Parte 19

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La miré preocupada, comencé a sudar. Era una maldita trampa de esa bruja. Tragué saliva y poco a poco me fui acercando a Miguel. Ella se quitó la capa y luego se quitó el vestido rojo. Se hizo una herida de veinte centímetros en su brazo izquierdo. Agarró esa sangre y se lo frotó en la cara de Miguel. Le hizo una cruz en su frente. Denisse me hace lo mismo. Me pasa la mano por la cara y me comienza a dar sueño. Estoy a casi nada para dormirme. Denisse se me comenzó a acercar. Miró mi pecho y con su mano agarró el collar que había encontrado en la casa de mi tío.

–Ese collar antes era mío. ¿sabes cómo lo conseguí?

–No ¿cómo fue tuyo?

–Ese collar me lo había dado tu tío. Lo conocí en el bosque, estaba paseando y tu tío estaba matando animales. Casi me dispara a mí. Él me pidió disculpas y desde entonces tu tío iba todos los días a ese mismo lugar por si me encontraba. Un día nos quedamos ahí. Él me dijo que era lo más bonito que vio en su vida. Me dijo que me amaba –ella comenzó de pasar de una sonrisa a una cara más seria –. Él dijo que me amaba y por primera vez en mi vida lo sentí verdadero. Una semana después me regaló el collar que traes puesto Danna. Y lo comencé a amar yo igual. Pensé que él me iba a querer tal y como era, una bruja. Un día le dije lo que soy. Le mostré un libro rojo que escribió mi salvador con la sangre de mis padres. Y él salió corriendo me golpeó y me arrebató el collar. Y se robó el libro. El amor nunca existió y jamás existirá.

Esas palabras que me dijo, fue muy horrible para mí. No fue su culpa. Ella no pidió ser esto. Ella igual quiere que esta maldición se acabe. Denisse me sirvió un líquido, parecía agua. Me dijo que lo bebiera, pero yo no quería me tapó la nariz e hizo que me tomara el agua. Comencé a sentirme completamente dormitada. Y quedé dormida. Pensé que había despertado. Pero, lo que veía no parecía de mi época.

Estaba vestida con un vestido rojo y una capa negra. Mucha gente me saludaba. Pero me decían Denisse. Estaba en el pueblo de Oaxaca hace muchos años atrás.

La verdadera Denisse se me apareció y me dijo que me iba a enseñar el por qué no existe el amor.

La gente comenzó a desaparecer. Y todo el fondo se tornó de negro. Una bestia apareció delante de mis ojos. Tenía cuernos, mucho pelo en todo su cuerpo. Una pata de caballo en el lado izquierdo. Y en el derecho una pata de gallina. Ojos color rojo como la sangre. Y unos dientes muy grandes y afilados. Quise salir corriendo, pero algo me agarraba las piernas. Era Denisse quien me tenía sujetada. Me obligó a entrar a un cuarto oscuro, no veía nada, pero estaba segura que la ropa de Denisse todavía la tenía puesta. Comenzó a parecer un paisaje hermoso. Era una cascada muy grande y había flores. Unas flores muy hermosas. Era mis flores favoritas, los girasoles. Ese lugar era completamente hermoso. Me encantaban las plantas y la naturaleza. Y ese lugar era como el paisaje de mis sueños. Los venados comían, los conejos saltaban. Empecé a escuchar risas de un muchacho.

Comencé a caminar, y llegué a un río. Un hombre estaba con su familia. El muchacho parecía feliz. Él era de pelo negro, ojos azules, sonrisa blanca, tenía hoyuelos, piel güera, tenía un poco de pecas. Estaba sin camisa. Su familia ya se iba, pero él se quedó un rato más. Yo recuerdo que me aterraba el agua. Nunca se lo conté a alguien, pero me daba mucho miedo el agua. Recordé la razón, era una razón que había olvidado.

Cuando tenía seis años. tenía otro mejor amigo. Mis padres y los suyos nos habían enviado a un campamento. A él lo conocía mucho mejor. Me divertía mucho con él. Su nombre era Rony. Rony y yo una tarde decidimos irnos a nadar un rato, pero nunca contamos que el océano tenía pirañas cerca. Yo estaba arriba de una roca y Rony en el agua. Le dije que se subiera conmigo, pero me dijo que no. Me dijo que cuando comenzara a gritar yo nadara a la orilla lo más rápido que pudiera. Rony comenzó a nadar lejitos y comenzó a gritar y mover el agua llamando completamente la atención de las pirañas. Yo comencé a nadar. Sin mirar atrás. Pero una ola me atrapó y estuve abajo del agua. Pude ver como las pirañas se lo comían. Le comenzaron a quitar sus extremidades. Y mucha sangre estuvo en el agua. Subí a la superficie y seguí nadando. Cuando llegué a la orilla les dije a los supervisores. Yo no podía creer que mi mejor amigo se allá sacrificado para salvarme. Cuando di por muerto a Miguel. Recordé ese momento que tuve con Rony. Yo podía ir a una albercada, pero el océano o río, no podía. Me daba mucho miedo.

Cuando regresé seguí mirando el río y el muchacho desconocido me quedó viendo. Pero yo seguía en la trampa de Denisse.

–¡Linda! ¿Se te perdió algo?

–No gracias, estoy bien, sólo no puedo cruzar.

Él se aventó al agua y comenzó a nadar hacia a mí.

–¿Cuál es tu nombre nena?

Yo iba a decir Danna, pero mi boca dijo otro nombre.

–Denisse – me puse lo dedos en los labios, como si no creyera lo que había dicho.

–Lindo, Denisse, yo soy Aaron. –dijo mientras me agarraba la mano para darle un beso– gusto en conocerla, bella dama. ¿Por qué no puedes cruzar?

–Le tengo miedo al río.

El me miró con una sonrisa y se fijó en mi pecho.

–Lindo collar –me dijo mientras me sonreía.

La Maldición De La Bruja DenisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora