Capítulo 19.

482 17 2
                                    

"No puedes nadar a nuevos horizontes hasta que tienes el coraje de perder la vista de la costa"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"No puedes nadar a nuevos horizontes hasta que tienes el coraje de perder la vista de la costa"

- William Faulkner

Grace Thompson

Las personas a lo largo de nuestra vida ocultamos muchas cosas por miedo, pero la verdad siempre sale a la luz de una forma u otra. La verdad en la mayor parte de las ocasiones encuentra un camino para manifestarse. La verdad satisface al alma, es la que la hace sentirse plenamente libre.

La discoteca estaba repleta de gente y mi cuerpo no dejaba de chocarse con todas las personas que se encontraban allí. Era una situación agobiante, pero debía mantener mi postura si quería descubrir algo sobre la muerte de Leandro.

Por más que intentaba localizar a un grupo de chicos específico, no conseguía encontrarlos, por lo que me estaba estresando demasiado. Había analizado con mis ojos cada centímetro de aquella discoteca sin lograr mi cometido.

- ¿Por qué no vamos a dar una vuelta a ver qué se cuece por ahí? – estaba convencida de que, si nos movíamos, podría analizar mejor el perímetro.

- Estás muy rara últimamente – me gritó Amanda para que pudiera escucharla porque la música estaba demasiado alta.

- Sólo quiero comprobar si hay algún chico interesante en esta discoteca. Últimamente tengo ganas de conocer a alguien nuevo porque sé que con Diego no llegaré a nada más.

- Parece ser que tu visita a España te ha hecho abrir los ojos – reí falsamente intentando convencerla de que lo que decía era cierto.

Nos movimos entre la gente y tras unos minutos de estar dando vueltas, Amanda se detuvo en seco, provocando que mi cuerpo chocara con su espalda. Pude ver que su mirada estaba fija en un punto específico de la discoteca, así que comprobé a dónde estaba mirando.

Mi corazón dejó de latir cuando vi a todos los amigos de Leandro bailar animadamente entre ellos mientras se tomaban su copa. No podía dejar pasar esta oportunidad, así que tomé a mi amiga de la muñeca para conducirla hasta ellos.

- ¿A dónde vas tan rápido? – intentó detenerme, pero seguí caminando.

- Me ha gustado aquel chico de cabello rubio – señalé a uno de los amigos de Leandro y el rostro de Amanda palideció.

- No es tu tipo – me dijo seriamente, pero a mí me daba igual – Yo mejor voy a la barra a pedir algo mientras tú te acercas a hablar.

- ¿Me vas a dejar sola? Sabes que necesito que me hagas la cobertura porque tú eres una experta en tratar con chicos.

- ¿Por qué no seguimos mirando? Seguro que encuentras algún otro chico que te pueda atraer más – podía notar el nerviosismo apoderarse de ella, confirmando mis sospechas de que los conocía.

BENJAMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora