Parte 13

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Ese mismo día que me desperté a las diez de la mañana con unas ojeras muy marcadas en mis ojos porque alguien me estaba marcando por mi teléfono. Apenas pude abrir los ojos para ver quién era. Contesté y era Miguel, me estaba marcando muy emocionado.

–¡La besé! ¡La besé! –me dijo del otro lado de la línea muy feliz.

–Lo sé, yo estuve ahí cuando pasó.

–¿Será que se acuerde?

–No lo sé, a lo mejor.

En eso me llegó otra llamada, y era de Sheila.

–¿Qué crees? Sheila me está llamando, tengo que colgar, luego te cuento lo que me dijo. –le dije emocionada.

Colgué y le contesté a Sheila.

–Güey, besé a Miguel güey.

–Lo sé, yo estaba ahí cuando pasó todo eso.

–Y tú besaste a Zac ¿cierto?

–Sí, pero da igual.

–Oye, me gusta Miguel.

Me levanté de la cama sorprendida. Y comencé a gritar que igual le gustaba. Ella comenzó a gritar en la otra línea

–¿Aun te gusta Zac? Es muy lindo ¿te gustó el beso?

–Pues, no es nada del otro mundo.

No me arrepiento para nada de ese beso. Pero vamos, a estos chicos les gusta que me ponga incómoda. Lulú entró al cuarto y dijo que fue el mejor día de su vida. Me alegró que igual Lulú se divirtiera.

Lo que todavía no me queda es que una fiesta de personas de diecisiete años para abajo, estuvieran Aranza y Vivi. A mí se me hace que ellas se habían colado. A pesar de algunos incidentes. Me divertí demasiado. Recordé que tenía que decirle a Miguel sobre el tema de Sheila. Le marqué y le conté todo. Se oía en la otra línea que estaba saltando de felicidad.

Cuando me colgó, mi intención fue volver a dormir. Estaba ya cayendo dormida, pero tocaron el timbre. No sé quién puede ser, pero sí sé que no tenía humor de ver a alguien. Le dije a Lulú que me hiciera el favor de ir a ver quién era.

Llegó corriendo a mi cuarto diciéndome que era Andrés. Yo me levanté de nuevo muy sorprendida. Rápidamente me cambié y me lavé la cara y los dientes. Lulú lo dejó esperando en la sala. Salí del cuarto y ahí estaba, ni si quiera se tomó la molestia de sentarse.

–Hola Danna –me dijo mientras intentaba abrazarme.

Yo di un paso para atrás. Pues esto se me hacía raro. El novio de mi enemiga me vino a ver a mi casa.

–Hola Andrés ¿Dónde está tu novia Henna? –le dije mientras ponía mi brazo derecho en mi cintura.

–Ya no es más mi novia. –me dijo con una sonrisa, mientras me miraba de arriba hacia abajo.

Abrí mis ojos sorprendida. No puede ser ya cayó en mis encantos. Al rato me hará pelea Henna porque dirá que le quité a su novio.

Sentía una presencia viniendo hacía nosotros. Quería y estaba con un poco de esperanza de que sea Lulú. Pero Lulú estaba en la computadora, importándole mangos lo que estuviéramos hablando. Ahí fue cuando comencé a sentir una presencia furiosa. Alguien estaba muy enojado. Ahí fue que tocaron mi puerta, casi azotando mi puerta. Una voz chillona estaba gritando que abriera, ahí fue cuando me di cuenta que era Henna. Cómo no lo imaginé. Pues ya se estaba tardando. Lulú le abrió, pero Henna entró tan rápido, que empujó a Lulú.

–Oye no la empujes –dije comenzando a caminar hacia a ella enojada.

Nadie se metía con ella, me puse enfrente de ella y la empujé para sacarla de mi casa. Levanté a Lulú y le pregunté si estaba bien. Ella me dijo que sí.

Volteé a ver de nuevo a Henna y le miré con cara de odio. Ella revoloteó los ojos, cruzando los brazos. Le dije que se fuera, que Andrés y ella se fueran. Ellos no se querían ir. Eran tal para cual. En eso llegó la persona que menos esperaba, Zac. Llegó y cuando vio a Andrés. De la nada los puños de Zac estaban apareciendo.

–¿Qué haces tú aquí? –dijo Zac mientras miraba con odio a Andrés.

–Vengo a conquistar a esta bella dama. Así que lárgate que lo arruinas. –dijo mientras me agarraba la mano.

Lo volteé a ver y le quité mi mano. Le alcé una ceja y le dije que se fuera de mi casa. Él se negó y no quiso salir. Henna sólo nos miraba con más odio. Zac se enojó tanto, que intentó a agarrarlo a golpes. Lo estaba acabando. Le reventó el labio y le dejó la mejilla morada a Andrés. Le grite que lo dejara. Pues para mí, ver a alguien arreglando las cosas con violencia era el infierno. Ahora la víctima era Zac. Andrés lo estaba golpeando en el estómago. Y lo tiró al suelo. Andrés se le encimó y lo estaba golpeando en la cara. Con mi telequinesis levanté al aire a Andrés. Y lo dejé caer en el sillón. Intenté levantar a Zac, pero algo no me dejó, tuve que ir directamente y levantarlo con mis manos. Ellos se espantaron. Lo que fue Henna y Andrés. Estaban sorprendidos. Dije que lo olvidaran. Teniendo el pensamiento de ese recuerdo en mi cabeza. Y ellos olvidaron. ¿Cómo fue que pasó? ¿acaso será otro poder? Tenían en la cabeza que Henna y yo los separamos. Zac si recordaba. ¿Cómo es posible que él no olvide? Les ordené que los dos se fueran y que Zac se quede. Los amenacé con llamar a la policía.     

La Maldición De La Bruja DenisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora