Parte 8

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Mientras que iba corriendo con Lulú, me encontré a mi hermana Aranza y estaba con una muchacha. Aranza era güera de pelo castaño hasta sus hombros. Era un poco chaparra, media uno cincuenta y cinco, tenía los ojos cafés claros y tenía vientres años. Su amiga parecía que media uno cincuenta y tres. Era de pelo corto y medio chinito hasta sus hombros. Era morena clara y ojos color cafés un poco oscuros.

–¡Hola Danna! –me dijo Aranza– ella es mi amiga Viviana, pero le puedes decir Vivi.

–Hola amiguita –me dijo Vivi con un tono agradable–. Epale, Epale, ¿estabas corriendo?

–Sí, estaba haciendo un poco de ejercicio.

–Quisiera ser como tú –me dijo sonriendo–. iremos a comer unos helados ¿Quieren venir? –nos dijo sonriendo. Y acepté.

Estuvimos ahí un rato. Y lo que aprendí de Vivi, es que ella es divertida, cuando pasó su canción favorita, ella comenzó a cantar su canción a todo pulmón, era un poco irresponsable, pues perdió su reloj sin que se diera cuenta. Y un reloj muy caro. Y dijo que no era la primera vez que ella perdía algo. Era un poco amargada. Y una persona que no le importaba que hablaran mal de ella. Pues pasó una chava y le grito zorra. Y Vivi sólo se comenzó a reír y le gritó ridícula.

Miré mi reloj y era tarde, tenía que ir al concierto de Zac, como pude intenté llegar a mi casa, me bañé y me puse un vestido que quedaba arriba de mi rodilla. Color negro y azul y me puse unas sandalias negras. Mi sobrina se bañó en otro baño y se puso un short de mezclilla una blusa rosa y unos tenis rosas.

Habíamos llegado justo a tiempo, pues apenas había comenzado el concierto. Comenzó con canciones muy movidas de electrónica y después de una hora empezó con las canciones de rock. Estaban geniales sus canciones. Después de la hora. Comenzó a cantar una canción lenta. Dijo que la canción se llamaba creep que era de Radiohead era en español. Mientras la estaba cantando me quedó viendo, que varias personas me volteaban a ver. Esa canción es mi favorita. Cuando terminó de cantar dijo unas palabras.

–Esta canción me recuerda a una mujer. Que desde muy pequeño me trae loco. Sus ojos dorados me encantan, no puedo decir su nombre, pero yo sé que ella sabe que es ella. Cuando nos separamos no volví a tener otra novia. Nadie más me hacía sentir como ella hacía que me sintiera. Nos separamos porque ella se tuvo que mudar, sigo enamorado de esa chica como el primer día... Gracias por venir gente. Nos vemos en una semana.

Cuando el bajó del escenario me hizo sentir un poco incómoda, pues todavía me gustaba, pero, porque soy una maldición no volveré con él, por más que quisiera no puedo. Falta poco para que yo cumpliera los diecisiete años y tendría sed de sangre. Lo hacía para protegerlos. Pensaba escapar a la casa de la bruja. Bloquear la entrada y estar atrapadas por toda la eternidad. Volteé a ver a Lulú y me dijo que le hablara y agradecerle por la canción y las palabras, que eso es lo que quiere él. Yo le pregunté cómo sabía eso, me respondió que lo leyó en internet.

Le hice caso. Me acerqué a Zac y me miró emocionado.

–La canción era para ti.

–Sí, me di cuenta, am gracias por eso.

–No hay de qué.

–¿Todavía estabas enamorado de mí?

–Siempre lo he estado. ¿Tú sientes lo mismo?

Para mi suerte, en ese momento Lulú aparece e interrumpe ese momento tan incómodo. La miré y le sonreí. Como si le hubiera agradecido por aparecerse así de la nada. Zac le sonrió y le estrechó la mano para saludarla. Lulú era muy curiosa, y todo por lo que le pasaba por la cabeza lo decía. Pero sacó una pregunta hacia Zac que hizo que volviéramos a la misma pregunta que él me hizo hace unos segundos atrás.

–¿Te gusta Danna? –le dijo sonriendo.

–Sí, me gusta como el primer día. Me encanta. Sus ojos, su boca, su pelo. Todavía no la supero –me miró con ojos tiernos– todavía no te supero Danna. ¿Tú sientes lo mismo?

No supe que responderle claro que sí, y siento que lo amo cada vez más. Pero obvio no le podía decir eso. Sólo lo miré y luego volteé a ver a Lulú con ojos suplicantes para que dijera otra cosa y me salve de esta como lo hizo la primera vez. Ella reaccionó de inmediato. Pues Lulú sabía que era algo tímida. Quería ser como ella. Ella si se atrevía a decirlo. Pero yo no tenía el valor. Tenía miedo, miedo de hacerle daño cuando cumpliera diecisiete años, tenía miedo que fuera de él, el alma pura que tengo que tomar para que no asesine a mi familia y me vaya a vivir con la bruja Denisse.

–Quiero un helado tía.

–Seguro. Zac ¿Quieres venir con nosotros?

–Por su puesto sólo déjenme hacer unas cosas y vamos, no tardo. 

La Maldición De La Bruja DenisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora