Parte 20

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–¿A dónde te diriges?

–Ni si quiera sé dónde estoy.

–Bueno estás en las cataratas del paraíso. Aquí todo es perfecto. ¿Dónde estás viviendo?

–Donde sea. No tengo una casa, mi hogar es la naturaleza y por ocasiones una cueva.

–¿Cueva? ¿Eres Denisse? Genial ¿quieres ser mi amiga? Sería muy genial.

–Claro sólo si prometes no decirle a nadie dónde vivo.

–Tienes mi palabra y tú tienes que prometer que no me comerás.

–Hecho.

Me di cuenta que estaba viviendo la vida de Denisse. Denisse me estaba mostrando el por qué ella no creía en el amor.

Cerré mis ojos por un momento y cuando los abrí estaba sentada en las cataratas del perfecto junto a Aaron. Él me sonrió y me dijo que me veía linda esta tarde. Estaban mis piernas saliendo de la tierra para el río, la tarde era color naranja y amarillo, los árboles, las flores, todo estaba tan hermoso y todo era tan romántico.

–Sabes Denisse, ya tiene un año que te conocí, eres muy linda, muy amable, muy hermosa, no sé por qué la gente te tiene miedo, si en verdad eres muy hermosa. – dijo mientras se acercaba a mí, estaba muy cerca, Aaron estaba demasiado cerca.

Llegué a pensar que me iba a besar, y solo cerré mis ojos y ya había pasado un año, pero... Sí lo recuerdo, habíamos convivido mucho. Todo este año fue risas, y más risas. Se iban a mojar en el río. Comían juntos, se ayudaban uno al otro. Eran como si, ellos estuvieran conectados. Como si fueran dos cuerpos, pero una sola alma.

Al ver su cara muy cerca de la mía. Me dijo que me amaba. En eso me besó, me besó como si yo en verdad fuera Denisse. Le agarré el cuello y él puso su mano en mi cintura. Él amaba a Denisse.

De repente era yo otra vez, tenía puesto un short gris y una blusa blanca con unos tenis negros. Y vi a Denisse, estaba hablando con la misma silueta peluda que me asustó y que pude jurar que era el diablo. Denisse le gritó que encontró a alguien que, sí la ama y que ella ama, el diablo le dijo que ahora tenía que comérselo. Denisse al darse cuenta que para que la maldición de acabe, tenía que comer a su único amor. Denisse no se atrevía. Y el diablo le dijo que esa era la única solución.

En una noche, Denisse le contó todo sobre la maldición a Aaron. Él no dudó y dijo que aceptaba que se lo comiera. Se fue a vivir con Denisse un tiempo, pero no le dijo nada sus padres, lo comenzaron a buscar y los padres de Aaron fueron primero a la casa de Denisse. Entraron y en ese momento Denisse estaba a punto de comerlo. Le iba a cortar la mano para poder querer su sangre. Cuando los aldeanos llegaron amarraron a Denisse y desataron a Aaron. Él comenzó a gritar que él quería ser comido. Que dejaran a en paz a Denisse. Para los aldeanos ayudar a una bruja es pacto con el demonio y que tiene que ser ejecutado. Se llevaron a Aaron y a Denisse a las cataratas del perfecto, porque fue ahí donde se conocieron y ahí tiene que ser ejecutados. Primero quisieron asesinar a Aaron. Denise hizo todo lo posible para que no muriera, pues ella lo amaba. Antes de que los aldeanos ahogaran a Aaron. Él gritó.

–¡Denisse, eres el amor de mi vida, te amo y nunca lo olvides!

–¡Yo también te amo! –gritó Denisse mientras lloraba sangre desesperadamente.

Denisse enloqueció de dolor en ese momento. Cuando vio a su amado muerto. Ella comenzó a gritar. Para finalizar. Los aldeanos quemaron el cuerpo de Aaron y sus cenizas lo tiraron al río. Desde ese momento el río se llamó las cataratas de las cenizas.

Denisse enloquecida de dolor. Con sus habilidades, comenzó a elevar las cosas. Y tirarlos al suelo repetidamente. Se desató y con sus manos hizo fuerza en el aire y aplastó a sus víctimas. Con el mismo fuego que quedaba. Los quemó tirando sus cenizas al río. Cuando ya no hubo gente. Ella se sentó cerca del río y comenzó a llorar. Trecientos años después, ella siguió esperando a alguien más, pero jamás olvidó a su primer amor, ese gran amor que se hacía llamar Aaron Zapata Medina.

La Maldición De La Bruja DenisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora