Íbamos en camino y Vivi preguntó cómo conseguí el carro. Le respondí que era de un amigo, me iba a hacer otra pregunta, pero le dije que se lo guardar para más al rato. Cuando llegamos Aranza, se acostó en la arena y estuvo mirando las estrellas junto con Vivi. Sheila y yo estábamos igual ahí.
–Lo extraño mucho. –me dijo Sheila mientras escribía el nombre de él en la arena.
–Yo igual lo extraño, pero ya no podemos hacer nada.
–Quisiera volver a verlo.
–Yo igual.
En eso llegó Andrés. Y se sentó con nosotras.
–Hola chicas.
–Hola Andrés ¿Cómo va todo? –dijo Sheila como escondiendo su tristeza.
–Todo muy bien – dijo Andrés con una sonrisa.
Comenzamos a conversar, y todo parecía bien. Andrés dijo que también fue a la fiesta y que vio que nos estábamos divirtiendo. Le dijo a Sheila que se ve bien con ese vestido. Ella le respondió que con esa ropa parece chico normal. Andrés comenzó a reí. No quería arruinar ese momento de risas que ellos dos tienen.
Me acosté en la arena, quedé viendo las estrellas. Luego cerré mis ojos y pensé en Miguel. Los momentos que tuvimos juntos. De repente vino un video a mi cabeza. No era recuerdo. Es como si eso estuviera pasando en otro lugar.
Vi a Miguel. Amarrado donde estaba amarrada una vez Lulú, vivo, asustado. Sin camisa. Delgado. En la casa de Denisse. Él estaba pidiendo ayuda. Abrí mis ojos de repente. ¿Qué cosa pasó ahora? Miguel no puede estar vivo, la bruja se lo comió. Sheila se dio cuenta que algo tenía. Me preguntó qué pasaba, le dije que nada. Que estaba cansada. Me dijo que ya nos fuéramos. Ella se despidió de Andrés y yo igual. Cuando me di cuenta Vivi y Aranza estaban profundamente dormidas en la arena de la playa, pues no las culpo, estaban muy borrachas que no me sorprende. Pensé en dejarlas ahí tiradas. Pero luego recordé que capas las secuestran. Les llevé arrastrado hasta el carro, yo y Sheila, yo llevaba a Vivi y Sheila a Aranza. Cuando llegamos al carro como pudimos las metimos, después que nosotras nos subimos comenzamos a reír porque fue tan divertido. Ellas tenían la cara llena de Arena.
Metí el carro en la cochera. Hacía un poco de calor. Prendí le clima y dejé las puertas abiertas para que no se ahoguen. Sheila se fue a mi cuarto. y Lulú al suyo. Ella y yo nos sacudimos. Nos metimos a la cama y estuvimos hablando de Miguel. Luego le dije la imagen de mi cabeza. Ella se sorprendió. Le dije que al rato iba a viajar a Oaxaca otra vez y quitarme la duda. Ella me dijo que venía conmigo. Le dije que no, que por favor me hiciera el favor de cuidarme a Lulú en lo que no estoy. Ella me dijo que estaba bien.
Eran las tres la tarde. Llegué a Ixhuatán a las siete y como llegué me fui a la casa de Denisse. Entré por esa puerta tan grande y antigua y tenebrosa. Estuve explorando, sabía que Denisse estaba muy cerca. Aunque esa casa estaba tan grande que no creo que me encuentre tan fácil. Fui al patio. Ella estaba ahí. Haciendo un ritual. Iba a sacrificar a alguien. Tenía a un muchacho amarrado. Cuando me di cuenta era Miguel. Era mi mejor amigo Miguel Ángel. Cuando lo vi. Él estaba asustado. Había adelgazado. Sin pensarlo grité.
–¡Miguel Ángel!
El volteó sorprendido– Danna, sal de aquí –me dijo Miguel suplicando.
–Eres valiente niña. Recibiste mis señales, las que te di como trampa para que vinieras aquí. – dijo Denisse mientras hacía algo en una olla gigante. En su forma de vientres años. Tenía puesto su vestido rojo y su capa negra.
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La Maldición De La Bruja Denisse
خيال (فانتازيا)Pensé que era normal, que tenía amigos como todo chica normal, pero llegó un día donde todo cambió. Desde los cinco años tengo habilidades que nadie tiene, pensé que era especial, pero en realidad era una híbrida, era diferente a todos, pero todo e...