*Capítulo 9: Satisfacción

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/Laurine Selwyn/

La segunda prueba daría lugar en el lago negro. Ya estaban todos listos y miraban la enorme cantidad de agua que se extendía al frente.

Ese día hacia un frío particular y no pude evitar tomar la mano de Severus para calentar un poco la mía.

Dumbledore daba su discurso usual así como también explicaba y comentaba las reglas de aquella prueba, todos estaban nerviosos al respecto, aquello podía ser crucial para la prueba final.

Se escuchó el sonido de inicio y al instante los cuatro chicos saltaron al agua, algunos tuvieron dificultades al inicio pero otros tomaron la delantera. Pasaron al menos treinta minutos completos de silencio, expectativas y un completo aburrimiento, y el hecho de que yo estuviera congelándome no ayudaba en lo absoluto.

De pronto comencé a estornudar, parecía como si fuera a resfriarme y al instante Severus lo notó.

-Creo que deberíamos ir adentro- dijo preocupado.

-No te preocupes, aquí estamos bien

-Nadie nos extrañará- susurró en mi oído y después soltó mi mano para acercarse a Dumbledore y decirle algo que nadie logró escuchar. El anciano asintió y él volvió junto a mí, tomó mi mano y me llevó caminando dentro del Castillo.

-Estoy bien Severus, no necesito esto- me quejé. Al inicio creí que me llevaría con Pomfrey pero en cuanto llegamos a las escaleras bajamos directamente a las mazmorras. Al entrar en su despacho comenzó a buscar entre las tantas pociones que tenía en un estante.

Al cabo de unos minutos pareció encontrar lo que quería y se acercó a mí con un frasco de color lila.

-¿Bromeas?, no voy a tomar eso- repuse mirándolo con asco.

-No seas infantil, te ayudará a sentirte mejor probablemente por el resto de tu vida- alardeó sobre su poción. La tomé de mala gana y volví a examinarla. La abrí con cuidado y un aparente agradable olor me inundó así que sin esperar un segundo más la tomé.

El efecto fue instantáneo lo cual me sorprendió enormemente.

-Wow profesor Snape, que habilidoso es, creo que debe mostrarme a realizar esta magnifica poción- dije en un tono juguetón.

-Podría darle clases privadas para mostrarle mis habilidades- sonrió com arrogancia.

-Adelante profesor, muéstreme lo mejor que tiene- contesté acercándome con delicadeza y parándome justo al frente.

-No sabes a lo que te enfrentas Laurine- advirtió con una profunda voz. La tensión en la habitación era palpable y ambos sabíamos a lo que nos referíamos.

-Me abstendré a las consecuencias Severus- sonreí inocentemente.

Alzó su mano y acarició mi mejilla con delicadeza, al parecer me observaba a detalle.

-No sabes cuánto te am....- lo callé besándolo, no estaba lista para escuchar tales palabras aunque supiera que eran reales.

-Ven- tomé su mano y comencé a caminar hacia mi habitación pero justo antes de llegar él me detuvo.

-Esta vez no Laurine, ahora será a mi manera- sonrió de lado y me hizo entrar a su habitación. No pude evitar notar que era exactamente igual a la que tenía cuando era estudiante, al instante muchos recuerdos me inundaron, desde las tardes que pasábamos juntos leyendo con tranquilidad hasta las noches más movidas.

Maldita Obsesión {Severus Snape}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora