Cuando llegó la metí a mi cuarto y cerré con llave.
–Ya descubrí el por qué tengo mis poderes –le dije mientras sacaba la caja donde estaban los casetes.
–¿Qué dices? –dijo mientras miraba la caja.
–Solo escucha los casetes.
Eso fue lo que ella hizo. Cada vez cuando ponía otro casete. Ella se sorprendía más. Cuando las terminó de escuchar. Le mostré las fotos. Pero miró más la foto de la niña de trece años que se parecía mucho a mí.
–Esa niña se parece a ti. –y ella dijo algo que no quería escuchar y no quería aceptar –. Eres una maldición, eres una bruja.
Comencé a llorar. Pues jamás me interesó el pasado de mis poderes. Sheila me abrazó
–Varios chicos que conozco dijeron que se habían enamorado, pero tal vez lo hicieron porque eres muy bonita.
–No Sheila, los tengo hechizados por esta maldición.
Yo no quería saber más. Pero creo que ya sé la razón por la que mi tío se suicidó. Es que el igual tenía los poderes o se enamoró de la bruja. Porque una vez que fui a Ixhuatán me lo había encontrando, estaba montando mi caballo y me dijo que él se había enamorado. Él era como yo, no creía en el amor. Cuando me dijo eso yo me había sorprendido. Le pregunté quién era. Me dijo que era una chica de su edad. Con ojos dorados y pelo muy largo. Y sí, se enamoró de la bruja. ¡Maldición! Esa maldita bruja está acabando con mi familia. Sheila me dijo que todo iba a estar bien.
–¡Tengo que conseguir a alguien que me ame en verdad para poder terminar con está maldición!
–Lo sé, pero aquí dijo que cuando cumplas diecisiete años, tendrás sed de sangre.
–¡Lo sé! Maldición ¿Ahora qué hago? –dije mientras me tiraba al suelo a llorar.
–Relájate, soy tu mejor amiga. Y te ayudaré a salir de esta. Todo estará bien Danna, te lo prometo –me dijo mientras me abrazaba.
Al día siguiente me dio el consejo de que fuera como todos los días para que la gente no sospeche que tuve algo. Ese fue un buen consejo y le hice caso. Era sonriente. Y Zac me preguntó si ya pensé lo que me preguntó el día anterior, ¡Maldición! Lo había olvidado. Pues la verdad sí me gustaba. Y me gustaba y mucho. Al final le dije que sí.
Pasó tres meses. Cuando me enteré que la bruja se llamaba Denisse. Me enteré por que encontré una carta.
<<Estoy en busca de un nuevo lugar, me llamo Gerardo Matus e iré a una casa muy grande, donde dicen que habita una bruja y que todas las noches en luna llena. Ella sale para comer bebés. Que esa bruja contiene habilidades. Como la telequinesis, puede enamorar a alguien, entrar en su cabeza y ponerle recuerdos nuevos, borrarle los recuerdos, puede ver el futuro, es muy veloz. Puede saber dónde estás con una pertenencia de la persona, puede sentir como te sientes. Y su nombre es Denisse. Tiene al menos trecientos mil años de edad. Y al fin descubriré como es de apariencia >>
Esa carta fue la más importante de mi vida. Cada vez tengo más detalles de mis habilidades. Desde ese día. Me han dado ganas de matar gente. Cuando besaba a Zac. Me daban ganas de matarlo. Tenía ganas de usar su piel como ropa. ¿¡Qué diablos esta pasado!? No puede ser. Maldita sea. Tengo que alejarme de todos mis amigos, si no los voy a matar.
Eso no le podía decir a Sheila. Le dije a mi papá que me quería mudar. Mi papá me preguntó a dónde y le dije que a Japón. Me dijo que estaba bien. Que igual él se quería ir de Ciudad del Carmen. Y salí un día con Zac. Y le dije que teníamos que terminar. Que me mudaré y que ya no podemos ser novios.
Él me dijo que estaba bien, pero que me iba a extrañar. Les dije a mis amigos que me tenía que ir. Alejarme de ellos fue lo más difícil de mi vida. Sheila me agarró de la mano y se acercó a mi oído.
–¿Qué pasó con la maldición?
–Lo dejaré en el olvido.
–No entiendo.
–No tienes que entenderlo.
Agarré mi mochila y me fui a mi casa. Mi papá nos dijo que nos fuéramos, pues ese era el último día para que el ciclo escolar acabe.
Mientras estaba en el avión estaba viendo fotos de meses atrás con mis amigos, con mi banda de cuatro personas. Los iba a extrañar. Cuando llegué comencé a explorar. La comida estaba un poco rara, pero me encantaba. Bajé mucho de peso. Solo pesaba cincuenta y seis kilos. Me volví muy deportista más de lo normal. Seguía hablando con mis amigos por teléfono. Y siempre les contaba las cosas nuevas que conocía.
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La Maldición De La Bruja Denisse
FantasiPensé que era normal, que tenía amigos como todo chica normal, pero llegó un día donde todo cambió. Desde los cinco años tengo habilidades que nadie tiene, pensé que era especial, pero en realidad era una híbrida, era diferente a todos, pero todo e...