Parte 23

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Me marca Aranza diciendo que me invitaba a una albercada. Le dije que sí. Me llevé a Lulú, y cuando estábamos ahí, la albercada estaba increíble. La gente bailaba, cantaba, se mojaba. Le dije a Lulú que no se me fuera de mí. Eran fiestas de personas de veinte a veinticuatro años. y la mayoría no los conocía.

-¡Hola amiguita! -me dijo una voz que me caía súper bien- llegaste -me dijo Vivi alzando su mano para que la pudiera ver en toda esa gente.

-Hola Vivi, ¿Dónde está mi hermana?

-Está con su ligue, ¿Cómo la vez? -me dijo con sarcasmo.

-¿Cuál de los dos? -le pregunté sonriendo.

-Está con checo -me dijo sacando unas carcajadas.

A checo lo había conocido en una fiesta en la playa cuando tenía trece años. Él era alto. Ojos marrones, cabello castaño, un poco gordito. Pero lo que sí era, es que era muy divertido. Cuando tenía trece años. estábamos en la playa y él traía su hielera, y nos íbamos a otra fiesta, checo comenzó a tomar camino. Le gritábamos checo, pero él seguía caminando. Un amigo de Aranza llamado Felipe dijo que, si se llega a perder, por lo menos teníamos su rastro en la arena de las llantas de la hielera. Fue muy gracioso ese comentario.

Me quedé con Vivi. Esperando a que mi hermana dejara comerse a su Ligue, o que se quedaran sin salía para que vuelva.

-¿Tú crees que se vuelvan novios? -le dije poniendo mi mano en mi barbilla.

-No lo sé amiguita, pero sí sé que se están comiendo allá atrás.

-¿Y si vamos a ver? -le dije con una sonrisa malévola.

-Okey amiguita.

Salimos corriendo a donde estaban ellos. Nos asomamos tantito. Y mi hermana se seguía besando con checo, la quedé viendo. Me susurró Vivi en el oído que digamos que dejaran algo para al rato. Vivi contó hasta el tres.

-¡Dejen algo para más al rato! -dijimos Lulú, Vivi y yo.

Aranza pegó un brinquito y se puso completamente roja y agachó la cabeza

-Ya, déjenme -dijo Aranza, completamente incomodada.

Yo, Vivi y Lulú, comenzamos a reír. Vivi dijo que ya los íbamos a dejar solos. Y nos fuimos. Cuando volvimos a llegar con toda esa gente. Miré en la noche. Y me fijé que estaba realmente hermoso. La luna estaba muy brillante. Las estrellas igual. Y me acordé de Miguel. ¿Será que él está convertido en un hombre lobo ahora? Esperaba que no, pues tal vez mate a gente. Me senté en una silla, cerca de la piscina. Me quedé pensando. ¿Qué pasaría si Miguel come gente? ¿Miguel estará comiendo gente? Pues esto es cuidad del Carmen y no hay muchos animales. Mayormente hay gente. Vivi se sentó a lado mío. Me preguntó si estaba bien, le dije que sí. Luego le hice una pregunta absurda.

-¿Vivi tú crees en las brujas?

-Bueno yo creo que las brujas existieron en algún tiempo, pero creo que ya se extinguieron.

-¿Tú crees que una persona sea una maldición? me refiero a que si una persona antes de nacer es una maldición.

-Yo creo que todas las personas nacen por algo bueno.

-Pero si no hubiera maldición, no existiría esa persona. Porque esa persona es una maldición.

-Nadie es una maldición Danna. -me dijo mientras me daba unas palmadas en la espalda.

-Y si te digiera el por qué nací, ¿creerías que todavía no soy una maldición?

Vivi abrió los ojos y la boca. Me miró confundida y con el ceño fruncido.
--¿Qué tratas de decir Danna?

-Eso, que yo soy una maldición.

-¿Por qué dices eso?

-Mañana te lo contaré ahora es muy tarde, tengo que llevar a Lulú a casa.

Me llevé a Lulú al carro, le pregunté qué si se divirtió, ella me dijo que sí. Llegamos a la casa. Me acosté en la cama. Y Lulú se quedó a dormir conmigo.

La Maldición De La Bruja DenisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora