Parte 5

231 19 0
                                    

Al día siguiente me iba a la escuela. Cuando fui a esconder la maleta encontré un paquete de fotos, no pude ver las fotos porque se me hacía muy tarde para la escuela. Así que las escondí debajo de mi cama y me fui. Cuando llegué a la escuela. Miguel me tapó los ojos.

–¿Quién soy? –dijo con una voz grave.

–Eres Miguel.

–¿Cómo supiste? Eres una bruja.

–¡No soy una bruja! –le dije haciendo un escándalo.

–Relájate. Sólo estoy jugando. Estás muy histérica hoy.

En el salón de biología. Estaba muy quieta. No sonreía. Y no escuchaba. Estaba en mi mundo perdida, y por culpa de eso perdí un punto que me podría ganar. Por no responder lo que mi maestro me había preguntado. Lo cual para todos fue muy raro. Pues yo nunca dejo de alzar la mano en mis salones.
Todo el día estaba pensativa. Estaba con Miguel y él me sacude y me dice que está pasando Zac. Yo no le hice caso. Ni siquiera lo había sentido o escuchado. Hasta que se me acercó Zac. Me saludó, pero no les respondí. Estaba totalmente en mi mundo.

Zac se me puso enfrente y en eso reaccioné. Sus ojos era lo que me encantaba. Me dijo que me estaba hablando.

–¿Te encuentras bien Danna? Estás completamente perdida.

–Descuida, todo está bien. No pasa nada.

En eso sonó la alarma. Seguía pensativa todas mis clases. Hasta en la hora de salida no esperé a mis amigos. Salí corriendo a mi casa. Y cuando llegué aventé mi mochila en el sillón de la sala y subí las escaleras. Fui corriendo en los pasillos. Cuando llegué a mi cuarto, cerré con llave y cerré las cortinas de las ventanas. Saqué la caja y las fotos. Había un señor. Muy joven. Cabello castaño y piel güera. Estaba en una casa. La casa era muy, muy grande. Tal vez más grande que mi casa. La foto estaba en blanco y negro. y no sólo estaba esa. Había muchas más fotos de lugares distintos. Y hasta abajo del paquete de fotos estaba una foto un poco movida. Había una chica de trece años yo digo. Pero se parece mucho a mí. ¡Se parece mucho a mí! Solo que ella estaba desnuda. Y luego había una foto de una chica de vientres años que se parecía mucho a la niña de trece años. Solo que estaba igual desnuda. Pero estaba comiendo algo. Era sangre. Más o menos se veía en la foto que sí era sangre.

Mis poderes solo los usaba para autodefensa. Y en ese paquete encontré otro casete. Así que lo reproduje. Comenzó a hablar la voz de la bruja.

*–Desde chiquita tengo el don de enamorar. Y es por eso que no hay nadie quien acabe esta maldición. Porque nadie ama en realidad. Y si lo hace solo será por los poderes que tengo. Y ahora te estoy enamorando a ti. ¿verdad?

Esta vieja está loca. Aunque si es muy linda. Ese cuerpo que tiene y esos labios me dan ganas de besar. Es muy linda. Creo que me estoy enamorando.

Ven Gerardo, puedo sentir como te sientes así que ven sin miedo.

Claro que si iré.

Ella está sacando un cuchillo. Pero me siento hipnotizado por su belleza. Esta alzando el cuchillo. Y.... lo clavó en mi corazón. Se me corta la respiración aquí acaba la cinta. *

Creo que esa fue la última cinta. No lo puedo creer, si hay chicos que dicen que les gusto y son muchos. ¿Será que ese poder ya nació en mí? No lo creo y espero que no sea así. Después de lo que me enteré ya no era la misma. Era más sería, pues tenía miedo. Mis poderes dejé de usarlos. Ya no los quería. No quería volver a tener ningún recuerdo de esos poderes. Esos malditos poderes que se tratan de una maldición. Ese mismo día Zac me pidió ser su novia.

–Danna. Quiero decirte que me encantas cada vez más ¿quieres ser mi novia?

–Hay Zac, la neta no sé, si eres lindo y veo que tenemos muchas cosas en común, pero... lo voy a pensar.

Estaba mal, sé que le gustaba por mis poderes, sin darme cuenta casi a todos los tengo hechizados. Ya no podía más. Tenía que decírselo a alguien. Le hablé a Sheila. Y le dije que tenía que verla en mi casa, pero ya. Ella dijo que iba para allá.

La Maldición De La Bruja DenisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora