Capítulo 18.

484 19 2
                                    

"El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida"

- Federico García Lorca

Grace Thompson

Supuestamente la amistad es una de las cosas que te hacen vivir una vida plena y que valga la pena, pero ¿qué pasa cuando alguien tan cercano a ti te traiciona? Intentaba justificar lo sucedido por el hecho de no haberle dado una respuesta cuando me preguntó si me importaría que se acostara con él, pero no era mi culpa y no merecía esto. Ella no se había parado a pensar en el dolor que podría causarme haciendo eso, pero sí que me había dado cuenta de una cosa y es que merezco ser amada y apreciada de la misma manera que yo he hecho con los demás. Estaba cansada de ser un títere, al que todos manejan a su antojo.

En una clase en la universidad aprendí que las personas poseemos dos mentes, la mente consciente y la mente inconsciente. La mente consciente es la que nos permite a los humanos pensar de manera lógica, es decir, nos permite saber quiénes somos, qué hacemos e incluso cómo es nuestra vida. Pero luego está la mente inconsciente, donde se almacenan todas las sensaciones que percibimos, y la que domina principalmente todas nuestras acciones y esas acciones son las que verdaderamente generan resultados. Por eso, las personas necesitamos dejar la lógica a un lado y guiarnos por lo que de verdad deseamos.

Dejé a un lado todos aquellos pensamientos y me dispuse a hacer el trabajo de Psicología. No sabía cómo continuar con aquello, así que inconscientemente tomé mi teléfono móvil y entré en el perfil de Instagram de Benjamin. No tenía muchas fotografías, pero sí que encontré una con su hermano Leandro en la que ambos salían riéndose en el jardín. Verle me intrigó, por lo que miré si el perfil de su hermano seguía activo y para mi suerte, lo estaba. Él tenía muchísimas más fotos que Benjamin, en algunas salían juntos y no pude evitar sonreír al ver a los dos chicos felices, pero hubo una que me llamó mucho la atención. Leandro aparecía junto a unos amigos en lo que parecía una fiesta en casa de alguien, pero justo detrás de ellos había una mesa con algunos sobrecitos con una especie de pastillas. Sin embargo, eso no fue lo que más captó mi atención, sino una mano apoyada en la mesa que me resultó fácil de identificar por el tatuaje de su dedo. Aquella rosa dibujada era sin duda la de Amanda.

El miedo se apoderó de mi cuerpo porque ella nunca mencionó que ningún amigo suyo hubiera fallecido y, además, sabía perfectamente que yo había estado investigando el caso de los Blair, por lo que sabe de sobra quién es Leandro.

Las palabras de Benjamin acerca de Amanda volvieron a resonar en mi cabeza. ¿Y si él llevaba razón? Definitivamente él debía enterarse de esto, pero no sabía en qué momento se lo iba a contar porque ahora mismo estará disfrutando de un polvazo con mi mejor amiga. Le envié un mensaje de texto diciéndole que necesitaba hablar con él sobre algo importante, pero dudaba mucho que lo leyera o simplemente que me hiciera caso.

Escuché una puerta abrirse y recé por que fuera la de la habitación de Amanda. A los pocos segundos el manillar de mi puerta se abrió mostrándome a un Benjamin con cara de pocos amigos y con la ropa puesta, cosa que me pareció extraña. Pero el hecho de que él volviera a estar parado en el marco de mi puerta provocó que mi pulso se acelerara y que un calor se apoderase de mi cuerpo.

BENJAMIN (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora