Maldita Obsesión {Severus Snape}

*Capítulo 14: Convivencia (parte 1)

/Severus Snape/

Nuestra gran y pequeña aventura de bromas había causado un extraño desequilibrio en Hogwarts, todos se comportaban raro y no sabía porque.

Un par de días más Dumbledore hizo un anuncio antes de la hora de dormir.

-Su atención por favor- dijo poniéndose de pie al frente. -Me complace decirles que tenemos unas cuantas actividades nuevas en el Colegio, son de integración y una maravillosa idea que tuvimos los profesores, para que su estadía mejore- nos miró a todos en silencio. -La primera consiste en una noche de Convivencia, donde los chicos y las chicas de todas las casas dormirán bajo un mismo techo. Claro que será por separado- rió unos segundos. -Sus profesores les indicarán de que trata y cuando se hará para que estén listos con su mejor actitud amistosa- levanto las manos. -Y no me queda más que desearles buena suerte- dio unas palmadas y el banquete apareció frente a nosotros. Pero el murmullo de todos nunca cesó.

Al día siguiente en la clase de Transfiguración nos explicaron de lo que Dumbledore había hablado.

Una noche entera tendría que pasar en la sala de menesteres junto a los chicos de las dos ultimas generaciones, sin distinción de casas. Las chicas harían lo mismo solo que en la torre de Griffindor.

Un par de noches más y ya era nuestro turno. Los más pequeños del colegio ya habían pasado por ello días antes y aseguraba que era divertido.

Lucius y yo estábamos parados frente al Salón De Menesteres, dudando si entrar o no. Pero un segundo más Potter y sus amigos llegaron.

-Vamos Snivellus, es hora de entrar- dijo pasando a nuestro lado y abriendo la gran puerta.

Al adentrarnos todos vimos que quien sea que lo haya planeado lo hizo no tan mal. Había cojines por todas partes, se veía cómodo, había una pequeña sección con libros por si alguno se aburría del resto, comida a un lado y un par de mesas con dulces y cervezas de mantequilla, el resto del lugar era agradable para nosotros pero de una forma sencilla.

Lucius y yo nos acomodamos del lado izquierdo donde la mayoría de Slytherin estaban, al frente teníamos a los de Griffindor y el resto si estaban revueltos, conviviendo como se supone debía ser.

Tomé un libro para entretenerme un rato mientras el rubio platicaba animadamente con uno de sus amigos.

Pasaron un par de horas y yo ya estaba harto de todos esos chiquillos que solo estaban jugando y bromeando a nuestro alrededor.

-Toma- dijo Malfoy extendiéndome una cerveza de mantequilla. -Para que dejes de estar de amargado- sonrío.

Decidí aceptar no por lo que dijo si no porque realmente no había nada bueno por hacer.

Escuchaba con atención las anécdotas de los demás, contaban las bromas que hacían, experiencias graciosas o en sus castigos, específicamente los merodeadores tenían toda la atención.

Una hora más tarde y había perdido la cuenta de cuantas cervezas había tomado, al igual que la mayoría ahí.

-Sé que todos nos odiamos pero deberíamos intentar hablar sobre un tema que tengamos en común- propuso Potter.

-Sí pero ¿qué tenemos en común todas las casas?- preguntó Dave de Hufflepuff.

-No lo sé, ¿Quidditch?- opinó Lupin quien había estado callado detrás de sus amigos.

-No seas tonto Lunático, hablemos sobre chicas- se burló Sirius.

Todos en la Sala retumbaron entre risas y gritos de aprobación.

-Bien bien, quien quiere empezar, ¿algo que contar?- alzo una ceja el chico.

-Yo quiero empezar- habló un chico de Ravenclaw.

Nos contó cómo era la chica que le gustaba y todo, escuchamos atentos hasta que sus amigos se burlaron.

Poco a poco algunos chicos más tomaron la palabra hasta que Lucius se propuso a hablar.

-Pues a mí me atrae una chica muy linda- sonrió. -Narcissa Black, es muy....

-¿Caprichosa?- se burló un pelirrojo.

-Iba a decir perfecta- lo fulminó Malfoy.

-Es linda y todo, no lo niego pero creo que es muy exigente, ya sabes solo una gran joya podría impresionarla, a menos que tengas algo más grande- insinuó su amigo. Todos rieron.

-No hay problema con eso- guiñó un ojo.

-Pues para mí es más bonita Lily- sonrío Potter, eso me hizo molestar de inmediato.

-Uy, James está enamorado- se burlaron.

-No- se rió. -Bueno si un poco pero ella no me hace mucho caso- se quejó y yo solté una estruendosa risa.

-No te rías Snivellus, esto es serio- hizo una mueca.

-Pues hay una chica de Ravenclaw que está muy hermosa

-Querrás decir buena- soltaron una carcajada al fondo.

-Si pero no todos la conocemos- se quejó Sirius. -En mi opinión alguien que está muy buena es Laurine- soltó un suspiro y se recargó en un cojín.

-Me gusta la pelirroja pero no puedo negar lo evidente amigo- lo apoyó Potter seguido de un guiño.

-Que afortunado eres Lucius, tú la tienes cerca todo el tiempo

El rubio se revolvió incomodo.

-También Severus está junto a ella- se defendió para desviar la atención a mi.

-Por cierto, ¿cómo te va con tu amiga Laurine?- preguntó un chico mirándome curioso.

-No sé de qué hablas

-Vamos, todos sabemos lo linda que es y lo mucho que se odian- todos se burlaron al escuchar esas palabras.

-No puedo creer lo ciego que estás- dijo Black sentándose a mi lado y tomándome por los hombros. -Deberías observarla con más atención, así como yo y podrías notar lo bien que resaltan sus pechos con esa camisa- guiñó un ojo.

Definitivamente no era algo que yo quisiera ver.

-Eres un tonto afortunado, no sé porque no te das cuenta.

-¡Si tan solo le gustaras a las chicas!- gritó un chiquillo. Tuve que aguantar mis ganas de querer golpearlo.

-Bien, si tú no la quieres yo sí- se apresuró Sirius a regresar a su lugar. -Una noche no estaría mal.

Aquello me molesto aún más.

Odiaba a Selwyn pero no por eso dejaría que cayera en las redes de Black.

El resto de la noche siguió con relatos tenebrosos pero yo no pude sacarme a la chica de la cabeza, ¿era cierto todo lo que decían de ella?