Capítulo 5.

736 31 6
                                    

"Nada es real hasta que se experimenta; aún un proverbio no lo es hasta que la vida no lo haya ilustrado"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Nada es real hasta que se experimenta; aún un proverbio no lo es hasta que la vida no lo haya ilustrado"

- John Keats

Grace Thompson

Comprobé que la casa se encontraba vacía en el momento que pasé el marco de la puerta junto a Benjamin. El hecho de que Amanda no se encontrara allí en aquel momento me relajó mínimamente, porque me era imposible tranquilizarme con la presencia de aquel sujeto.

Nada más entrar en el salón, él me dio un ligero empujón provocando que cayera en el sofá. Me incorporé con las manos temblorosas para poder mirarle y estar preparada para cualquier golpe que pudiera darme. El sonido de su voz me hizo estremecer.

- Debería estar follándome a Sophie ahora mismo – no sabía si aquella chica que había mencionado era su novia, pero me compadecía de ella por tener que soportar tanta maldad - Sin embargo, he tenido que venir hasta aquí para dejarte las cosas claras.

- ¿Por qué me amenazas? No he vuelto a acercarme a nadie de tu familia ni tengo la intención de hacerlo de nuevo – él soltó una carcajada, transmitiéndome más miedo del que ya sentía.

- Me ha llegado información de que has estado rondando la prisión – me puse blanca al darme cuenta de que alguien me estaba vigilando – Así que no quiero que vuelvas a poner un pie allí.

- Siento comunicarte que mi hermano se encuentra allí metido – se cruzó de brazos para que siguiera hablando – Y no puedo abandonarle. Es la única familia que me queda aquí.

- ¡Me importa una mierda! – su tono de voz se elevó y yo di unos pasos hacia atrás por acto reflejo – No te he pedido que lo hagas, te estoy obligando.

- ¡Tú no puedes darme órdenes! ¿Qué mas te da que visite a mi hermano? No volveré a pronunciar nada sobre tu caso por mucho que me pregunte.

- ¡Cállate! – me sobresalté por sus gritos – Si no pones de tu parte no me importará entretenerme con tu noviecito.

- Por segunda vez, él no es mi novio – una de las cosas que más me irritaban en este mundo era que las personas intentaran manejar mi vida y mucho menos alguien que ni siquiera conocía.

- ¡Deja de tocarme los malditos cojones! – se acercó a mí y pude notar la proximidad de su rostro – Por tu comportamiento de mierda voy a empezar ocupándome de su coche.

- Ni se te ocurra acercarte a Caspar. ¡Haz todo lo que quieras conmigo, pero a él ni le toques! – no quería que Caspar sufriera por mi culpa porque yo era la única que se había metido donde no debía.

- No hay peor sufrimiento que ver cómo los de tu alrededor sufren – sus palabras sonaron con mucho rencor.

- No entiendo cómo puedes decir eso cuando tú eres el que más disfruta cuando sus seres queridos están sufriendo – su mano hizo un fuerte contacto con mi mejilla provocando que toda la sangre que antes no circulaba por mí subiera hasta toda mi cabeza- ¡No me vuelvas a tocar imbécil!

BENJAMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora