Maldita Obsesión {Severus Snape}

*Capítulo 4: Acercamiento

/Severus Snape/

No había bajado a clase hasta la segunda hora, ni siquiera me había parado en el Gran Comedor, hubiera sido la burla de todos de ser así.

Y aquello me pasó por curioso. Sabía que el paquete era específicamente de Potter y aún así decidí abrirlo. La cosa no tardo en hacer explosión en mi cara y tardé horas en volver a la normalidad mi cabello electrificado. Realmente fue una locura y parecía que tenía pelos de Nimbus.

No podría estar mas molesto, tendría un par de regaños por el retraso en clase y tenía que soportar a la tonta chica nueva. Definitivamente no podía confiar en ella. ¿Se habrá aliado con los idiotas esos?

La clase de transfiguración no era mi preferida específicamente por McGonagall. No podría imaginarme trabajando a su lado, pobre de los profesores que lo hacen.

Al llegar a mi lugar Selwyn se acercó a charlar.

-Hasta que te veo- dijo ¿emocionada?, ¿por qué alguien se emocionaría al verme?

Intenté ignorarla pero ella siguió insistiendo en hablar menciono algo que Potter dijo lo cual era una completa mentira. ¿que ganaba ese idiota al decir que yo era importante? Pero ella se veía tan alegre que no pude más que mentir diciendo que era cierto. A los minutos ya me encontraba alardeando sobre historias inventadas de cómo yo era en Hogwarts.

Salimos mas tarde a estudiar un poco bajo la sombra del árbol mas grande que había en los jardines. Estaba concentrado pero algo llamó mi atención.

Entonces vi aquella hermosa cabellera rojiza caminar hacia nosotros. Me dedicó una sonrisa de ensueño y se sentó junto a la otra chica.

-Hola, tú debes ser Laurine Selwyn ¿cierto?- preguntó con su melodiosa voz.

-Así es

-Genial, yo soy Lily Evans, vieja amiga de Snape, me alegra que le hagas compañía al gruñón- soltó una risita mirándome. Detestaba que me dijeran de esa manera, ¡pero al diablo! Era Lily quien lo decía.

Sonreí involuntariamente y al parecer me perdí un poco de la charla.

-Bien, nos vemos más tarde- sonrió y se fue.

-¿Qué?- pregunté aún en trance.

-Dijo que le agradaba y que necesitaba una amiga con la cual juntarse, así que la veré más seguido- se encogió de hombros.

-Querrás decir la veremos- miré a lo lejos por donde había desaparecido al doblar la esquina.

Definitivamente había decidido que tener a Laurine a mi lado era una ventaja. Ahora sí vería a Lily y para nada me sentía mal al usar a la otra tonta.

Todo el tiempo me encontraba ansioso porque Lily se nos uniera de inmediato, pero tardó un poquito en pasar.

Primero fue en una hora libre. Los tres nos sentamos a charlar en una jardinera central. Más tarde en la clase de pociones Lily logró persuadir al profesor Slughorn de pasarla a un lugar más cercano y así fue, aunque no estábamos en la misma mesa con solo alzar la mirada la tenía de frente. Aunque a veces ellas dos se juntaban sin mí también, me hizo sentir extraño pero por otra parte no quería saber de sus estúpidas cosas de chicas.

Una vez más no todo era tan malo.