Capítulo 34.

339 17 0
                                    

"Puedes amar muchísimo a una persona, pero nunca podrás amarla tanto como puedes extrañarla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Puedes amar muchísimo a una persona, pero nunca podrás amarla tanto como puedes extrañarla."

- John Green

Benjamin Blair

La soledad es un sentimiento diferente a "estar solo". Podía estar completamente solo y sentirme en paz, pero desde que Leandro se marchó todo era diferente. Tenía un continuo sentimiento de injusticia y culpa que no lograba deshacer de mí. Mi filosofía de vida había cambiado. Ya no tenía la necesidad de luchar por nada, porque no existía nadie que pudiera sentir orgullo. 

Mi hermano no sólo representaba mi pasado, sino que era la persona que iba a ser mi cómplice durante toda la vida, el que me acompañara más lejos que nadie. 

No recibí ningún tipo de ayuda psicológica cuando todo sucedió. Lo que sí había escuchado era que el duelo tenía varias etapas muy marcadas, pero para mí chocaban unas con las otras. Me encontraba en una montaña rusa, que a veces deseaba que se detuviera. 

En cuanto dictaron sentencia, todo se tornó en un caos. Los gritos y la desesperación provenientes por parte de los padres de Amanda inundaron la sala. Sin embargo, no sentía lástima por ellos. Tenían a su hija viva y eso me repateaba. 

No pude evitar, fijar mi vista en el rostro impasible de Amanda. Fría, vacía de sentimientos, ajena a la realidad. Sorprendentemente tranquila. Así se mostró durante los minutos que duró el veredicto. Me resultaba imposible de comprender que una persona a la que acababan de anunciar que supuestamente pasaría casi toda su vida en prisión, se mostrara tan inexpresiva. 

- Odio esto. Odio la puta justicia - pronuncié, captando la atención de Grace -. Me apuesto el cuello a que terminará saliendo antes. 

- Ha matado a tres personas, no creo que los jueces sean tan inútiles de concederle la libertad antes de que cumpla los ochenta años. 

- Da igual, porque yo mismo me ocuparé de que eso no suceda - me miró confundida -. Lo siento por esto Grace. 

Ni siquiera había planeado aquello. En algunos descansos aprovechaba para salir a fumar. Tenía que cruzar un pasillo que tenía varias puertas a ambos lados. No sé si fue obra del destino, pero una de ellas se encontraba abierta. Algo brillaba en la mesa de madera que yacía dentro de esa sala. Una navaja. No me detuve a pensar si fue una negligencia que la dejaran allí, pero la tomé para guardarla sobre mi bolsillo.

Me aproximé tan rápido como mis piernas permitieron hasta Amanda para tomarle del cuello. Estaba apunto de pasar la navaja por su piel cuando sentí una presión en mi estómago que hizo que me costara respirar. Intenté sujetarme, pero no pude evitar caer al suelo. El sueño empezó a invadirme y mis párpados se notaban cada vez más pesados. Hasta que una imagen negra se presentó ante mí. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
BENJAMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora