas no salían del todo bien.

El viento ondeaba nuestros cabellos despeinándolos pero a nosotros no nos importaba, estábamos disfrutando del calor que desprendían nuestros labios. Benjamin se fue separando lentamente y yo ya echaba de menos su sabor. Se giró para seguir caminando y yo le seguí, pero Mauro nos detuvo.

- ¿A dónde creéis que vais tan rápido? – Yo me asusté porque su tono de voz había dejado de ser delicado. Me quedé observándole y su brazo se encontraba escondiendo algo tras su cuerpo.

-¿Y a ti que te importa? – Ben se encaró con él pero su semblante enfadado cambió cuando Mauro lo apuntó con una pistola en el pecho. Sentí como si mi corazón fuera apretujado con un puño y empecé a marearme.

Cuando estás a punto de perder a alguien lo único que pasa por tu cabeza son momentos agradables de tu vida. El día que le conocí me marcó por completo de forma negativa pero poco a poco habíamos ido aprendiendo cosas el uno del otro. Uno de los momentos más especiales fue sin duda nuestro primer beso, que a pesar de haber sido interrumpido para mí no podía haber sido más perfecto. Otro momento fue el día que vimos el amanecer juntos, de vez en cuando miraba nuestra foto juntos y sonreía como una niña a la pantalla.

- Me importa porque ahora vais a dejar de investigar todo de una puta vez – Nadie se encontraba en la calle para poder pedir ayuda y no iba a huir dejando a Benjamin allí solo.

- ¡Suéltale o llamo a la policía! – no sabía qué decir ni qué hacer, solo quería abrazar al castaño y que todo estuviera bien.

- Pues llámales, así tardarán menos en encontrar vuestros cuerpos sin vida.

- ¡Corre Grace coño! – Benjamin me gritó pero no le hice ni caso. Le miré fijamente a los ojos y ambos supimos lo que nos estábamos diciendo.

- ¡Mierda! ¡La policía! – grité señalando tras de ellos y logré que Mauro se girase. Benjamin aprovechó para darle un golpe y quitarle la pistola.

El castaño corrió hacia mí y tomó mi mano para salir de allí lo más rápido posible. Mis piernas se movían solas y mi aliento se sentía seco. La única parte de mi cuerpo que funcionaba era mi cerebro mostrándome las imágenes que había vivido hace unos minutos. No me di cuenta del momento en el que llegamos a mi portal, pero reaccioné y abrí con mis manos temblorosas. Una vez dentro abracé a Benjamin y dejé que todo saliera, incluidas las lágrimas. Él sostuvo mi cuerpo alrededor del suyo y dejó que llorara en su hombro.

- Si te llega a pasar algo me muero – no mentía y aún seguía asustada. Había temido por el daño que le hubieran podido causar a Ben más que por el mío propio.

- Pero ambos estamos a salvo – dejó un corto beso en mis labios que provocó que mi cuerpo se relajara y empezara a funcionar con normalidad – Por ahora. Tenemos que estar alerta porque nos buscan y es mi culpa.

- La culpa es de ellos Benjamin y estamos más cerca de descubrirlo. Ya sabemos quién es uno de los involucrados.

- ¿Y si fue él quien mató a mi hermano? - ante aquella situación no me había detenido a pensarlo, pero podía tener razón.

- ¿Por qué no te has dado cuenta antes? ¡Él estaba desarmado! ¡Le podías haber amenazado y que hubiera confesado – mis palabras sonaban más bien como el guión de una película de acción.

- Porque el hecho de que te pasase algo me ha cegado por completo – su mirada azul me transmitió sinceridad y temor por su parte. Yo solo quería besarlo, así que me acerqué más a él para conectar mis labios junto a los suyos – No Grace, esto tiene que parar, a quien buscan es a mí. Tú no pintas nada y solo te pones en peligro.

- No empieces con el sermón, por favor. Si permanecemos juntos podremos cuidarnos el uno al otro – Benjamin levantó una ceja picaresco – ante una situación como la que acabamos de vivir – añadí, ya que no quería que pensara que me estaba ilusionando por lo que tengamos.

- Es más sencillo si confiesas que no te quieres separar de mí – su orgullo me resultaba siempre muy desagradable y con mayores ganas de contradecirle.

- Bájate de la nube en la que vives montado, por favor que esto es serio – rodó los ojos y se tiró en mi cama – Tenemos que deshacernos del arma, ¿no crees?

- De eso ya me ocupo yo. Hay algo que me preocupa más en estos momentos – esperé expectante a que dijera el qué era – Dentro de esa discoteca tenía que haber un topo o alguien que te haya seguido hasta allí.

- ¿No puede simplemente haber sido una coincidencia? – Salí del piso bastante tarde, así que a esas horas no había nadie por la calle y además estaba acompañada de todos los amigos de Amanda, si alguien nos hubiera seguido, nos habríamos dado cuenta.

- No lo creo.

- ¿Cómo llegó el gilipollas ese a ti? ¿Se acercó sin más?

- Creo que Amanda había hablado previamente con él pero no estoy segura.

- Amanda....¿No crees que ella pueda haber sido el topo? – Eso era una locura, ni que se le ocurriera acusarla.

- ¡No digas estupideces! Amanda es mi amiga, casi como una hermana.

- Pues entonces ya me dirás tú quién fue. Yo que tú no me fiaría de nadie en estos momentos.

- ¿Ni de ti tampoco? – le miré con temor por su respuesta - ¿Y si tú eres el asesino y todo ese numerito ya estaba preparado?

- Claro que si, este año estoy nominado a los Óscar y es posible que gane la estatuilla en menos tiempo de lo que ha tardado Leonardo Dicaprio – le saqué el dedo porque se estaba riendo de mí – pero no, no deberías fiarte de mí tampoco, y de Amanda menos.

- ¡Deja de decir eso de ella! No pienso consentir que hables así de ella y menos cuando no está para defenderse.

- Si quieres podemos hablarlo con ella delante, tan solo tenemos que esperar para que vuelva a casa. Y dime Grace, ¿por qué ella esta noche te ha dejado sola con un tipo desconocido?

- Porque está empeñada con que conozca a gente nueva y además que no tengo por qué darte explicaciones.

- Me las das porque estás intentando maquinar en tu cabeza una razón que justifique su comportamiento – No tenía razón. Él desconocía lo importante que ha sido y es Amanda en mi vida.

- Si desconfías de ella, estás desconfiando de mí.

- Pues entonces será que tampoco confío en ti – le di un bofetón en la mejilla pillándole desprevenido.

- Lárgate de mi casa ahora mismo – sin decir ni una palabra salió por la puerta sin mirar atrás. Tenía la esperanza de que recapacitase y dijera que era la única persona en la que confiaba pero me había decepcionado.

BENJAMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora